Las vías dejan paso a la gran avenida del Ferrocarril en un renacido Canfranc

Se ha ejecutado ya el 50% de las obras de urbanización en las 13 hectáreas del entorno de la estación. Acabarán en junio de 2022 y el hotel abrirá seis meses después.

Vial que rodeará la estación, bautizado con el nombre del paseo del Ferrocarril.
Vial que rodeará la estación, bautizado con el nombre del paseo del Ferrocarril.
Rafael Gobantes

El sueño de Canfranc se abre camino por el paseo del Ferrocarril. Las obras de la nueva urbanización en la explanada de los Arañones, en torno a la historia estación de tren, avanzan sin freno. Donde antes había vías y traviesas ahora se abren calles para conformar el nuevo barrio de 13 hectáreas con plazas, zonas ajardinadas o un anfiteatro.

Los trabajos realizados por la UTE Acciona-Avintia han llegado ya a su ecuador. Está ejecutado el 50% del presupuesto (6,2 millones de euros) y se mantiene la previsión de acabar en junio. El invierno implicará un parón en la obra exterior, cuando empiece a caer la nieve, pero no va a detener la actividad, que se trasladará dentro de la antigua estación. Actualmente hay 60 personas empleadas y se llegará a 100 en tres o cuatro meses con el acondicionamiento interior del histórico edificio. Su conversión en un hotel de 5 estrellas con 104 habitaciones supone una inversión de 9,8 millones.

"Estamos acelerando todo lo que se puede en vista de la llegada del invierno", señala el gerente de la UTE, Jaime Molina. No obstante, añade, "lo más complicado ya está hecho", en alusión a los servicios subterráneos de agua, suministro eléctrico o telecomunicaciones. Falta concluir el vial principal, un anillo de 1,5 kilómetros que se llamará paseo del Ferrocarril, en torno a la vieja estación y los hangares existentes, estos destinados en un futuro a viviendas y equipamientos.

La urbanización se completa con dos calles secundarias que van a parar a la parte trasera de la nueva estación, una plaza, un anfiteatro, una zona ajardinada y seis áreas de estacionamiento en las zonas norte y sur, además de los aparcamiento dispuestos a lo largo de la avenida principal.

Se duplica el casco urbano

La idea es acabar la urbanización en mayo o junio del 2022 y el hotel, en diciembre. En este hay equipos trabajando en la cubierta de la zona norte, mientras en el interior se realizan demoliciones y cimentaciones en la planta baja, para en un mes empezar a levantar tabiques.

El alcalde, Fernando Sánchez, se felicita porque ya queda menos para hacer realidad el "nuevo Canfranc". Cuando esté acabada la urbanización casi se duplicará la superficie del casco urbano. El proyecto ha permitido expandirlo y dejar atrás la imagen de una localidad encajonada en el fondo del valle del Aragón en la que compiten por el espacio la carretera, el río y el ferrocarril.

"Serán 13 hectáreas de esparcimiento, con zonas verdes, plazas, calles... lejos de la imagen de las últimas décadas de una zona que se iba deteriorando poco a poco", señala Fernando Sánchez, quien no se cansa de agradecer la apuesta del Gobierno de Aragón, que ya lleva invertidos 27 millones de euros.

"Serán 13 hectáreas de esparcimiento, con zonas verdes, plazas, calles... lejos de la imagen de las últimas décadas de una zona que se iba deteriorando poco a poco"

Desde mayo, esas 13 hectáreas son propiedad de Suelo y Vivienda de Aragón, en cumplimiento del compromiso alcanzado con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, que desafectó los terrenos a cambio de quedarse con la nueva estación, financiada por la DGA. El edificio histórico ya lo compró el Gobierno aragonés al Ministerio por un precio simbólico de 310.000 euros en 2013, y desde entonces ha realizado importantes inversiones para su restauración interior y exterior.

El siguiente paso será el plan de reparcelación para concretar los usos del nuevo barrio. Al Ayuntamiento se le transferirá la urbanización acabada y se quedará con dos edificios, uno el ya reformado centro de atención a peregrinos, además de los dos torreones de la entrada, cuyos usos están todavía por determinar.

El resto de las naves que jalonan el paseo del Ferrocarril, actualmente en desuso y en ruinas, son de Suelo y Vivienda, para destinarlas a uso residencial. El número de pisos es muy limitado, aclara el alcalde, lejos del plan que en la década de los 90 planteó más de un millar de viviendas para financiar la reforma con las plusvalías. "El actual proyecto es más sostenible, con 133 viviendas, responde a otra filosofía. Se trata de una apuesta pública en la que la DGA invierte dinero a fondo perdido", dice.

La explanada de los Arañones se transforma para dar paso a una nueva urbanización en torno a la estación de tren, que incorporará los elementos ferroviarios.
La explanada de los Arañones se transforma para dar paso a una nueva urbanización en torno a la estación de tren, que incorporará los elementos ferroviarios.
Rafael Gobantes

Mirando hacia el túnel

Por su parte, el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, se congratula de que, a pesar de que en Canfranc solo se puede trabajar en el exterior unos meses al año, "estamos cumpliendo los plazos". "El primer objetivo era terminar la obra ferroviaria, y en abril se inauguró la nueva estación. Una vez acabada, se ha desafectado del uso ferroviario el resto de la explanada y empezado de forma decidida las obras de urbanización, que ya están muy avanzadas", explica. El círculo se cierra con la rehabilitación del edificio histórico como hotel.

