Bicentenario de Félix de Azara, el 'Darwin' aragonés al que pintó Goya

Aragón y Sudamérica conmemoran el segundo centenario de la muerte del cartógrafo y naturalista de Barbuñales que exploró la selva paraguaya e inspiró al padre de la teoría de la evolución. 

Retrato de Félix de Azara pintado por Goya.
Retrato de Félix de Azara pintado por Goya.
Heraldo

"Donde viven hombres, ni árboles, plantas ni animales quedan». La frase, reflejo de la preocupación y el compromiso por el medio ambiente, la escribió hace dos siglos Félix de Azara (1742-1821), aragonés universal, adelantado a su tiempo, militar de profesión, al que su pasión por la naturaleza lo llevó a explorar selvas y ríos de Brasil, Argentina y Paraguay durante 20 años estudiando más de 440 especies de aves. En sus descripciones se anticipó a las observaciones de Darwin. Sus obras sirvieron de inspiración al autor de ‘El origen de las especies’, publicado en 1859, casi 40 años después de la muerte de Azara. Lo cita hasta en 15 ocasiones en su ‘Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo’, otras dos en su ‘Teoría de la evolución’ y una en ‘El origen del hombre’.

Hoy se cumplen 200 años del fallecimiento del naturalista, antropólogo, ornitólogo, escritor, militar y cartógrafo de Barbuñales, cuya figura inmortalizó Goya en un magnífico retrato que puede verse en el museo del pintor en Zaragoza. Aragón quiere aprovechar la efeméride para homenajearlo y difundir su figura, desconocida todavía para muchos. La Diputación de Huesca y el Gobierno de Aragón preparan un acto a celebrar antes de que finalice el año, mientras que la Fundación Ibercaja y la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País han organizado un ciclo de conferencias.

Pero si hay una entidad que se ha volcado en el aniversario es la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, con sede en Argentina, que está desarrollando numerosas actividades en este país y en Paraguay, donde el oscense es casi un héroe nacional por su trabajo en defensa de sus fronteras y por sus estudios sobre fauna y tribus indígenas.

Hablar de Azara es hablar de la preocupación por el medio ambiente. Los premios que llevan su nombre, convocados por la Diputación de Huesca, ya llevan 24 ediciones. No es el único reconocimiento al personaje. La institución ha anunciado su intención de preparar un espacio para albergar el legado que le cederá la fundación sudamericana: una colección de libros recopilados por el estudioso Julio Rafael Contreras. Es una asignatura pendiente, aunque la biblioteca del Instituto de Estudios Altoaragoneses ya han ido recopilando algunas primeras ediciones, como la obra póstuma ‘Diario de la navegación y reconocimiento del río Tebicuari’.

El presidente de la Fundación Félix de Azara, Adrián Giacchico, incide en su papel de precursor de Darwin. "Es un hecho objetivo que lo precedió en cuanto a las menciones sobre las variaciones fortuitas que se dan en las especies y que no tenían que ver con el clima, ya que en distintos climas eran iguales. Esto suponía un desafío para las ideas de la época. No llegó a esbozar una idea de la evolución pero sí habló de las mutaciones", señala, principalmente en el ganado, los animales domésticos. 

En la idea insiste el gallego Manuel Español, también miembro de la fundación, quien pone como ejemplo los toros descritos por Azara, los mochos, que se movían mejor por zonas boscosas al no tener cuernos. "Eso es indicativo de una selección natural, de la adaptación al entorno", señala.

Por su parte, Giacchico destaca otras facetas que hacen de Azara un personaje singular y un avanzado a su época. Una de ellas es la cantidad de fauna descrita para Sudamérica, principalmente aves y mamíferos. "Muchas de ellas eran especies nuevas para la ciencia y además no solo incluían aspectos morfológicos sino que también abarcó aspectos de conducta". 

No olvida sus inquietudes sobre la conservación de la fauna y la flora, "porque ya veía cómo se estaba degradando", o su visión de los pueblos indígenas. "No veía al blanco como un ser superior sino que hasta lo mestizo era superior, e incluso empezó a cuestionar si Eva o Adán no habrían sido negros. Para la época era un pensamiento muy adelantado". A esto se une el respeto por esos pueblos originarios, a los que incluso consultaba para denominar a las especies.

El bicentenario se debería aprovechar, a juicio de la fundación, para cumplir la promesa hecha de recuperar el legado bibliográfico que dejó Julio Rafael Contreras sobre Azara. "Una asignatura pendiente", ya que los libros siguen en Sudamérica y no se han traído a España, recuerda Manuel Español. 

La memoria del naturalista está presente también en su casa natal de Barbuñales, residencia de sus descendientes y donde el carruaje del patio evidencia el origen noble de la familia Azara. Su padre, Alejandro de Azara y Loscertales, fue señor de Lizana. Félix era el sexto de siete hermanos. Todos alcanzaron puestos relevantes: Eustaquio fue obispo en Barcelona y José Nicolás, embajador en Roma y París.

Él estudio en la antigua Universidad Sertoriana de Huesca, pero se decantó por la carrera militar porque le permitiría acercarse a los estudios científicos, fruto de su interés por las ideas ilustradas. Combatió en la guerra de Argel, donde fue herido de gravedad.   

