El Gordo de Grañén, el ‘más gordo’ de Navidad, dejó en 2011 más tractores que coches de lujo

El premio con mayor dotación de la lotería repartió 720 millones de euros en la comarca de Monegros. En Sodeto les tocó a casi todos los vecinos, que lo invirtieron en dar vida al pueblo.

Vecinos de Sodeto, este sábado en la plaza del pueblo recordando la alegría de aquel 22 de diciembre de 2011.
Vecinos de Sodeto, este sábado en la plaza del pueblo recordando la alegría de aquel 22 de diciembre de 2011.
Rafael Gobantes

Me pegué todo el día llorando. ¡Me había tocado el Gordo y además, se lo había llevado a casa a los que más quería!". Así recuerda Ana Ramón, vecina de Sodeto, la histórica jornada vivida hace ya diez años en el Alto Aragón. Fue el 22 de diciembre de 2011. Aquel día el Gordo ‘más gordo’ de la historia de la Lotería de Navidad cayó íntegro en la provincia de Huesca y dejó una lluvia de 720 millones de euros.

Los niños de San Ildefonso cantaron el ya mítico 58.268 a las 9.57 y la alegría estalló en varias poblaciones oscenses. Los Monegros fue la comarca más afortunada. De hecho, el número estaba consignado íntegramente en la administración nº1 de Grañén. De los 720 millones, 120 fueron repartidos en participaciones de 5 euros por la asociación de mujeres y consumidores de la localidad de Sodeto. La práctica totalidad de sus 290 habitantes resultaron agraciados. Y, además, gracias a este colectivo local, la suerte llegó a otras poblaciones cercanas como San Lorenzo del Flumen, Valfonda de Santa Ana, Alberuela de Tubo o Curbe

El resto de las series -solo se devolvieron media docena- se vendieron en ventanilla y en tres establecimientos hosteleros, dos en la capital oscense, Carlitos y Asador Esperanza, y otro en Tardienta, el bar Boira, inaugurado tan solo dos meses antes. A cada décimo le correspondieron 400.000 euros, el mayor premio de la historia y el último libre del pellizco de Hacienda.

Sodeto acaparó todas las miradas. Y es que allí se cumplió con creces el slogan más repetido de la Lotería de Navidad: "El mayor premio es compartirlo". Puerta a puerta, las integrantes de la asociación Monte de Sodeto vendieron participaciones en diferentes localidades de la provincia. También llevaron la suerte a familiares y amigos. A unos, les vendieron una única papeleta y a otros, dos, tres o cuatro. Y por cada 5 euros dieron 100.000

En la imagen, de izquierda a derecha, Virginia Rivas, Ana Ramón y Marisol Puyalto frente al local de la asociación de mujeres.
En la imagen, de izquierda a derecha, Virginia Rivas, Ana Ramón y Marisol Puyalto frente al local de la asociación de mujeres.
Patricia Puértolas

"Aún me emociono cada vez que recuerdo aquel día", señala Ramón. A ella, la noticia le pilló en la unidad del dolor del Hospital San Jorge. "Al salir, tenía decenas de llamadas perdidas y pensé que había pasado algo grave. Y es que desde que me levanté tenía la sensación de que algo iba a ocurrir", explica. Y pasó. De vuelta a Sodeto, la localidad ya era una fiesta. La plaza estaba llena de gente que se abrazaba, reía y lloraba. Y ninguno era extraño. "Y eso era lo bonito", insiste, al recordar que quienes descorchaban champán eran sus vecinos, familiares y amigos, "con los que convives día a día". También había un gran número de periodistas y hombres trajeados, en su mayoría representantes de entidades bancarias que ofrecían un lugar seguro donde depositar sus participaciones.

Solo un vecino sin premio

Costis Mitsotakis, de origen griego, fue el único vecino de Sodeto que se quedó sin premio. Diez años después, reitera que nunca le apenó. "La lotería no forma parte de mi cultura; no hay nada similar en mi país y por lo tanto, nunca compro", explica. Ahora bien, al ser testigo directo del revuelo, el realizador y cineasta corrió a por su cámara y grabó las primeras imágenes del largometraje que todavía está rematando, ‘Cuando tocó’. El estreno se prevé para 2022. 

Dentro de sus objetivos, está mostrar qué transformación sufrió la localidad y sus gentes. Algo que muchos de sus vecinos tienen claro. De hecho, casi sin pretenderlo, la actual presidenta de la asociación de mujeres, Marisol Puyalto, lo resume en poco más de una frase: "Nadie se volvió loco ni dejó de trabajar. Se compraron más tractores que coches de alta gama". Y, por si cabe alguna duda, aludiendo al carácter agrícola y ganadero de este pueblo de colonización, añade: "gran parte del dinero se invirtió en el campo, es decir, en futuro y trabajo".

De ello, da fe también el actual alcalde del municipio de Alberuela de Tubo-Sodeto, José Manuel Penella, al recordar que coincidió con la modernización de las tierras de cultivo y por lo tanto una parte importante permitió hacer frente a las inversiones, justo en pleno debate por el importante desembolso. "También hubo quién decidió comprar más tierra o completar su actividad agraria con granjas de porcino o terneros, lo que generó nuevas incorporaciones al sector y asentó población. Todas las inversiones fueron de carácter productivo", señala.

Más casas y más niños

Algunos afortunados construyeron viviendas y los nacimientos crecieron de forma exponencial, lo que permitió abrir una escuela infantil que se mantiene hoy. "La lotería ha dado vida al pueblo; hay más actividad. Y todo sin excesos", confirma el edil.

La familia de otra de las integrantes de la asociación de mujeres, Virginia Rivas, es un buen ejemplo del destino del premio. Su marido, que ya está jubilado, y sus dos hijos están vinculados al sector primario, al que destinaron una parte importante del premio. "Acabábamos de comenzar con la modernización y ofreció una gran tranquilidad", señala. Además de las inversiones en el campo, muchos hicieron mejoras en sus casas. Y, como curiosidad, hoy en día casi ninguno se baja del coche para abrir la puerta de su antiguo corral. Todas funcionan ya de forma automática.

La Navidad de 2011 también fue diferente. Agraciada con 400.000 euros, la asociación de mujeres organizó una cena de gala a la que invitó a todos los vecinos del municipio de Alberuela de Tubo-Sodeto, y con el resto del dinero creó un moderno local en las antiguas escuelas, que dotó de servicios inexistentes como gimnasio, peluquería o lavandería.

A nivel particular, también hubo algún viaje excepcional. Por ejemplo, Marisol Puyalto, junto a su familia, se fue a Nueva York, donde se hizo con el ejemplar del New York Times que dedicó un reportaje a la curiosa historia de Sodeto. Bajo el titular ‘En un pueblo español, casi todos ganaron’, los reporteros utilizaron de gancho la excepción del cineasta Costis Mitsotakis y además contaron otras anécdotas como el momento en el que la entonces alcaldesa, Rosa Pons, anunció por la megafonía la feliz noticia: "Sodeto, nos ha tocado el Gordo".

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