Cuando el alguacil recoge el pedido y te lleva la compra a casa

Las entidades locales organizan las compras y otras atenciones a las personas sin posibilidad de desplazarse en los pequeños núcleos, muchos sin tienda ni farmacia. 

Empleadas de la comarca de la Ribagorza llevando comida a los mayores.
Empleadas de la comarca de la Ribagorza llevando comida a los mayores.
Heraldo

El alguacil del Ayuntamiento de Montanuy se encargó el lunes de hacer la compra a tres vecinos de los núcleos de Noales y Castarné. Recogió los encargos, se fue a Pont de Suert, el centro de comercio y servicios de esta zona de la Ribagorza, y luego les llevó los alimentos y medicinas hasta las puertas de sus casas. El sistema de transporte habilitado en este municipio habitualmente para ayudar a quienes tienen problemas de desplazamiento se ha suspendido debido a las medidas de aislamiento y ha habido que pensar en organizarlo de otro modo.

 “En algunos pueblos, los vecinos más jóvenes se han ofrecido a ayudar, pero en otros no hay nadie que pueda hacerlo. Por eso lo hemos organizado desde el ayuntamiento ”, comenta la alcaldesa, Esther Cereza. Se llamó casa por casa (son poco más de 200 habitantes repartidos en 17 núcleos) para ver cuáles eran las necesidades de las personas más vulnerables. “Queremos que sepan que pueden contar con ayuda”.

La red de favores se hace estos días más necesaria que nunca. La solidaridad aflora en las ciudades, pero sobre todo en los pequeños pueblos, donde por no haber no hay ni tienda ni farmacia y la población está muy envejecida. En paralelo a las iniciativas solidarias surgidas de los ciudadanos, también las entidades locales se organizan para ayudar en tareas cotidianas. 

Ideas similares a la de Montanuy proliferan en todos los rincones de la provincia. El Ayuntamiento de Ballobar está elaborando una lista de personas que viven solas y quieren o precisan ayuda para hacer un seguimiento diario. Todos los días por la mañana las llamarán para ver si necesitan algún recado, si se encuentran bien o si necesitan que les escuchen. Y piden a la población que si sabe de alguien en esta situación, que lo comuniquen poniéndose en contacto con el teléfono del Ayuntamiento de Ballobar.

"Sé que tenemos un pueblo solidario y generoso, pero es importante extender la red de cuidado y seguimiento, hay personas entre nosotros que están solas y tienen un mayor riesgo, por eso aproximadamente a las 10.30 de la mañana comenzaremos con las llamadas. Si sabes de alguien que pueda estar en la lista, llámanos", anunciaba la alcaldesa, Esther Saló, en las redes sociales.

El Ayuntamiento de Loporzano pone a disposición de la población de riesgo (mayores y personas con patologías que afectan al corazón, pulmones o sistema inmune, o con tratamientos inmunodepresores) un servicio a través del personal municipal para el abastecimiento alimentario. A los interesados se les ofrece un teléfono 974 26 20 55 y 649 42 57 37 para dar sus datos y proceder a la recogida de pedidos. Se efectúa un reparto diario a los pueblos, con personal equipado con material de aislamiento que no entrará en contacto con los interesados. La compra se depositará en el portal y solo se gestionan pedidos preparados en bolsa cerrada.

"Nos preocupan los pueblos sin tienda"

La comarca de la Ribagorza es otro ejemplo de cómo las zonas rurales afrontan el aislamiento en Aragón. El viernes ya se empezó a preparar el operativo en previsión de las dificultades de acceso a los productos de primera necesidad, sobre todo por parte de gente mayor, es decir, la mayoría del censo. “Nos preocupaban principalmente aquellos núcleos que no tienen tienda”, dice Marcel Iglesias, presidente de la Comarca, institución que trabaja en esta tarea en coordinación con los ayuntamientos.

En Laspaúles, empleados del Ayuntamiento, en coordinación con la tienda del pueblo, hacen el reparto por las casas. En esta localidad se han detectado varios positivos y los vecinos están muy concienciados respecto a las medidas de aislamiento. 

Según el plan previsto por la Comarca, “el personal de los ayuntamientos recogerá la lista de la compra, nos la trasladará y luego la llevaremos a los pueblos para que allí los alguaciles la repartan. Se trata de tener el mínimo contacto para romper la cadena de transmisión”, explica Iglesias. Este servicio se dará a todos los municipios que lo soliciten.

El domingo, el personal de la Comarca ya empezó llevando comidas a los domicilios de los ancianos que antes utilizaban el centro de día de la residencia de Graus, ahora cerrado. “Se trata de cambiar las funciones que se hacen habitualmente por otras en las que ahora se les necesita”.

Bomberos en reserva

No solo hay que llevar compra o comida a la gente mayor. En la Ribagorza hay que atender tambien a un grupo de bomberos aislados como medida de precaución por si sus compañeros enferman. Unos están en un alojamiento que se les ha dispuesto y otros confinados en sus casas. “Debemos pensar en tener siempre disponible personal para atender una emergencia”, aclara el presidente de la Comarca. Lo mismo ocurre con los servicios sociales. Aquí también hay una plantilla de reserva. Y otros trabajadores que se ocupaban de servicios deportivos están encargándose de la higienización de espacios como los albergues por si hay que recurrir a ellos. “Tenemos que librar esta batalla contra el enemigo invisible”, resume Marcel Iglesias.

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