Críticas a la política forestal en el Pirineo: "No hay bosques gestionados sino selvas peligrosas"

La Mesa Pirenaica concluye sus trabajos con denuncias sobre el desastre medioambiental por el abandono del territorio y el riesgo de incendios. 

Representantes de la Mesa en la rueda de prensa ofrecida este lunes.
Representantes de la Mesa en la rueda de prensa ofrecida este lunes.
Rafael Gobantes

"Los montes del Pirineo están más enfermos que nunca". Es una de las conclusión del estudio realizado por la Mesa Pirenaica para la Gestión del Territorio, órgano de participación creado por la asociación Adelpa, de ayuntamientos y comarcas pirenaicas,  abierto a investigadores, sindicatos agrarios, ecologistas o administraciones. Este martes ha presentado sus conclusiones en Huesca, tras meses de trabajo para analizar la falta de gestión e inversiones en las comarcas del norte de la Comunidad y las soluciones "al abandono que sufre en las últimas décadas". 

El presidente de Adelpa, Pablo Castán, ha criticado la falta de una política forestal y la dejadez total del monte "por la pérdida continuada de los recursos ganaderos". Por su parte, el representante de la Federación Aragonesa de Montañismo y presidente del Patronato del Parque Nacional de Ordesa, Modesto Pascau, ha lamentado que ya no haya "bosques gestionados sino selvas peligrosas". "El bosque es una masa continua, el día que prenda por una punta, no parará", ha advertido.  

Solo las zonas repobladas desde los años 60, representan 120.000 hectáreas, ha afirmado Juan Antonio Gil, de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, quien ha destacado la necesidad de aclareos también en los perímetros de los núcleos rurales para protegerlos. Esta cuestión ya se puso de manifiesto con el incendio de Castanesa. El fuego arrasó casi 2.000 hectáreas y obligó a desalojar 13 pueblos. 

La Mesa constata las graves carencias arrastradas desde hace décadas que han contribuido a crear "auténticos desiertos demográficos en amplias zonas de la cordillera que lo han hecho especialmente vulnerable a otras amenazas, entre las cuales destaca el cambio climático.  

Las conclusiones de la Mesa Pirenaica han sido consensuada y se presentarán a las instituciones. Se dividen en 5 bloques. Por un lado, las líneas de actuación en el ámbito ganadero, orientadas a favorecer la ganadería extensiva en el Pirineo para disminuir la matorralización del monte y contribuir el mantenimiento del paisaje mosaico en el contexto de cambio climático.

En segundo lugar, las líneas de actuación forestal, donde más se ha insistido, por el peligro de los incendios. El objetivo es la gestión activa de las masas forestales para favorecer su discontinuidad con un mosaico compuesto por pasto, matorral y bosque en diferentes fases de desarrollo y zonas cultivadas, con mayor resistencia al cambio climático.

En materia legislativa y administrativa, se pide un pago por los servicios ambientales, una fiscalidad específica o facilitar los trámites para los desbroces. 

La cuarta línea va en el sentido de integrar el paisaje mosaico en las políticas sectoriales a la escala adecuada y la quinta, a la comunicación, para contribuir a cambiar la visión del monte y del mundo rural que tiene sociedad urbana actual.

“Se trata, en definitiva, de que se tenga en cuenta la opinión, experiencia y conocimientos del territorio que tienen tanto los agentes económicos y sociales del Pirineo aragonés, así como de las administraciones implicadas y entidades científicas, pasando ya de los planes a actuaciones concretas”, señalaba Federico Fillat, miembro del Instituto Pirenaico de Ecología. Este científico ha puesto como ejemplo otras cordilleras europeas, como el Tirol austriaco, "donde la gente sigue sacando madera con un tractor pequeño". 

A juicio del presidente de Adelpa, Pablo Castán, “el no haber sido escuchados ha llevado a graves carencias, que arrastramos en la zona pirenaica desde hace décadas”.

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