Arriesgado rescate de una escaladora que se quedó suspendida en los Mallos de Riglos

La montañera, una vecina de Pamplona de 25 años, sufrió un accidente mientras ascendía que le provocó múltiples lesiones.

Un guardia civil desciende con la escaladora a la espalda.
Un guardia civil desciende con la escaladora a la espalda.
Guardia Civil

Las espectaculares paredes de los Mallos de Riglos fueron escenario el sábado de un complicado rescate de una escaladora de Pamplona, de 25 años, que se encontraba herida, y de su acompañante, de 24. Durante dos horas, los especialistas de la Guardia Civil, trabajaron para evacuarla de la cima de uno de los mallos, con muy poco espacio y fuerte viento. 

El salvamento se inició sobre las 11.45, a raíz de una llamada al servicio de emergencias del 112. Una escaladora se había accidentado mientras escalaba en los Mallos de Riglos (Las Peñas de Riglos) y se encontraba suspendida en mitad del tercer largo en la vía normal del Mallo el Puro. Fue su acompañante la que dio la voz de alerta informando que había perdido ligeramente la conciencia y desconocía la gravedad de las lesiones. 

Los agentes pidieron a la comunicante que descendiera a la herida hasta donde estaba ella. Cuando así lo hizo, pudo comprobar que tenía múltiples lesiones pero no revestían gravedad. Había recuperado la consciencia pero no estaba segura de que puedan salir de allí por sus propios medios. 

Los guardias tuvieron que trabajar en el reducido espacio de la cima del Mallo del Puro.

El operativo de rescate, formado por el equipo de especialistas con base en Huesca, junto a la Unidad Aérea y el médico del 061 que siempre acompaña al helicóptero, ya estaba en marcha. Según ha detallado la Comandancia de Huesca, una vez localizadas desde el aire,  se hizo una prueba con la aeronave simulando la maniobra de apoyo parcial, con un patín, en la cima del Mallo el Puro. Al ver que era viable aterrizó en las proximidades para preparar el material y aligerar el peso. Luego en la cima descendieron dos especialistas, pese a la dificultad que entrañaba, tanto para los pilotos como para los guardias, por el escaso espacio existentes, "con peligro de caer al vacío", y más con el viento que soplaba  en ese momento.

Para llegar hasta la herida hubo que realizar varios rapeles. Se valoró la gravedad de las lesiones, viendo que tenía policontusiones, cortes en distintas partes del cuerpo y un tobillo lesionado, pero que ninguna revestía especial gravedad. Por ello se decidió rescatarla para ser atendida por la médico en la base de la pared. 

Primero hubo que mover horizontalmente a la accidentada por la terraza donde se encontraban hasta encontrar una zona de descuelgue. La evacuación se realizó utilizando un arnés que acomoda al herido en la espalda del socorrista, bajándola con cuerdas hasta la base de la pared. Un guardia era el que controlaba el descenso de la cuerda mientras el otro con la herida a la espalda era descolgado. 

Dos horas después de la llamada de auxilio, la mujer llegó al suelo, donde fue asistida. Una vez terminadas las primeras curas la trasladaron en un coche patrulla hasta la zona donde estaba el helicóptero y fue evacuada hasta el hospital San Jorge de Huesca.

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