La Guardia Civil alerta: los accidentes de senderistas "poco experimentados" disparan los rescates este verano

Del 15 de junio al 15 de julio atendieron una media de 2,6 rescates al día y el pasado fin de semana la tendencia continuó con 14 intervenciones, una de ellas por un siniestro mortal de un escalador en Bielsa.

Imagen del laborioso rescate del montañero fallecido en el pico Tromouse, en Bielsa.
Imagen del laborioso rescate del montañero fallecido en el pico Tromouse, en Bielsa.
Guardia Civil

"La temporada empezó muy fuerte ya a final de junio y julio es de los meses que más rescates estamos realizando". Es la alerta que lanza el jefe de los grupos de montaña de la Guardia Civil de Huesca, Santiago Gómez, que achaca el repunte de este año "a que hay muchísima gente en el monte, quizá más que otros años".

Solo entre el 15 de junio y el 15 de julio, se registraron 78 rescates en Aragón, a una media de 2,6 al día. Y este pasado fin de semana la tendencia continuó con 14 intervenciones más por parte de los socorristas de la Guardia Civil. Una de ellas fue para evacuar el cadáver de un escalador catalán de 55 años que perdió la vida por una caída en el pico Tromouse de Bielsa.  

Además, el Greim de Benasque siempre ha ido a la cabeza de los datos de rescates, pero este año los lidera el Ereim de Panticosa, cuya continuidad precisamente quedó en el aire por un informe interno que planteaba su cierre, algo que negó luego la directora general de la Guardia Civil.

Los dos últimos accidentes mortales de escaladores han ocurrido en zonas muy descompuestas "donde un bloque que el año pasado no estaba suelto, puede estarlo este por los efectos del invierno". Aun así, Gómez asegura que "la montaña no está especialmente peligrosa este verano". Y es que, por ejemplo, hay menos nieve que otros años aunque aún perdura en alta montaña en torno a los 3.000 m. Por ello, avisa: "Quedan todavía neveros cortos y la gente a veces por solo 20 metros no se pone crampones y una caída puede ser grave".

"Quedan todavía neveros cortos y la gente a veces por solo 20 metros no se pone crampones y una caída puede ser grave"

Pese a ello, la gran mayoría de los rescates de este mes están siendo percances leves de senderistas "poco experimentados" que llaman para pedir auxilio por esguinces, agotamientos, desorientaciones, una mala planificación de la actividad... «Muchos piensan que salir al monte es como andar por la ciudad pero aquí un simple esguince en un mal sitio, con mala meteorología y sin cobertura para avisar, puede complicarse mucho", resalta.

El Paso de Mahoma del Aneto o la Escupidera de Monte Perdido siguen siendo dos de los puntos más peligrosos, aunque Santiago Gómez afirma aliviado que hace años que no hay accidentes graves en estos lugares "porque como tienen tanto nombre, a la gente le da más miedo y pone muchísima más atención". El Tozal del Mallo en Ordesa o los Infiernos también están en esa lista. 

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