Ariel Munguía: "Cuando empecé a estudiar cocina no sabía qué era una alcachofa"

Nacido en Honduras hace 23 años, llegó a Benasque hace cinco sin saber freír un huevo y la obtención de la beca Le Cordon Bleu le ha convertido en una nueva promesa de la Alta Cocina española.

Ariel Munguía en la cocina del restaurante de Álava donde está trabajando ahora.
Ariel Munguía en la cocina del restaurante de Álava donde está trabajando ahora.
Andrea Casado

Ariel Adonay Munguía, alumno del grado superior de Cocina de la Escuela de Hostelería San Lorenzo de Huesca, es el flamante ganador del X Premio Promesas de la Alta Cocina que organiza Le Cordon Bleu Madrid anualmente a nivel nacional y que otorga una beca de formación en dicho centro dotada con 23.000 euros.

La beca es un pasaporte apara llegar a ...

Esto abre un camino para formar un gran cocinero, con mucha ilusión y muchas ganas de lograr sus metas y de aprender al máximo, que es a lo que vine a este país.

¿Cuáles son sus planes? ¿Qué hará al terminar en Le Cordon Bleu?

Aún soy estudiante aún. Como hacen todos los cocineros, seguiré formándome en sitios con muchas estrellas Michelin porque me apasiona la cocina vanguardista, detallista, que entra por los ojos... Para mí es muy importante que el plato sea bonito, que enamore a la vista, y al paladar.

Al oír su nombre como ganador del Premio 2022 lloró, pero ¿recuerda que pensó en 2021, cuando llegó a la final y no lo logró?

Lol tuve clarísimo. Dije que al año siguiente me volvería a presentar. Me enfadé mucho conmigo mismo pero aprendí de los errores. Pensé que podría tenerlo fácil y no era así. Recibí un golpe de humildad y empecé a prepararme el concurso de 2022. Gracias a Dios, el jurado tuvo claro y por unanimidad quiénes ganaban, Aragón y yo.

¿Qué le enamora de la cocina?

He encontrado una salida. En los platos bonitos de los concursos veo el reflejo de mi familia, en Honduras, a la que llevo casi cinco años sin visitar. De pequeño era hiperactivo, con muchos nervios, y en la cocina he encontrado una vía para canalizarlos. No me importa las horas, los días que tenga que trabajar. Solo me importa ser feliz con lo que hago y, allí donde esté, estar cómodo.

¿Cuándo se dio cuenta de que iba a dedicarse a esto?

Fregaba platos en el campin de Benasque de la familia que me trajo a España y me pusieron a hacer ensaladas. Primero vi una manera de ganar un dinero, ayudar a los míos y ahorrar para montar un local propio. Pero entré en la Escuela de Hostelería de Guayente y ahí empezó todo. Los profesores tienen tiempo y dedicación para enseñarte, a pesar de que yo no sabía ni qué era una alcachofa porque en Honduras no hay. Aprendí a ver el cariño en la cocina y Toño Rodríguez, con quien hice las prácticas, me enseñó el mundo de los concursos.

Tiene 23 años. Trabaja en un restaurante vinculado a la familia Arzak y ha ganado un gran premio ¿Sabrá gestionar el éxito?

Es muy peligroso. El año pasado me presenté al Cordon Bleu tras ganar varios concursos y no sé cómo pude imaginar que ese lo ganaría fácilmente. Espero que el premio no me cambie porque siempre he sido una persona sencilla, me gusta compartir y ayudar a quien pueda. Intentaré seguir así porque creo que es el camino correcto, y mejorar.

Dice que llegó a Benasque sin saber hacer un huevo frito. ¿Ya ha aprendido?

Si me moría de hambre, me hacía un huevo frito pero lo ponía con el aceite muy frío para que no chisporroteara y me quemara. Llegué aquí y vi cómo lo hacía Dabid Muñoz, la cabeza pensante de la vanguardia de la cocina española, y era todo lo contrario.

¿Cuál es la comida de Honduras que más le gusta?

La sopa de frijoles con torreznos. La hace todo el mundo pero cada uno se enamora de la cocina de su madre. La mía cortaba el cilantro que tenía en el patio, lo picaba y olía muy bien… Quiero presentarme al concurso de tapas de Valladolid y hacer una como homenaje a esa comida.

¿Ha recibido alguna felicitación especial?

Las de Honduras. Me han llamado muchas personas. Están hablando de darme las llaves de mi ciudad, La Ceiba, por dejar su nombre en alto y se ponen a mi disposición para lo que necesite. Y las de las personas que me han estado apoyando en España.

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