"No aguantamos más. Perdimos el primer fin de semana de rebajas por Filomena y este también por tener que cerrar antes"

Decenas de comerciantes y hosteleros oscenses han protestado este sábado con una sonora cacerolada por las nuevas medidas impuestas por el Gobierno de Aragón.

"Ya perdimos el primer fin de semana por la borrasca Filomena y ahora este también por el adelanto de los horarios de cierre. Y no aguantamos más". Son palabras de Susana Lacostena, presidenta de los comerciantes de Huesca, que este sábado se han unido a los hosteleros para salir a la calle y protestar contra las últimas medidas impuestas por el Gobierno de Aragón, entre ellas el confinamiento perimetral de la ciudad. 

Decenas de personas han secundado en la plaza de Navarra la convocatoria conjunta de la Asociación de Comerciantes y de la Asociación Provincial, que el próximo martes mantendrán una reunión con el Ayuntamiento de Huesca y la Diputación Provincial para trasladarles sus reivindicaciones y recabar su apoyo "para que llegue a Zaragoza de una vez por todas el mensaje de que la hostelería, el comercio, el ocio, la cultura y el deporte de Huesca también son Aragón", ha resaltado Fernando Luna, presidente de la patronal CEOS-Cepyme. 

Luna ha reivindicado un ingreso básico de subsistencia para los empresarios afectados por la crisis. "Si nos obligan a cerrar, nos tienen que ayudar. Nadie entendería que alguien que se queda sin trabajo no reciba el paro o que un jubilado no cobre la pensión que se ha ganado, pero sin embargo nadie se acuerda de nosotros", ha denunciado. 

Para la Asociación de Comerciantes de Huesca, los datos actuales de incidencia de la covid no justifican las medidas tomadas en la ciudad "porque estamos mejor que a finales de octubre", ha asegurado Susana Lacostena, quien ha incidido además en las diferentes respecto a los grandes centros comerciales de Zaragoza porque "aquí no hay aglomeraciones". Ha hecho hincapié en el daño que supone el recorte de horarios "porque los viernes por la tarde son un día muy fuerte de ventas para la gente de Huesca y los sábados, para los clientes del resto de la provincia". Ha advertido de que estas medidas conllevarán despidos en el sector "porque el comerciante hará cuentas y si le quitan horas de venta y tiene a dos o tres trabajadores, prescindirá de uno". 

Mientras, Carmelo Bosque, presidente de la Asociación Provincial de Hostelería ha valorado ante todo la "unidad" mostrada con el comercio. Además, ha criticado duramente la última decisión de adelantar los horarios de cierre y ha vuelto a reivindicar !que nos dejen trabajar". "Si dicen que tenemos el mismo nivel de contagio que en verano, ¿por qué ahora nos cierran antes?", se ha preguntado, al tiempo que ha manifestado no entender el confinamiento de Huesca. Ha pedido el apoyo de todos los políticos "porque esta es una lucha social y nuestra único enemigo es el coronarivus ya que el 2020 lo perdimos y el 2021 lo estamos viendo ya realmente negro", ha señalado.

Bosque ha advertido de las consecuencias que están teniendo las restricciones en el sector afirmando que esta misma semana han cerrado cuatro bares y se han dado de baja 40 establecimientos de la asociación "porque han bajado la persiana o porque no pueden pagar ya la cuota de 32 euros". Por ello, ha insistido en que lleguen ayudas suficientes poniendo el ejemplo de un empresario de Aínsa que tiene un establecimiento cerrado en Francia por el que recibe 10.000 euros al mes "mientras que aquí ha recibido solo 800 en todo el año". 

Los convocantes han leído un manifiesto en el que han reclamado a las administraciones que les "escuchen". "Solo pedimos poder trabajar, poder dar servicios a nuestros clientes con profesionalidad y con rigurosidad. No hemos tenido incidentes, no se han demostrados contagios en nuestros establecimientos. ¿Qué más quieren que hagamos? ¿Qué más podemos hacer?", han indicado.

Se han ofrecido a colaborar en esta situación "tan dura y oscura para tantas familias", pero piden "comprensión y empatía" porque, recalcan, el comercio, turismo, la hostelería y los servicios asociados han mantenido una "postura ejemplar" desde el inicio de la pandemia; han ofrecido ayuda para conciliar las necesidades sanitarias y la actividad económica; y han sido flexibles cuando han tenido que aplicar ERTEs.

 Por ello, reclaman al Gobierno de Aragón que dicte normas "con coherencia, proporcionalidad y responsabilidad con todo el territorio, porque las repercusiones de cada uno de sus errores sobre nuestros sectores son catastróficas", advierten. E insisten en pedir un plan de rescate para unos sectores de los que viven "miles y miles de familias".

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