juicio en barbastro por los bienes de aragón

Lérida cambia de estrategia y discute la propiedad de 83 de las 111 obras de arte

“Si ahora dicen que una treintena son nuestras, por qué no nos las han devuelto”, declara el obispo de Barbastro.

El obispado de Lérida ha querido dar un giro de 180 grados en el conflicto por los bienes de las parroquias. La primera sesión del juicio en Barbastro por la demanda interpuesta por esta diócesis contra la catalana, ha evidenciado el cambio de estrategia. De reconocer la propiedad aragonesa de las 111 obras salidas de las parroquias ha pasado a cuestionar la titularidad de 83 de ellas.

La vista oral ha arrancado con el interrogatorio del demandado, el obispo de Lérida. Salvador Giménez considera que el juicio civil iniciado este jueves en el juzgado número uno de Barbastro supone “empezar de cero”, dejando de lado los pronunciamientos contrarios a él por los tribunales vaticanos. En segundo lugar, reclama la propiedad de 83 piezas. Y además basa su resistencia a retornarlas porque la Generalitat no se lo permite. 

El letrado de la diócesis de Barbastro-Monzón, Joaquín Guerrero, le ha exhibido una carta en la que acataba las resoluciones de la Santa Sede, los decretos de 2007 y 2007 sobre la propiedad de las 111 piezas, y las resoluciones de los tribunales civiles. “Acato lo que diga la Santa Madre Iglesia y como ciudadano debo respetar siempre las leyes”, ha declarado, pero “el consorcio y la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat dicen que las obras no saldrán (del Museo Diocesano de Lérida, donde están a título de depósito) si no es para retornar”. “No he devuelto las obras porque me lo impedía el consorcio del Museo”, ha reiterado en diversas ocasiones. 

A preguntas del letrado del Gobierno de Aragón, Alberto Gimeno que actúa como colaborador del de Barbasto, Joaquín Guerrero, ha reconocido la existencia de una carta de 2009 del obispo leridano Joan Piris pidiendo al consorcio que devolviera los bienes a sus legítimos propietarios si lo reclaman. “Si entonces reconocían la propiedad, ¿por qué ahora alegan que son dueños de 83?”, le ha inquerido. La respuesta ha sido: “Porque hay una documentación que no se tuvo en cuenta o que no se leyó y hemos pensado que es bueno sacarla en este momento”.

Esa documentación consiste en las cartas intercambiadas entre las parroquias y el obispo Messeguer hace un siglo sobre la supuesta donación de las obras por parte de las parroquias a Lérida. “El obispo Messeguer no hizo otra cosa que guardarlas, y hablar de él como un expoliador o un ladrón me ofendía”, ha dicho Salvador Giménez en la sala.

“Estoy aquí para defender los bienes de mi obispado y considero que mis predecesores lucharon por defenderlo”, ha comentado el prelado, para precisar que “Barbastro ha iniciado la vía civil y partimos de cero. Son dos niveles distintos y este puede ser independiente de la situación canónica anterior”. 

Al concluir su interrogatorio, ha justificado ante los periodistas el cambio de criterio diciendo que “si no presento todos los documentos que tengo me podrían acusar de estar entorpeciendo la acción de la justicia”. Alega que sí se presentaron en su momento ante los tribunales canónicos, pero o “no se leyeron o se presentaron fuera de plazo, según me han dicho, pero no lo sé”. Lo cierto es que “Roma no los tuvo en cuenta”.

El obispo de Barbastro, Ángel Pérez, que figura como demandante, ha declarado en segundo lugar. “La cerrazón ha sido por parte del consorcio, no de mis hermanos obispos, que han reconocido y aceptado la propiedad. Qué son 111 obras para una Cataluña que tiene tantísimas”, ha comentado, para decir a continuación que “me alegra que por lo menos reconozcan una treintena”. “Si dicen que son nuestras, por qué no nos las han devuelto”, ha indicado. “Hasta antes de ayer nunca han dicho que 83 era de Lérida”. También ha mostrado su sorpresa por que “unas piezas religiosas estén en un museo civil que no tienen posibilidad de ser objeto de culto, cuando son obras destinadas al culto religioso”.

A preguntas del letrado del Gobierno de Aragón, Pérez ha explicado que la Comunidad Autónoma invirtió 11,7 millones de euros en construir el Museo Diocesano de Barbastro para albergar los bienes retornados, una sede que pretende ser “un elemento vitalizador del Aragón despoblado”. Ha negado que el Museo de Lérida alguna vez le haya pasado alguna liquidación de los gastos de conservación, que ahora pretende cobrar.

Ángel Pérez ha dado explicaciones sobre una reunión mantenida por los dos obispos con el consorcio del Museo, donde se volvió a poner de manifiesto la negativa a permitir la salida. También se ha referido a una carta de 20 julio de 2015 en la que el obispo de Lérida Joan Piris decía que no solo él sino que también su antecesor había solicitado sin éxito al Museo dar cumplimiento a las disposiciones de la Santa Sede.

Como testigo ha comparecido Alfonso Milián, obispo emérito de Barbastro y que dirigió la diócesis entre 2004 y 2015, los años duros del conflicto en el que se sucedieron las sentencias vaticanas favorables a Aragón. Le tocó tratar con cuatro prelados leridanos distintos y no consiguió que ninguno acatara las sentencias vaticanas.

“¿Alguna vez alguien le dijo que 83 obras eran de Lérida?” le preguntó un letrado. “No hasta este juicio”. Prueba de ello, ha alegado, son los dos acuerdos firmados primero con su homólogo Javier Salinas y luego con Joan Piris, en 2008 y 2010, ante la Nunciatura. “Delante del nuncio me dijo Piris: ‘Alfonso, yo esta tarde mismo te entregaría las piezas”. Piris pidió por escrito la salida de las obras del museo “pero se le negó, me dijo que no había forma”.

Prueba de la resistencia de Lérida está en los 23 recursos presentados hasta el decreto definitivo de la Signatura Apostólica de 2007. “Cuando le pedí los bienes a Ciuraneta (otro de los obispos de Lérida), su respuesta, enfadado, fue que la Iglesia no hace justicia”.

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