Primera escapada a Aragón: "Ni la lluvia nos ha quitado las ganas de venir"

El final del estado de alarma atrae al Pirineo a numerosos visitantes de otras comunidades, aunque muy lejos de la plena ocupación. Los hosteleros confían en que sea el principio del fin de los duros meses de parón. 

Visitantes de fuera de Aragón en el Pirineo en el primer fin de semana completo tras acabar el estado de alarma.
Visitantes de fuera de Aragón en el Pirineo en el primer fin de semana completo tras acabar el estado de alarma.
Verónica Lacasa

Viajes con reservas aplazadas, encuentros familiares pospuestos por los largos confinamientos perimetrales, segundas residencias cerradas desde hace medio año... En el primer fin de semana completo tras acabar el estado de alarma, los visitantes de otras comunidades autónomas tenían tantas ganas de pisar Aragón que ni la lluvia los ha frenado. Vascos, navarros, catalanes, valencianos e incluso turistas de destinos más alejados como Andalucía o Castilla-La Mancha han disfrutado en su salida tras los duros meses de cierre perimetral. No ha sido una avalancha, pero la estampa de este sábado en el Pirineo se asemejaba a la de un mes de mayo sin pandemia, salvo por las mascarillas. Los ha recibido un cielo cubierto de nubes, que han descargado en algunos momentos del día. 

Cuando el 9 de mayo decayó el estado de alarma y las comunidades autónomas levantaron sus confinamientos, muchos se marcaron el día 15 en el calendario. Era la  oportunidad de retomar los desplazamientos tras meses de cierre. Sin embargo, tampoco ha supuesto un aluvión, como cabía imaginar en un primer momento, afirman los empresarios turísticos. "Tampoco lo esperábamos, porque el tiempo no era bueno y condiciona mucho el movimiento turístico en esta época. Además, mucha gente ha aprovechado la primera salida para irse a la playa. Mayo es un mes de transición, normalmente tranquilo, sobre todo importante para el turismo extranjero, que ahora se ve muy frenado por las exigencias de entrar con una PCR", comenta Anabel Costas, responsable de alojamientos de la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo de Huesca.

"No ha venido tanta gente como se podía prever", confirma Jesús González, al frente del complejo turístico del Balneario de Panticosa, que sí ha recuperado a clientes habituales que llevaban mucho tiempo sin poder venir. Coincide con Costas en la preferencia por la playa para este primer fin de semana, principalmente por parte de personas con segunda residencia. No obstante, el panorama es bien distinto al de semanas atrás. El balneario, por ejemplo, ha estado este sábado muy animado por una concentración de decenas de moteros.  

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha sido uno de los destinos preferidos por quienes han aprovechado el final del estado de alarma para salir. El parquin de la Pradera no ha estado lleno (a las 13.00 había 180 vehículos, menos de la mitad de su capacidad), pero el goteo de personas que enfilaban la ruta hacia la Cola de Caballo ha sido constante, sin importar las nubes de primeras horas, que han estado dejando agua hasta el mediodía. 

Desde la Ribera navarra, del pueblo de Villafranca, han llegado Borja Arrondo y Natalia López, encerrados en su comunidad desde antes de Navidad. Tras meses en los parajes de las Bardenas, las verdes montañas del Pirineo han dado un respiro a esta pareja. "En cuanto nos dijeron que podíamos salir, nos escapamos. El viernes por la mañana decidimos que Broto sería el destino. Luego nos dimos cuenta de que el tiempo no era bueno, pero qué le vamos a hacer. Había que despejar la mente, cambiar de paisaje y ver otra cosa".   

Las salidas se han planificado con poca antelación, para asegurarse de que el 9 de mayo se levantaban los confinamientos. "Hemos estado estos días pendientes del tiempo", advertía el pamplonés Juan Luis Contín, acompañado de su familia y unos amigos. El mal tiempo ha frustrado una excursión en 4 por 4 a la pista de las Cutas pero se animarán a hacer rafting en el Ara el domingo.   

"En cuanto abrieron la veda, nos vinimos", explican los donostiarras Gorka Mintegui y Beñat Arzallus, que no habían salido de San Sebastián desde agosto. "Ya sabíamos que no iba a hacer buen tiempo, pero era más importante hacer una escapada para desconectar. Después de tantos meses, la lluvia no nos preocupa, no nos ha quitado las ganas de venir, y más siendo de San Sebastián. Estamos encantados de mojarnos"

Los aragoneses han sido minoría este sábado en Ordesa y en general en el Pirineo. Para algunos de ellos, como Sonia Badía y su familia, también representa su primera salida de ocio, aunque hace semanas que existe movilidad por el interior de la Comunidad. 

Muchos propietarios de segundas residencias que viven fuera han podido, por fin, darse  una vuelta por la casa. Si los aragoneses se han ido a Salou o Peñíscola, otros han realizado el viaje inverso. Es el caso de Claudio y Ana Bueno, de Benicarló (Castellón), que han tenido la oportunidad de reabrir la vivienda de Castiello de Jaca. "Desde el mes de septiembre, no hemos podido ver cómo estaba. Quisimos venir en Navidad, y no pudimos, luego en Semana Santa, y tampoco. Este es el primer fin de semana. La hemos encontrado perfecta, eso sí, las hierbas, un poco crecidas".  

Los catalanes tendrán puente el próximo fin de semana, pero se tenía que notar ya este sábado la presencia del principal mercado turístico del Pirineo aragonés. Desde Barcelona a Ordesa para celebrar una reunión de primos ha llegado Ana Vallejo. "Este viaje lo teníamos organizado para hace semanas, pero lo hemos cancelado varias veces por los cierres. Hemos venido a pesar de la lluvia. No nos frena. Había tantas ganas de salir y juntarnos...".   

Otros proceden de destinos más lejanos y han viajado en caravana, un medio de transporte que va ganando adeptos. "Justo salimos el día 9 de Granada, donde vivimos. Llevamos una semana en ruta. Nos hemos comprado la caravana hace tres meses, y fijo que íbamos a algún  lado. Teníamos una boda en Escocia y se canceló. Si no hubieran abierto, nos habríamos quedado en Andalucía, pero teníamos el plan de venir a Aragón porque no lo conocíamos. Todo el mundo está deseando salir, pasear, aunque sea bajo la lluvia", comentan Virginia García y Enrique Cerezo.    

Por las calles de Aínsa han paseado las castellano-manchegas Amelia Ibáñez y Teresa Fernández y sus parejas, de Daimiel (Ciudad Real), con un viaje aplazado a Aragón desde hace un año. "Teníamos planeado conocerlo pero el covid nos impidió hacerlo, anulamos todo. Cuando el domingo abrieron, cogimos las reservas para estar una semana aquí", cuentan.  

El tiempo ha ido mejorando a lo largo del día como recompensa a quienes desafiando a la lluvia han elegido el Pirineo aragonés como destino. Los hosteleros esperan una curva ascendente en las cifras de visitantes a partir de ahora. El próximo fin de semana, puente en Cataluña, será otra oportunidad.  

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