La DGA aprueba un plan para la gestión de los glaciares, al borde de su desaparición

La última medición, de 2016, situó la superficie en 242 hectáreas. Los expertos reconocen que es "imposible" proteger las masas de hielo porque "implicaría cambiar el clima".  

Trabajos de medición del glaciar durante la campaña de ínvestigación llevada a cabo esta semana.
Trabajos de medición del glaciar de Monte Perdido a principios de este octubre.
Alfredo Serreta

El Gobierno de Aragón ha aprobado el nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos, que de esta forma cuentan con un instrumento legal para su gestión y planificación en los próximos 10 años. Sin embargo, esto no impedirá el retroceso de la masa helada, ya que el cambio climático los aboca a la desaparición. De 1984 hasta 2016 se han perdido más de la mitad de los glaciares pirenaicos y los que quedan han visto menguada su masa y superficie considerablemente. Si en 2008 la superficie era de 310 hectáreas, en 2016, año de la última medición, bajó a 242.

En el Pirineo aragonés se encuentran los más meridionales del continente europeo, gravemente amenazados por el calentamiento global. Todo ello llevó a su protección en 1990, ya que se trata de ecosistemas únicos. El plan engloba el macizo de Balaitús o Moros (Sallent de Gállego), Infierno (Panticosa, Sallent de Gállego), Vignemale o Comachibosa (Torla), La Munia (Bielsa), Posets o Lardana (San Juan de Plan, Sahún, Benasque), Perdiguero (Benasque), Maladeta-Aneto (Benasque y Montanuy) y Monte Perdido (Bielsa y Fanlo). Estos últimos son los de mayor extensión. La protección afecta a 3.190 hectáreas (con 12.897 de Zona Periférica de Protección) y se sitúan entre 2.700 y 3.000 metros.

Mapa de los glaciares del Pirineo.
Mapa de los glaciares del Pirineo.
Gobierno de Aragón

El investigador Ignacio-López Moreno, del Instituto Pirenaico de Ecología, reconoce que es "imposible" proteger los glaciares, "implicaría cambiar el clima, cosa que no somos capaces de hacer". Sin embargo, este experto, responsable de la monitorización del de Monte Perdido, ve con buenos ojos que se manifieste el interés por estos monumentos naturales, a través del Plan Rector como un medio para remarcar su interés. La limitación de actividades deportivas (desde hace tiempo ya están prohibidas las carreras de montaña) o la prohibición de pisarlos tampoco frenarían su deterioro. 

Entre las medidas del nuevo PRUG se contemplan los usos y actividades compatibles con la conservación y los usos prohibidos. El vigente hasta ahora, de 2002, permitía "el ejercicio libre de la escalada, el excursionismo, el esquí de travesía y la espeleología". El nuevo llegó a incluir la prohibición de la escalada, el esquí de travesía y las pruebas deportivas de cualquier tipo en las crestas y cuerpo de los glaciares", una limitación inmediatamente contestada por los montañeros, ya que impediría el acceso a algunas de las cumbres míticas del Pirineo (es paso obligado), entre ellas el Aneto. Al final, según reconoció el Gobierno de Aragón, se trató de un "error" que se coló en el borrador y fue rectificado.

El documento fue sometido a la participación de los miembros del Patronato de los Monumentos Naturales y superó el trámite de información pública, además de contar con los informes favorables del Consejo de Protección de la Naturaleza, el Consejo de Ordenación del Territorio, el Comité Forestal y los Servicios Jurídicos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.

"Es una buena noticia, pese a la poca gestión real que se puede hacer para impedir que continúen su deterioro derivado del cambio climático", ha declarado Óscar Díez, representante ecologista en el Patronato y secretario de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. A su juicio, el plan es razonable en términos generales, "sí que nos hubiera gustado y así lo expresamos en cuantos patronatos de Espacios Naturales Protegidos estamos presentes que las competiciones deportivas se excluyeran, ya no solo de este sino de todos los de Aragón, entendiendo que las mismas son perfectamente realizables fuera". También ha mostrado su acuerdo con el impulso a los planes de seguimiento de las especies bioindicadoras de este tipo de ambientes, algo que refleja el PRUG pero lo importante, ha matizado, "no es que aparezca sino que se haga y se asuman compromisos de seguimiento a largo plazo".

Los únicos y últimos glaciares de España

Los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos se declararon Espacio Natural Protegido de Aragón por ley en el año 1990 en razón de su elevado interés científico, cultural y paisajístico y para protegerlos. En el año 2007 su superficie protegida se amplió, de forma que para cada superficie glaciar se abarcara desde las cumbres del circo hasta los complejos morrénicos depositados por el hielo glaciar durante la Pequeña Edad de Hielo, incluyendo en algunos casos el entorno más frágil (heleros, neveros o glaciares rocosos). En 1980, las masas de hielo ocupaban 641 hectáreas. El glaciar de Coronas ha pasado a ser un helero, el del Balaitus (con 23 hectáreas hace 40 años) ha desaparecido y el de la Maladeta se ha partido en dos.

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