el libro verde, a debate

Los regantes exigen seguir ampliando la mancha verde y más obras de regulación

El presidente Javier Lambán reafirma el compromiso de su gobierno con el Pacto del Agua.

Javier Lambán y César Trillo, presidente de Riegos, en la jornada informativa de Huesca.
Javier Lambán y César Trillo, presidente de Riegos, en la jornada informativa de Huesca.
Rafael Gobantes

"Queremos regar". Bajo esta consigna, 700 agricultores se han reunido este miércoles en el Palacio de Congresos de Huesca para asistir a la jornada informativa de Riegos del Alto Aragón, que este año ha debatido sobre el Libro Verde de la Gobernanza del Agua, un documento de trabajo del Ministerio para la Transición Ecológica que plantea una nueva política, adaptada al cambio climático.

Ante representantes del Ministerio y de varios gobiernos autonómicos, el presidente de Riegos, César Trillo, ha criticado el Libro Verde porque "va contra nuestros intereses", aunque admite que es solo un borrador de un gobierno en funciones. Una de las razones de esa oposición es que da una perspectiva medioambientalista y fiscal del agua, "olvidando que también es imprescindible para la ordenación del territorio y para fijar población en el medio rural". Otra, la propuesta de no hacer más hectáreas de regadío y de reducir las concesiones en los ya modernizados.

"El regadío español no está de acuerdo con el Libro Verde pero en el valle del Ebro tenemos aún más razones", ha justificado. En este sentido, Trillo se ha referido a la menor regulación de esta cuenca (un 50% frente al 180% del Segura) y un caudal ambiental "desorbitado". "El Ebro vierte al mar 107 metros cúbicos por segundo de media cada día, más del doble de la suma de todos los caudales ecológicos de los ríos del país. Pero para los autores del Libro Verde parece que no es suficiente". 

A la clausura de la jornada ha asistido el presidente aragonés, Javier Lambán, quien reclama la participación de las autonomías en la política hidráulica y apuesta por que esta dé oportunidades al medio rural, lo cual pasa por el desarrollo del sector agroalimentario. Ha animado a los habitantes de los pueblos a abrazar "la bandera de la causa verde" y saber explicar a la sociedad urbana cuál es su papel.

Tanto el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, como Lambán han insistido en seguir aumentando la mancha de regadío en el valle del Ebro, ajustados a las exigencias ambientales, porque es una de las políticas "más efectivas para asegurar la sostenibilidad económica y capacidad de generación de empleo en nuestro medio rural".

La previsión en Aragón es poner en riego 25.000 nuevas hectáreas, financiadas y ejecutadas con el Ministerio, con la movilización de una inversión de 350 millones de euros y la creación de 1.000 empleos equivalentes.

Lambán también ha puesto el acento en la ejecución de los embalses incluidos en el Pacto del Agua de Aragón. Sobre las discrepancias con sus socios de gobierno en este asunto ha dicho que en la anterior legislatura el PSOE y CHA ya tenían posiciones diferentes. "No hubo ningún problema porque era una discrepancia pactada". Además, "es una competencia estatal". La diferencia de criterio continúa con el nuevo gobierno cuatripartito. "El PAR y el PSOE estamos absolutamente alineados con la necesidad de las obras de regulación", y en sintonía con la política del Gobierno de España, "que no es opuesta a las obras ni a los regadíos". Enfrente hay otros dos socios con una visión distinta, "pero es algo aceptado desde el principio".

Por su parte, la presidenta de la CHE, Dolores Pascual, ha valorado positivamente el debate del Libro Verde. Entiende que el medio rural "legítimamente pida un desarrollo económico y social, pero eso supone muchas veces la utilización de un recurso que es escaso" y debe basarse en la sostenibilidad.

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