El guardia civil apuñalado por un compañero en Huesca sale de la UCI

La víctima de la agresión, que recibió 14 cuchilladas en plena calle cuando iba con su hija, llevaba dos semanas en Cuidados Intensivos. 

La Policía Nacional registró este lunes el domicilio del guardia civil detenido en busca de pruebas.
El guardia civil detenido tras un registro en su domicilio.
Rafael Gobantes

El guardia civil que fue apuñalado por un compañero del cuerpo el pasado 2 de mayo en Huesca, cuando paseaba con su hija por la céntrica avenida de Martínez de Velasco, ha salido este viernes de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital San Jorge, donde ha permanecido dos semanas debido a la gravedad de las heridas. 

Jesús L. A., de 51 años, recibió entre 13 y 14 cuchilladas. El autor lo hizo "con la intención de acabar con su vida", según el auto de prisión dictado por el titular del Juzgado número 5 contra José Luis E. E., de 49, que está acusado de un presunto delito de homicidio, en grado de tentativa, y otro de lesiones, ya que también hirió a la hija, menor de edad, cuando esta trató de proteger a su padre, tirándose sobre el cuerpo tendido de éste. 

La víctima ingresó en estado muy grave en el hospital e incluso se llegó a temer por su vida, pero afortunadamente se ha ido recuperando y finalmente hoy ha salido de la UCI y seguirá la recuperación en planta. Y es que las heridas pudieron ser fatales. La primera de las puñaladas se la dio por la espalda, alcanzándole en la zona de la nuca. Las tres siguientes en el cuello, cuando se giró. El resto, entre nueve y diez, sobre el cuerpo indefenso de la víctima, una vez que esta cayó, boca arriba, al suelo. Por su parte, su hija recibió tres cortes, en el glúteo, en la espalda y en el hombro, y al día siguiente pudo salir del hospital.

El agresor no paró hasta que fue reducido por varias personas que paseaban por la vía pública y acudieron en auxilio de la víctima. Fue reducido por ellas sin oponer resistencia hasta que llegó la Policía. 

No tenía una mala relación con la víctima ni con su familia. Según el auto judicial que ordenó su ingreso en prisión el trato entre ambos era cordial. A pesar de que compartían profesión, no tenían una especial vinculación por estar destinados en distintas unidades. El atacante estaba de baja psicológica y el propio juez reconoció que podía padecer una patología o trastorno psiquiátrico, aunque por el momento se desconoce el diagnóstico y el alcance a efectos de saber si pudo afectar a su inteligencia y voluntad.

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