Un árbol con 700 flores luce en la Comarca de la Hoya de Huesca para recordar a las víctimas de la covid-19

Botellas de plástico, restos de las bolsas de basura que se utilizaron para hacer los epis de los que carecían los sanitarios, mallas de naranjas, envases de yogur y cualquier cosa que  se pudiera pintar, moldear o coser ha servido para realizar las 700 flores que desde este viernes adornan una estructura metálica con forma de árbol en recuerdo de todas las víctimas de la covid-19. El abeto, que por la noche se ilumina con focos, está en el patio de la sede de la Comarca Hoya de Huesca y puede verse desde la calle Moya de la capital oscense. 

Este montaje recoge el trabajo realizado por las  más de 150 personas que participaron durante el pasado curso en los talleres de artes plásticas de la Comarca. La actividad presencial cesó el 14 de marzo, con la entrada en vigor del estado de alarma debido a la pandemia, pero las labores continuaron en las casas de los alumnos que conforman los alrededor de 20 grupos que salen cada año en distintas localidades de la Hoya de Huesca. 

Las profesoras, Concha Asín y Elena Nogarol, formaron un grupo de Watshapp para proseguir con las clases. A principios del curso se empezaron a preparar materiales para componer paisajes de la Hoya de Huesca que decoraran la nueva sede (inaugurada a finales del pasado mes de febrero), pero al llegar la pandemia, decidieron utilizar todo lo que se había estado reuniendo para hacer flores con las que recordar a quienes perdieron y pierden la vida por la pandemia.

Beatriz Calvo, presidenta del Área de Cultura y Deportes de la Comarca, ha agradecido la implicación de las profesoras y el trabajo del alumnado así como las "ganas" que todos han puesto para hacer este homenaje. "Como están próximas las fechas navideñas, me gustaría hacer un llamamiento para  todos seamos responsables estos días porque quedan muchas navidades para celebrar", ha indicado la consejera.  

Las profesoras de los talleres de artes plásticas han destacado que los participantes en esta actividad forman un grupo heterogéneo, en el que son mayoría las mujeres. "Cada una, en la medida que ha podido, en casa y con sus medios ha compuesto flores según las fotos y los vídeos que mostrábamos a través del Watshapp", han comentado. También han valorado el empeño de personas mayores y viven solas a la hora de desarrollar su imaginación y creatividad con este trabajo.

Cuando se flexibilizó la movilidad, Concha Asín y Elena Nogarol fueron casa por casa recogiendo las flores. Las que estaban a medias se han terminado de confeccionar ahora,  cuando se han reiniciado los cursos, para adaptarlas al árbol. El abeto, que consta de tres partes, se desmontará después de las fiestas de Navidad. 

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