Reabre el salto de Bierge, la piscina natural con reservas 'on line' y control de aforo

La popular zona de baño atrajo el primer día a varias decenas de personas, desde unos veraneantes de Madrid a unos erasmus de Zaragoza.

El salto de Bierge reabrió el martes sus puertas a las primeras decenas de bañistas que buscaron refugio a una sofocante jornada de calor en las orillas del río Alcanadre. Desde que en 2017 se reguló el acceso, esta piscina natural, una de las más populares de la Comunidad, se ha convertido en un ejemplo. Lejos queda la imagen de usuarios lanzándose desde la presa (algo que está prohibido) en un espacio abarrotado y sin control. Ahora se debe pagar para entrar y aunque todavía algunos –los menos- se sorprenden por la medida, entienden que el objetivo es garantizar el mantenimiento de uno de los espacios más concurridos de la sierra de Guara y hacerlo más seguro para el baño.

Tras la prohibición de los baños el pasado año debido a la situación de la pandemia por el coronavirus, el 15 de junio el Ayuntamiento de Bierge volvía abrir las puertas del vallado metálico que da acceso a la zona de baño generada por el agua embalsada tras la construcción del azud de la antigua central hidroelétrica. 

La temporada llega con importantes novedades, como la entrada en servicio de un sistema de reservas por Internet, a través de la página web saltodebierge.info. Ahí se podrá adquirir las entradas (hasta un máximo de 38), al precio de 3 euros, a partir de los 6 años. Además también se ofrece información del horario de acceso: de lunes a viernes de 9.00 a 19.00 y hasta las 20.00 los fines de semana. La temporada acabará el 15 de septiembre.

Por lo que respecta el aforo, se mantiene el de los anteriores años, 250 personas como máximo. Una cantidad a la que habrá que aplicar las restricciones que marcan las normativas sanitarias por la pandemia, es decir actualmente 125 plazas.

La segunda gran novedad es la construcción de unos aseos de obra –que sustituyen a los móviles- en la vivienda de la antigua central hidroeléctrica, financiados por el Centro de Desarrollo del Somontano y el Ayuntamiento, con 48.000 y 20.000 euros, respectivamente.

El Ayuntamiento de Bierge ha contratado a tres trabajadores, dos para controlar la venta de entradas y un vigilante para velar por la seguridad en el entorno.

El arranque de la temporada fue tibio con una treintena de bañistas llegados de diversas procedencias: Lérida, Zaragoza, Huesca o Madrid. Este fue el caso Felipe Escalciano y Ángeles Fernández, que repetían estancia vacacional por segunda vez en Alquézar. Desde allí se dirigierona Bierge, siguiendo una recomendación. “Vemos bien que se haya tenido que regular si venía mucha gente, aunque se nos hace raro lo de pagar para ir al campo. Igual que las pasarelas del Vero que hace cuatro años estuvimos y era gratis y ahora hay que pagar. Se hace raro no poder disfrutar de una naturaleza de una forma más abierta, pero es que nos lo buscamos nosotros por no cuidar el entorno”, comentaba Ángeles.

Otros lo ven con diferente perspectiva. De Zaragoza llegó un grupo de estudiantes de Erasmus de Francia y Dinamarca que quedaron prendados por el lugar. “Nos lo comentó un amigo que lo había visto por Internet y hemos venido a disfrutar del sol y del agua. No está lejos de Zaragoza, el sitio es súper chulo y sólo pagas 3 euros, menos que en la piscina”, afirmaba la francesa Grace.

Uno de los primeros grupos en llegar fue el del centro residencial San Juan de Dios, de discapacitados intelectuales, en Alcampell. La educadora social Patricia Bernadó optó por esta excursión “para conectar con la naturaleza y empezar el verano con muchas ganas. Es una oportunidad para que estos chicos conozcan estas zonas tan bonitas y tan cercanas”.

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