"Los módulos son funcionales pero urge el nuevo centro de salud de Barbastro"

La directora de Atención Primaria, Ana Monclús, dice que "los brotes son ahora pequeños y están controlados".

Uno de los nuevos módulos del centro de salud de Barbastro.
Uno de los nuevos módulos del centro de salud de Barbastro.
A. M.

El centro de salud de Barbastro, que atienen a más de 20.000 habitantes, lleva un mes utilizando siete módulos que Sanidad ha alquilado para ganar espacio para consultas. Los profesionales sanitarios admiten que "aunque estéticamente no sean lo mejor, funcionalmente pueden considerarse adecuados". Con todo, creen que debe ser una medida "temporal" y que el nuevo centro de salud es una necesidad "cada vez más urgente".

Ana Monclús, directora de Atención Primaria del centro considera que la ciudad de Barbastro precisa un edificio sin carencias estructurales y con espacio físico suficiente para poder albergar todas las consultas. Y es que en estos momentos, los pediatras, matronas, fisioterapeutas y salud mental están ubicadas en estructuras ajenas al centro de salud. Además, el aumento de plazas MIR y EIR, la implantación de la consulta de Gestión de la Demanda Inmediata, la Estrategia Comunitaria que requiere salas para educación sanitaria grupal y las consultas monográficas acrecientan esta necesidad.

Monclús se muestra aliviada porque la situación actual es "estable, con mucha más información sobre el virus, con protocolos y circuitos bien establecidos y estamos mucho más entrenados". Además, con la campaña de vacunación están empezando a ver "la luz al final del túnel". Pero pese a ello, no bajan la guardia.

Al respecto, recuerda los "peores momentos" que vivieron al inicio de la pandemia por falta de información sobre lo que se estaban enfrentando. "También fue muy duro cuando nuestros compañeros empezaron a contagiarse y causaron baja", subraya.

Ello hizo que tuvieran que cubrir "agotadoras" jornada maratonianas. "Comenzábamos a las ocho de la mañana, pero nunca sabíamos a qué hora podríamos llegar a casa. Recuerdo un día de un brote en una empresa que estuvimos trabajando hasta las 3.30 de la madrugada, dormimos tres horas y volvimos a trabajar".

Afortunadamente, la transmisión del virus está hoy por hoy controlada en su zona "y los brotes son pequeños y bien localizados". Una situación que les ha permitido abordar la campaña de vacunación "sin aumentar en exceso las cargas de trabajo".

En estos meses han aumentando la actividad de forma generalizada ya que, explica, la puerta de entrada al sistema sanitario es la Atención Primaria y han tenido que realizar la primera asistencia a pacientes sintomáticos, declarar y hacer seguimiento de los casos, hacer test masivos, gestionar brotes en residencias, empresas y centros educativos... "Y muy a nuestro pesar, en ocasiones a costa de algunas de las actividades que se venían realizando habitualmente como el seguimiento de los pacientes crónicos", lamenta Monclús.

Al igual que el resto de centros, también tuvieron que elaborar un plan de contingencia y establecer circuitos diferenciados de atención para pacientes con patología respiratoria. También ha sido necesario buscar espacios para la obtención de muestras y para vacunación. Y los profesionales se han tenido que adaptar a la nueva situación aumentando por ejemplo las consultas no presenciales. "Además, la figura del enfermero de Salud Pública y de las trabajadoras sociales encargadas de la vigilancia epidemiológica ha sido crucial para el control de la transmisión", valora.

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