"Las nuevas instalaciones ferroviarias miran de reojo al túnel, y se justifican para que haya tráfico ferroviario internacional. Si no, no tendrían sentido"

Sin embargo, Soro no quiere dejar pasar que el objetivo final es cruzar la frontera por tren. "Las nuevas instalaciones ferroviarias miran de reojo al túnel, y se justifican para que haya tráfico ferroviario internacional. Si no, no tendría sentido". De cara a este objetivo, está prevista una reunión en los próximos meses de los gobiernos regionales y nacionales, "en principio en Zaragoza", para dar pasos políticos.

José Luis Soro se muestra optimista porque el Gobierno central ha relanzado la renovación de los tramos pendientes de la línea de ferrocarril entre Huesca y Canfranc y se preparan dos estudios informativos. "El Ministerio ahora mismo es un absoluto aliado, un cómplice entregado con la reapertura", asegura.

El consejero considera que frente al "escepticismo que había y la incredulidad", se ido adelante con la reforma integral del complejo ferroviario, "un empujón importantísimo para reapertura". "Es un mensaje muy nítido a Europa pero también a Francia, Nueva Aquitania y a España", concluye.

Grúas, celosías y vagones para recordar el pasado ferroviario

En menos de 10 meses, los visitantes de la estación de Canfranc podrán caminar por el paseo del Ferrocarril, la Travesía del Viajero o la del Transbordo, y pasar por la plaza bautizada en homenaje a los trabajadores que montaron las vías, hoy ya desaparecidas, y construyeron la terminal internacional inaugurada por Alfonso XIII en 1928.

Y mientras pasean por la nueva urbanización verán junto a los viales cómo era un antiguo puente grúa de ferrocarril, las fuentes de abastecimiento de las antiguas locomotoras, las celosías de las torres de iluminación, los carriles de hierro o las palancas de cambio. También cinco trenes, entre ellos un vagón taller, conservados en la playa de vías y apoyados sobre raíles, los únicos que se han conservado.

La explanada de los Arañones se transforma para dar paso a una nueva urbanización en torno a la estación de tren, que incorporará los elementos ferroviarios.
La explanada de los Arañones se transforma para dar paso a una nueva urbanización en torno a la estación de tren, que incorporará los elementos ferroviarios.
Rafael Gobantes

El diseño urbanístico contempla la presencia de todos estos elementos ferroviarios, como un guiño al pasado. La UTE tiene el encargo de rehabilitarlos, pues el paso del tiempo ha hecho mella en ellos, de forma que para ningún visitantes pasará desparecido el anterior uso del espacio.

Ya se ha completado el desmontaje de los que no se conservarán, empezando por los 10 kilómetros de vías. Tal cantidad de carriles se explica por la existencia de cuatro playas, dos de pasajeros de España y Francia y otras tantas de mercancías. Los objetos más pequeños ligados a la actividad del ferrocarril están en manos de ADIF pensando en el futuro museo.   

En verano ya se podrá pasear por la urbanización, pero habrá que esperar al invierno de 2022, cuando se inicie la temporada turística de esquí, para disfrutar del hotel de la antigua estación, de cuya gestión se encargará el grupo Barceló, a través de la empresa aragonesa Canfranc 2018. El proyecto de remodelación lleva la firma de Ingennus Urban Consulting SLP, mientras que las obras las ejecutadas la misma UTE de la urbanización.

El hotel tendrá 104 habitaciones en la primera y segunda planta de 10 tipos diferentes. Además, contará en la planta baja con piscina climatizada, biblioteca, restaurante y una sala de usos múltiples. En esta zona se ubicarán también las zonas de servicio. En la última planta, se creará una galería bajocubierta donde se ubicarán las máquinas de climatización y ventilación.

El interior se va a remodelar para su nuevo cometido, pero no son las primeras obras. Desde que el Gobierno de Aragón compró el edificio, ya ha invertido en él 11 millones de euros. Entre 2005 y 2009, Suelo y Vivienda acometió trabajos de consolidación estructural y renovación de cubiertas por valor de unos 7 millones para evitar el colapso del inmueble monumental. Entre 2014 y 2017, en cuatro fases, rehabilitó el vestíbulo de la mano de la Escuela Superior de Restauración (182.000 euros). Y en marzo de 2019 se iniciaron las obras de rehabilitación exterior (fachadas, marquesinas, andenes...), con 4,4 millones más. A todas estas actuaciones se añade ahora una reparación de la cubierta y estructura del edificio que cuenta con un presupuesto de 1,6 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 semanas.

Las obras han obligado a suspender las visitas guiadas de la oficina de turismo de Canfranc por el interior, aunque se siguen realizando las que permiten contemplar el exterior del inmueble. Para acceder a la nueva estación se debe atravesar el vestíbulo por un túnel protegido. Este espacio jamás perderá su uso público, ya que será compatible con el paso de viajeros.

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