Huesca

El centenario de Ordesa dejará como legado una inversión de 650.000 euros en cuatro obras

Se destinan a los aseos de Góriz, la electrificación de Revilla, el cuartel de Torla y las mallatas de Fanlo. Faltan el centro de Escalona, el parquin de Pineta, el acceso a San Úrbez y el transformador de Broto.

Uno de los murales colocados en las entradas al Parque de Ordesa con motivo de su centenario
Uno de los murales colocados en las entradas al Parque de Ordesa con motivo de su centenario
Gobierno de Aragón

Quedan menos de dos meses para cerrar el Centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que se celebraba en 2018 pero se prorrogó durante este año, y ya se conoce el legado final en infraestructuras que dejará este Acontecimiento de Excepcional de Interés Público: una inversión de 650.000 euros en cuatro obras reclamadas por los municipios que están dentro de esta joya medioambiental. En todos los casos se valora que «disponen de un potencial significativo para la llegada de visitantes que permitan dinamizar la el entorno dando la posibilidad que asentar población».

Pese a que un total de 73 empresas -entre ellas el grupo Henneo– se han sumado durante estos dos años al centenario con aportaciones económicas y en especie, no se han podido financiar todos los proyectos reclamados, que tendrán que ser abordados en el futuro con fondos de los Gobiernos autonómico y central.

Según han detallado desde el departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, esos 650.000 euros invertidos a través de la empresa pública Sarga han permitido, en primer lugar, llevar a cabo en el refugio de Góriz la implantación de una zona de aseos para acampada y la remodelación de la depuradora para aumentar su capacidad. Los trabajos, que se adjudicaron por 132.880 euros a Proyectos y Realizaciones Aragonesas de Montaña, Escalada y Senderismo, se recepcionaron ya la semana pasada, para su posterior entrega a la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) y al Ayuntamiento de Fanlo.

Además, este mes de octubre la empresa Construcciones Torla Ordesa comenzará las obras de sustitución de las cubiertas del antiguo cuartel de la Guardia Civil de Bujaruelo que había pedido el Ayuntamiento de Torla para poder habilitarlo como punto informativo para los turistas. Se cambiará la losa de hormigón que cubre el edificio desde que sufrió un incendio en los años 80 por una estructura de madera laminada cubierta con losa de piedra. El plazo de ejecución es de cuatro meses por lo que estará finalizado a principios de año y el coste final será de 95.038 euros.

También en esta primera quincena de octubre está prevista la firma del contrato para la ejecución de las obras de electrificación de Revilla, una histórica reivindicación del municipio de Tella Sin ya que las placas solares que suministraban luz a la docena de familias que allí residen hace tiempo que agotaron su vida útil. Tras varias fases financiadas con la ayuda de la Diputación Provincial de Huesca, ya solo falta por colocar los 4,5 kilómetros de cable soterrado y acometer la distribución por el pueblo. El contrato, que se licitó por 202.586 euros, está en período de valoración de las dos única ofertas presentadas. Está previsto que las obras se prolonguen tres meses por lo que se entregarán también a principios de 2020.

Y la cuarta y última obra con la financiación asegurada será la construcción de dos mallatas o cabañas de pastores en el término municipal de Bielsa. El plazo de ejecución es de cuatro meses y aunque este año se firmará el contrato -acaba de salir a licitación por 167.007 euros-, habrá que esperar a la primavera o verano de 2020 para ejecutarlo ya que es necesario que las condiciones meteorológicas sean favorables.

Desde el Gobierno de Aragón incluyeron en su día dentro de las actuaciones a financiar con cargo al centenario otros cuatro proyectos que, sin embargo, no se podrán hacer realidad de momento. Es el caso, por ejemplo, de la mejora del acceso al valle de Pineta que reclama el Ayuntamiento de Bielsa. Aunque no se vaya a ejecutar obra, en este caso al menos Sarga sí elaborará los proyectos constructivos para el nuevo puente y el aparcamiento con los correspondientes estudios topográficos y geotécnicos.

Además, en Fanlo, la esperada mejora de los accesos y la construcción de un aparcamiento en San Úrbez, en el sector de Añisclo, tendrá que esperar. Lo mismo que el traslado del centro de transformación eléctrica del puente viejo de Broto a una nueva ubicación situada en la variante de Santa Cruz. En ambos casos, fuentes del departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad aseguraron que «tendrán que abordarse con fondos propios».

1,8 millones para Escalona

Y el octavo y último proyecto comprometido es el segundo gran centro de visitantes de Ordesa, que estará ubicado en Escalona (Puértolas). El Organismo Autónomo Parques Nacionales redactó en 2009 un proyecto con un presupuesto de 6,8 millones de euros, pero nunca vio la luz. Pero ha presentado otro más modesto con un coste estimado de 1,8 millones. La financiación está ahora pendiente de que haya nuevo Gobierno y presupuestos.

Más allá de las obras, el centenario permitió realizar en 2018 más de 120 actividades, primando la divulgación y promoción de la zona, con excursiones, mesas redondas, conferencias, exposiciones, cuentacuentos y obras teatrales. Además, para el recuerdo quedará la histórica visita de Felipe VI al pueblo de Torla.

Dos cabañas con comodidades del siglo XXI

Los pastores que recorran el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido contarán a partir del otoño de 2020 de dos nuevas cabañas o mallatas con comodidades del siglo XXI para poder pasar la noche o resguardarse ellos y sus perros en caso de inclemencias meteorológicas. Estarán emplazadas a unos 2.200 metros de altitud en las inmediaciones de la punta Tobacor, cerca del refugio de Góriz, en el término municipal de Fanlo. Cada una de ellas dispondrá de dos habitáculos: uno junto a la entrada que servirá como refugio para los perros y otro habilitado como acomodo de un par de pastores.

Son dos construcciones rectangulares con envolventes exteriores de piedra y con losas en la cubierta. En el espacio previo a la habitación principal, además de servir de corta vientos, habrá un lugar para dejar la ropa de abrigo, calzado, bastones y demás utensilios. Además, se habilitará un espacio para que descansen los canes y se colocará un armario con una instalación fotovoltaica que permita dotar al refugio de dos puntos de luz y otras dos tomas de corriente.

Separado por otra puerta estará la habitación con dos camas, en litera, además de una mesa con sillas y un espacio para colocar alguna estantería en la que guardar las mochilas. En total, serán 10 metros cuadrados útiles.

Exteriormente estarán forradas con piedra del lugar para favorecer su integración paisajística y amortiguar los empujes del viento sobre el habitáculo que estará construido en madera. Y es que además de copiosas nevadas en invierno, de varios metros de altura, los vientos superan los 100 km/h y hay abundantes tormentas eléctricas. 

Ambas construcciones estarán en zonas planas de pasto y junto las ruinas de antiguas mallatas que fueron construidas enteramente en piedra. Para conservar esos restos, se ha propuesto levantar las nuevas cabañas algo apartadas y en puntos más elevados. «Así el pastor que la use, tendrá buena vista sobre el terreno y controlará mejor al ganado», explican los autores del proyecto elaborado por el Estudio de Arquitectura y Urbanismo BAU. Las mallatas no están diseñadas para aguantar la embestida de un alud por sus características por lo que se han ubicado en los lugares menos expuestos posibles. Las cabañas serán construidas en el taller y transportadas en paquetes de 900 kilos con un helicóptero a la zona, donde serán ensambladas definitivamente.

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