"Otro cierre de fronteras con Francia sería un golpe muy duro"

Alcaldes del Pirineo confían en que la posibilidad apuntada por el primer ministro francés no se consume.

Gran afluencia en los pasos fronterizos del Portalet, Bielsa y Somport.
Gran afluencia en los pasos fronterizos del Portalet, Bielsa y Somport.
Rafael Gobantes

"Un golpe muy duro", "una decisión demasiado drástica". Los alcaldes del Pirineo aragonés responden así a la posibilidad apuntada por Francia en las últimas horas respecto a un eventual cierre de fronteras. El primer ministro de ese país, Jean Castex, no lo descarta debido al resurgimiento de la epidemia en España. "Estamos vigilando el tema muy de cerca, especialmente aquí, porque es un problema real que tenemos que discutir también con las autoridades españolas", afirmó el político galo durante una visita a la ciudad de Prades, en el departamento de los Pirineos Orientales, fronterizo con España, al ser preguntado por los periodistas sobre un eventual cierre tras las limitaciones de movimientos en Cataluña y a la vista de la situación de la epidémica en esa Comunidad.

Los pasos internacionales con Aragón se reabrieron el pasado 21 de junio. No ha transcurrido ni un mes desde que los turistas pudieron atravesar por Bielsa, El Portalet y Somport y ahora la incertidumbre vuelve a planear sobre ellos.

El alcalde de Bielsa, Miguel Noguero, cree que la medida sugerida por el primer ministro sería "muy drástica" y "haría mucho daño". La relación entre uno y otro lado es muy fluida en estos valles. Empresas francesas cruzan para hacer barrancos en el Sobrarbe, existen rutas guiadas por los refugios de los dos países y son muchos los ciudadanos del otro lado de la cordillera que llegan también para comprar en las tiendas españolas, sobre todo los fines de semana. "Ha costado mucho arrancar el sector turístico y comercial como para ahora dar un paso atrás", advierte Miguel Noguero.

"Sería una malísima noticia", asegura también el alcalde de Canfranc, otro municipio fronterizo. Cree que la situación epidémica, por lo que respecta al Pirineo central, no es muy diferente a uno y otro lado. "Hemos estado varios meses cerrados y hacerlo otra vez sería un golpe muy duro para el comercio y el turismo de Canfranc y en general para la economía de las zonas fronterizas", pues en buena medida, además de hoteles, bares y restaurantes, las tiendas también dependen de los vecinos galos.

La sierra de Guara, con un 60% de clientes procedentes de Francia, sería otra de las afectadas. De momento, en el inicio del mes de julio, se observaba un tímido regreso de los ciudadanos de ese país a la meca del barranquismo, una actividad de la que son grandes aficionados.

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