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Lágrimas, aplausos y confeti para celebrar el primer alta de la residencia de Yéqueda

Luis Anselmo Rodríguez, de 84 años, ha regresado a Épila después de dos semanas ingresado en este centro cercano a Huesca que habilitó el Gobierno de Aragón el día 23 de marzo para ancianos contagiados.

"Hasta ahora se trataba de aguantar debajo del paraguas esperando a que pasara la tormenta pero por suerte empezamos por fin a ver que sale el sol". Con este símil tan gráfico ha querido expresar Mateo Ferrer, director de la residencia La Abubilla de Yéqueda (Huesca), la enorme alegría que ha sentido todo el personal este martes después de poder dar, por fin, el primer alta dos semanas después de que el Gobierno de Aragón habilitara este centro para atender a ancianos con coronavirus. Este miércoles está previsto que otros dos usuarios puedan regresar a Castejón de Sos con el informe de alta bajo el brazo. 

Después de muchos días con malas noticias por los doce fallecidos que han registrado ya en la residencia, los trabajadores y trabajadoras han podido tener por fin un respiro. Un momento inolvidable que han celebrado por todo lo alto este mediodía cuando Luis Anselmo Rodríguez, de 84 años,, que había llegado hace dos semanas del centro para mayores Épila (Zaragoza), ha salido a la calle y se ha montado en una ambulancia de Cruz Roja para regresar a su lugar de residencia. Ha habido muchas lágrimas, aplausos e incluso una lluvia de confetis. 

Después de tantos días confinado en su habitación, Luis ha podido salir de ella y empezar a recuperar poco a poco su vida social disfrutando de la lectura del periódico en el salón o de un almuerzo en el comedor.

"Es una recompensa a todas las horas de dedicación y esfuerzo que está haciendo mucha gente y especialmente el personal sanitario, que está haciendo una labor impagable", ha destacado Mateo Ferrer, quien confía en que a partir de ahora se puedan ir incrementando progresivamente el número de altas conforme se vaya cumpliendo el período obligatorio de dos semanas de cuarentena de los usuarios. 

La residencia cuenta con 46 plazas que están prácticamente ocupadas al 100% aunque siempre se queda alguna libre para atender posibles urgencias. Para atender a todos los usuarios cuentan con una plantilla de 55 profesionales, la gran mayoría personal médico, de enfermería y auxiliares de geriatría, a los que se suman cocina, limpieza, administración... "Esta pandemia nos va a dejar un tatuaje en el alma a todos nosotros y vivir momentos como los de hoy nos ayudan a levantarnos cada día con ánimo para seguir luchando contra este virus", ha asegurado Mateo Ferrer. 

La Abubilla, en Yéqueda, a 5 km de Huesca, se puso en marcha el 23 de marzo recibiendo a los dos primeros usuarios de la residencia de Castejón de Sos. Desde entonces, ha acogido a más de medio centenar, procedentes de todo Aragón. El Ejército de Tierra desinfectó este fin de semana las zonas comunes con nebulizadores para hacer una limpieza a fondo, al margen del protocolo cotidiano que se sigue tanto en el interior como en el exterior.

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