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El último salvavidas de los hoteles de Huesca: ofertas exclusivas para oscenses

El Sancho Abarca cerrará sus puertas desde el lunes por la caída de reservas tras el confinamiento de la ciudad. El Pedro I no llega al 20% de ocupación y el Abba cree que solo puede resistir así hasta Navidad.

El hotel Sancho Abarca de Huesca cerrará sus puertas el próximo lunes tras el desplome de las reservas provocado por el confinamiento de la ciudad.
El hotel Sancho Abarca de Huesca cerrará sus puertas el próximo lunes tras el desplome de las reservas provocado por el confinamiento de la ciudad.
Rafael Gobantes

Suite Junior con jacuzzi o habitación doble con ducha de hidromasaje con botella de cava, acceso privado al SPA y desayuno continental. Esta es el paquete especial 'Oscalove' que el hotel Sancho Abarca de Huesca oferta en exclusiva a los oscenses para que puedan disfrutar de los lujos de este establecimiento de cuatro estrellas. Es el último salvavidas que han ideado los hoteles de la capital para capear la "ruina" que les está suponiendo el confinamiento perimetral de la ciudad que entró en vigor el pasado 22 de octubre.

"Intentamos ser ingeniosos para conseguir que caiga alguna reserva", explica Roberto Pac, propietario del Sancho Abarca, que dispone de 57 habitaciones. Y aunque han recibido ya un "goteo" de llamadas de oscenses interesados en contratar esta nueva oferta exclusiva, asegura que no es suficiente ni mucho menos como para mantener abierto el hotel y por ello ha decidido cerrarlo temporalmente desde el próximo lunes y hasta final de mes, confiando que para entonces se haya levantando el confinamiento de la ciudad. Como consecuencia de ello, 12 trabajadores volverán al ERTE, sumándose a los seis que continúan en él. 

"No puede entrar nadie a la ciudad con lo cual solo llega algún cliente que viene por trabajo o a una cita médica, pero pueden ser dos al día o incluso ninguno", destaca Roberto Pac. Tampoco tienen abierto el restaurante por las restricciones impuestas al sector hostelero. "Estamos muertos", resume gráficamente.

Y es que resalta que desde que estalló la pandemia en marzo "hemos abierto todos los días a pérdidas, en algunos momentos más que otros, pero no hemos ganado ningún día". Afirma que las empresas están subsistiendo por los ahorros que tienen y reclama a los Gobiernos central y autonómico "que nos dejen trabajar y si no, que nos confinen de una vez y nos den ayudas para soportar ese tiempo porque ahora simplemente están alargando la agonía". Al respecto, hace hincapié en que los hoteles son lugares seguros "con todo lo que hemos invertido en equipos de desinfección de ozono o luz ultravioleta y con la limpieza exagerada que se hace".

En otro de los hoteles de cuatro estrellas de Huesca, el Pedro I, el confinamiento de la ciudad está suponiendo "una ruina", como reconoce el director regional del grupo Gargallo, Adolfo Ibáñez. Cuando se anunció la medida, se cayeron todas las reservas y desde entonces solo reciben clientes que viajan por motivos laborales "pero hay muchas plazas hoteleras en Huesca para tan poca gente", subraya. Aun así, han tenido que sacar a trabajadores del ERTE para dar servicio de cenas "porque si no, tienen que pedir comida para llevar o ir a alguna terraza y la gente es reacia a eso".

La ocupación de sus 129 habitaciones se sitúa estos días por debajo del 20%. Lamenta haber perdido el último puente de Todos los Santos y asegura, además, que las previsiones a corto plazo son "nulas". Por suerte, al final del verano se recuperaron "un poco" tras el varapalo que supuso el retroceso de fase de algunas comarcas. "El puente del Pilar fue excelente, no como el año pasado, pero se notaba la recuperación y de hecho estábamos a punto de abrir la cafetería. Pero otra vez volvieron a cerrar los restaurantes y cafeterías y dimos marcha atrás", explica Adolfo Ibáñez, quien espera que se levanten pronto las restricciones "porque cuando se pueda viajar, el turismo se rehará enseguida ya que la gente tiene muchas ganas". 

Hasta entonces, en el Pedro I también están valorando lanzar ofertas especiales para los oscenses como algún paquete romántico o también ofrecer la posibilidad de montar una oficina en las habitaciones para facilitar el teletrabajo con la opción de hacer reuniones con clientes o colaboradores en salas 'business'.

Mientras, el Abba Huesca, el último de los hoteles de cuatro estrellas de Huesca, tiene "casi vacías" estos días sus 84 habitaciones, según su director, Manuel Solanilla. "Nuestra actividad ha quedado reducida prácticamente a cero ya que solo se alojan algunas personas que vienen a trabajar como militares o comerciales y poco más, y la cafetería y el restaurante están cerrados", señala. Un nuevo varapalo después de una temporada estival en la que que se recuperó "algo de actividad solo". Y es que muchos de sus clientes proceden de Comunidades Autónomas que han estado o están confinadas como Madrid o Cataluña. "Esto se puede aguantar como mucho hasta Navidad o principios de año", advierte. 

Una grave situación económica ante la que no tienen ayudas. "Los gastos como energía, impuestos, agua, IBI... siguen siendo los mismos y en cambio no ha habido ningún tipo de reducción en esos pagos ni sentido común. Porque si una empresa no está teniendo actividad, se deberían adecuar los gastos pero no se ha hecho nada de eso", lamenta el director del Abba Huesca.

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