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El cierre fronterizo con Francia deja a los barrancos de Guara sin el 60% de clientes

Los colectivos de guías de la provincia de Huesca lanzan un SOS y reclaman ayudas específicas a la DGA.

Un guía ayuda a un grupo de barranquistas en la Sierra de Guara a atravesar un paso complicado.
Un guía ayuda a un grupo de barranquistas en la Sierra de Guara a atravesar un paso complicado.
AGSG

El sector del turismo activo de la provincia de Huesca puede retomar su actividad a partir de este lunes, aunque solo con grupos limitados a 10 personas. Sin embargo, empresas y guías aseguran enfrentarse a un futuro a corto plazo lleno de incertidumbres no solo por las medidas higiénico-sanitarias a aplicar, sino también porque las restricciones de movilidad limitan la llegada de clientes.

Y entre todos los subsectores, los que dicen tener un escenario "más negro que el resto" son los barrancos de la Sierra de Guara. Y es que el cierre sine die de la frontera impide viajar hasta uno de los mejores destinos para la práctica de esta actividad al 60% de sus clientes, que proceden de otros países, especialmente de Francia. Del 40% restante, la gran mayoría llegan de Cataluña, Madrid y País Vasco, que hasta que no haya libertad de desplazamientos entre provincias tampoco podrán llegar a Guara.

"Llevamos más de 30 años viviendo de los visitantes franceses y no podemos cambiar nuestro modelo de turismo de un día para otro. Y si siguen cerradas las fronteras, ¿qué hacemos este verano?", se pregunta Eduardo Recio, secretario de la Asociación de Guías de la Sierra de Guara (AGSG), quien advierte de que empieza a "cundir el pánico" en el sector "tirando precios".

Recio afirma que ante esta situación, muchas empresas y guías retrasarán la vuelta a la actividad hasta que haya libertad de movimientos que permitan viajar a clientes de otras Comunidades Autónomas, "porque solo con la gente de Huesca no es viable económicamente"; y hay algunos que incluso dan por ya perdida la temporada "porque se habla de no volver a abrir la frontera con Francia hasta octubre", lamenta.

A ello se une el hecho de que muchos de los guías de Guara, donde hay cerca de un centenar de profesionales, no están cobrando las ayudas para autónomos ya que el 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, no se habían dado de alta aún porque la temporada iba a comenzar pocas semanas después, en Semana Santa, "y se encuentran en una situación de desprotección absoluta", critica.

Por ello, la asociación ha enviado ya una carta a la Dirección General de Turismo reclamando ayudas a fondo perdido que puedan orientarse específicamente a los guías y empresas que estén registradas en el territorio. Los guías exigen al Gobierno aragonés que "responda" por el sector en estos momentos "con la misma contundencia que lo hemos hecho nosotros estos años para dar una imagen de vanguardia del turismo y porque nos han exigido más que a nadie en requisitos, controles, titulaciones...".

Entre otras medidas, solicitan subsidios para los guías complementarios con otras prestaciones, una reducción del IVA al 10% para el sector, líneas de crédito específicas, bonificaciones para las cuotas de autónomos, EPI, ayudas al alquiler de vivienda, campañas de promoción del deporte de montaña, formar parte del comité científico-técnico que asesore al Gobierno de Aragón...

Con todo, también dejan claro que están trabajando para adaptar las recomendaciones de sanidad para ser un destino "libre de infecciones" y animan a los turistas aragoneses y españoles en general a que vayan a disfrutar de las actividades de montaña en Huesca "que son las más naturales, impresionantes y de calidad de todo el territorio español", recalcan

También la Asociación de Guías del Valle de Benasque, donde trabajan una treintena de profesionales, se suma a esta petición de ayudas "porque a muchos compañeros que hacen a lo mejor la campaña de invierno y luego la de verano les ha pillado todo esto sin estar de alta en ningún lado", señala el presidente de la entidad, Jordi Clariana.

Para los guías de montaña, el panorama tampoco es nada halagüeño por la exigencia de grupos reducidos "porque normalmente llevas más gente para darles un precio más barato, pero si ahora tenemos que ir con menos, ¿qué haces para que te salga a cuenta si tienes que añadir además los equipos de protección?", dice.

Hasta que no se amplíe la movilidad más allá de los límites provinciales, no habrá apenas trabajo porque la gran mayoría de sus clientes son catalanes y madrileños. Por suerte, en su caso la campaña arranca en junio por lo que tienen aún algo de margen.

Las aguas bravas del Gállego piden un "empujón"

La desescalada provincial causa un problema añadido a las empresas de aguas bravas del Gállego ya que Murillo pertenece a Zaragoza pero solo se puede llegar a través de Huesca con lo que por ahora están en un "limbo". Por ello, no se plantean la reapertura hasta junio. "Calculamos que vamos a tener que contratar a la mitad de la plantilla", estima Fermín Pérez, de la Asociación Gállego Activo, quien se une a la reivindicación de «proteger» laboralmente a los guías.

Con todo, deja claro que van a esforzarse al máximo para aprovechar el verano "porque ha llovido mucho esta primavera y los caudales son ideales". Pero también pide un "empujón" a las administraciones "para que el protocolo sanitario no nos ahogue ya que cada día van a poder bajar menos personas por el río con lo que será menos rentable", dice.

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