Su periplo americano duró dos décadas. Recibió el encargo de ir a Paraguay para delimitar las fronteras de ese país, donde demostró que no era un simple funcionario. Optó por no quedarse de brazos cruzados a la espera de que los portugueses se decidieran a negociar y empleó su tiempo en el estudio de los animales, adentrándose en las selvas de la región del Río de la Plata. 

Azara fue un naturalista autodidacta y apasionado. ‘Apuntaciones para la historia natural de las aves de la provincia de Paraguay’, de 1802, perfiló hace dos siglos ideas defendidas hoy por el movimiento ecologista. Muchos de los viajes los efectuó sin autorización y para no levantar sospechas escondía los aparatos que llevaba en sus exploraciones, cuenta la Fundación de Historia Natural, que defiende su papel de precursor al advertir de problemas ambientales como la destrucción de los bosques.

Al regresar a España, se refugió en su Barbuñales natal, donde se dedicó a ordenar sus papeles y a colaborar con la Sociedad Aragonesa de Amigos del País, para la que escribió  dos informes: 'Las pardinas del Altoaragón' y 'Los olivos de Alquézar y sus aldeas'. En octubre de 1821 murió víctima de una pulmonía y sus restos reposan en el mausoleo de la familia Lastanosa, en la catedral de Huesca.

Félix Jordán de Urriés, Mª Dolores Albiac, Domingo Buesa y José Luis Rodrigo presentaron el ciclo delante del retrato de Azara pintado por Goya.
Félix Jordán de Urriés, Mª Dolores Albiac, Domingo Buesa y José Luis Rodrigo presentaron el ciclo delante del retrato de Azara pintado por Goya.
Oliver Duch

Félix de Azara y Francisco de Goya

Descubrir nuevos perfiles del naturalista aragonés es el objetivo del ciclo de conferencias que han organizado la Fundación Ibercaja y la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. La fundación, además, enmarca la efeméride dentro de los actos conmemorativos por el 275 aniversario de Goya, no en vano atesora entre los fondos del museo que lleva el nombre del pintor de Fuendetodos, el que sin duda es uno de sus mejores retratos: el que le realizó en 1805. La pintura presenta al militar oscense cuando era brigadier de la Armada española, en un gabinete de estudio.

La historiadora María Dolores Albiac, especialista en Azara y encargada de abrir este miércoles el ciclo de conferencias, lo dibuja como un hombre que "creía en el trabajo bien hecho y en el servicio a los demás, en la enseñanza de la bondad y en que el progreso es el motor de la vida y de los seres humanos. Un hombre de bien, que practicaba la ciencia empírica".

El ciclo fue presentado este martes, en un acto que contó con la participación de uno de los descendientes del naturalista aragonés, Félix Jordán de Urriés. Su padre, Francisco Jordán de Urriés, impartirá la segunda de las conferencias.

"Para la familia es un orgullo que se reivindique su figura –aseguró–. Sobre todo porque, aunque estamos en un gran país, a menudo nos olvidamos de personajes históricos que le aportaron mucho".

Félix Jordán de Urriés aseguró que su familia "está colaborando con la Fundación Azara, una organización no gubernamental y sin ánimo de lucro creada en Argentina en 2001 para apoyar el desarrollo del conocimiento científico y la conservación del patrimonio natural". La Fundación, que desarrolla diversos proyectos en el campo de las ciencias antropológicas y naturales, no solo en Argentina, está tendiendo actualmente puentes en España. "Nos gustaría trabajar de manera conjunta a ambos lados del Atlántico –dijo–, divulgar la figura y el legado de Félix de Azara e impulsar el conocimiento científico y la conservación de la naturaleza. Estamos trabajando para desarrollar ese ‘brazo’ español mediante la figura de una fundación en la que podría colaborar la Diputación de Huesca, que ya tiene unos premios que llevan su nombre".

El ciclo, según Domingo Buesa, se enmarca además dentro de la política que están desarrollando desde hace años la Fundación Ibercaja, la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País y la Academia de San Luis "de recuperar el legado de muchos aragoneses del siglo XVIII que tuvieron una importantísima contribución social, científica o artística a España. Queremos trasmitir los valores que impulsaron a una generación, en la que destacan Francisco de Goya y Félix de Azara, entre otros, y rescatar todo su legado". No se olvidó Buesa de resaltar la importancia que tuvo también un hermano del naturalista, Nicolás. "Hay que tener presente que todo el enorme desarrollo que experimentaron las artes aragonesas en el siglo XVIII se debe fundamentalmente al trabajo de Nicolás de Azara (director de la Academia de San Luis)", dijo.

Por su parte, José Luis Rodrigo Escrig, director general de la Fundación Ibercaja, destacó que el ciclo organizado "busca profundizar en los estudios que se han realizado sobre un personaje que fue a la vez militar, cartógrafo, explorador y geógrafo, uno de los aragoneses más reconocidos hoy a nivel internacional, un adelantado a su tiempo al que Goya retrató espléndidamente. Y todo ello cuando se conmemora el bicentenario de su nacimiento".

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