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Se retrasa la apertura del albergue para temporeros sin techo de Fraga

Las dificultades surgidas para hacerse cargo de su gestión podrían dilatar su puesta en funcionamiento hasta el próximo mes de julio, aunque las instituciones implicadas intentarán acortar al máximo los plazos.

El pabellón del Sotet se ha habilitado ya con 30 camas para temporeros sin techo.
El pabellón del Sotet hay unas 40 camas preparadas para temporeros sin techo.
Digital Fraga TV

La apertura del albergue para temporeros sin techo de Fraga se dilatará más allá de lo previsto, ante las dificultades que entraña su gestión. La nueva fecha que se baraja es el próximo mes de julio, aunque las instituciones implicadas "mantienen su voluntad" de poner en marcha este servicio y han anunciado que buscarán la forma de "acortar al máximo los plazos previstos", según ha explicado la alcaldesa de la ciudad, Carmen Costa.

El problema principal radica en la falta de competencias. Ni el Ayuntamiento de Fraga ni la Comarca del Bajo Cinca cuentan en su cartera de servicios con la gestión de alojamientos temporales. La solución está en solicitar la delegación de estas funciones al Gobierno de Aragón, un trámite que podría alargarse entre 15 y 20 días, pero que el consistorio está dispuesto a emprender, según ha confirmado la alcaldesa de la ciudad, que, junto a otros representantes municipales, mantuvo este miércoles una nueva reunión con responsables de la Comarca del Bajo Cinca y de las entidades sociales implicadas (Cruz Roja, Cruz Blanca y Cáritas).

Costa está convencido de la necesidad de poner en marcha este equipamiento, ya que la falta de alojamientos obliga en plena alerta sanitaria a varios grupos de temporeros a dormir en infraviviendas, asentamientos o directamente en la calle, sin posibilidad de cumplir con las medidas de prevención recomendadas, lo que supone un riesgo para estos colectivos y para el conjunto de la población.

A priori, el albergue, que estará situado en el pabellón del Sotet, está pensado como una medida excepcional, ante la actual situación de emergencia sanitaria, y en ningún caso, como espacio de hacinamiento de temporeros, ya que la idea es que sea un lugar de tránsito hasta que los usuarios encuentren un alojamiento digno. Para ello, además de servicios básicos, se desarrollarán talleres de formación e inserción que favorezcan su acceso al mundo laboral.

La puesta en marcha del albergue fue anunciada el pasado 21 de mayo, después de que fuera colocado el equipamiento básico, gracias a la colaboración de Cruz Roja, y desde el principio, el consistorio confió en que la gestión fuera asumida por el área de Servicios Sociales de la Comarca del Bajo Cinca, a la que, al mismo tiempo, encargó la redacción de un protocolo de actuación.

El documento, que fue entregado esta misma semana, describe los recursos humanos y materiales necesarios para su puesta en funcionamiento y además, calcula su coste, que rondará los 200.000 euros. En total, habrá capacidad para 40 personas, que podrán permanecer un máximo de siete días prorrogables a diez. A su llegada, recibirán productos de higiene y ropa y además, antes de su ingreso, serán sometidas a un control de temperatura. Dentro del espacio, también se implementarán otras medidas de higiene y seguridad con el fin de prevenir contagios.

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