La búsqueda del montañero se complica: "No tenemos pistas y nadie lo ha visto"

El jefe del Greim de Aragón, Santiago Gómez, reconoce la dificultad de la búsqueda de Miguel Villarroya, el zaragozano de 68 años perdido en Sallent, por la falta de indicios sobre la ruta que tomó. 

En el operativo participan patrullas a pie y el helicóptero.
En el operativo participan patrullas a pie y el helicóptero.
Guardia Civil

El jefe del Greim en Aragón ha reconocido que no existe ninguna pista del montañero Miguel Villarroya, de 68 años, desaparecido en el Pirineo, al que los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil llevan buscando desde la semana pasada. "No tenemos ninguna pista de a dónde ha podido ir", afirma el teniente Santiago Gómez, quien reconoce que en sus cuatro años al frente del Greim nunca se ha enfrentado a un operativo de rastreo con tan pocos indicios. 

El teniente Santiago Gómez dirige a los Greim de la provincia de Huesca desde hace más de tres años.
El teniente Santiago Gómez dirige a los Greim de la provincia de Huesca desde hace más de tres años.
Guardia Civil

Tampoco ha visto desde que asumió el mando de los grupos de rescate tantos casos de desaparecidos, pues en apenas cuatro meses se han sucedido tres. Al de Villarroya se suman los de la inglesa Esther Dingley, perdida en el valle de Benasque a finales de noviembre, y el aragonés Andrés Funes, aunque este se encontraba al otro lado de la frontera, en valle francés de Aspe. En su opinión, esta coincidencia "igual tiene que ver con que haya poca gente en la montaña por la pandemia y nadie los haya visto. Además, si han tenido un problema no han podido pedir auxilio a otros montañeros". 

El último contacto con Villarroya fue el 23 de marzo, cuando le dijo a una de sus hermanas que se iba unos días a Sallent de Gállego. Al no tener noticias de su paradero la familia denunció el caso el día 29. "El único dato para la búsqueda ha sido la aparición del coche en el parquin de La Sarra. Hay un tique de la compra de unos crampones y eso puede indicar que tenía previsto pisar nieve, pero tampoco es una certeza", aclara. Se ha mirado en distintas rutas de camino a los tresmiles del valle de Tena a partir del aparcamiento, de momento sin resultado. También se ha rastreado el barranco Aguas Limpias, donde suelen caer árboles arrastrados por las avalanchas, pero tampoco hay mucha nieve en la zona, "tienes que subir a bastante altitud para encontrarla".  

Ni siquiera se sabe si pasó por el refugio de Respomuso. "Quizá lo hizo, pero en todo caso no entró", indica el teniente. Lleva el teléfono móvil encima, aunque al no haber cobertura en la zona no se le puede ubicar gracias al aparato. 

Miguel Villarroya tiene 67 años y está desaparecido desde el día 23 de marzo.
Miguel Villarroya está desaparecido desde el día 23 de marzo.
Heraldo

Otro factor en contra es que los primeros días de la desaparición había poca gente en la montaña, dado el confinamiento autonómico. No obstante, tampoco ha servido que durante las vacaciones de Semana Santa muchos aragoneses sí frecuentaran el Pirineo. "Ha habido bastante gente por la zona pero nadie lo ha visto".   

Después de nueve días de búsqueda se ha decidido ampliar el radio de acción pensando en que quizá hizo noche en algún lugar de la montaña y se alejó del aparcamiento de La Sarra más de lo que se pensó inicialmente. Según el jefe del Greim, "se está saliendo a buscar cada día, pero no se puede seguir haciéndolo con la misma intensidad". 

Miguel Villarroya era aficionado al montañismo y con frecuencia lo practicaba en solitario, aunque no un experto alpinista. A sus hermanas, residentes también en Zaragoza, no les dio detalles de la ruta a seguir, tan solo les comunicó que se iba a Sallent a pasar un par de días para hacer alguna actividad en el monte.

El Greim desaconseja hacer montaña en solitario. "No hay que ir nunca solo. Lo más adecuado es en grupos de tres, de manera que si a alguien le sucede algo, otra persona se quede con él y el tercero vaya a pedir ayuda". En las actuales circunstancias todavía se complica más. "Hay poca gente en el monte. Si alguien que sale solo tiene un percance, aunque únicamente sea una torcedura, y no puede avisar, igual se tiene que quedar de noche en el monte". En caso de practicar la actividad en solitario, señala Santiago Gómez, al menos hay que comunicar a alguien la ruta a seguir. 

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