El 11 de abril de 2019 pasará a la historia de Used por la llegada de la corriente eléctrica, más de 140 años después de que Thomas Alva Edison construyera la primera lámpara incandescente. Las casas se han rehabilitado y la electricidad puede animar a seguir reconstruyendo pueblos como este o Bentué de Nocito, que hace unas décadas se quedaron vacíos. Hoy en sus calles destacan las torres y los cables de luz, con el paisaje del pico de Guara de fondo.

En Used hay seis viviendas, de segunda residencia, y todas van a conectar. Tres contadores ya funcionan y otros tres se pondrán en marcha de forma inminente. El martes hubo una pequeña fiesta para celebrarlo, "y haremos una más grande", anuncia Domingo Nasarre, uno de los nuevos clientes de Endesa. "Funcionábamos con generadores alimentados con gasolina, que además de hacer mucho ruido no tienen capacidad para aguantar, por ejemplo, un microondas. Y la nevera es de butano. Ahora compraremos electrodomésticos nuevos. Lo notaremos incluso para cargar el teléfono móvil, porque antes te quedabas sin batería y tenías que esperar a poner el generador", explica.

Las gestiones han durado casi 15 años, cuenta Nasarre, que recuerda su niñez alumbrándose con teas y algún candil. Él se fue con 12 años y en cinco o seis Used quedó totalmente abandonado. Ahora se felicita de tener ya lo que él considera los tres servicios básicos: "Unos accesos por carretera en condiciones bastante razonables, agua corriente abundante y ahora la luz". Y otro que en estos tiempos no es desdeñable, añade, "la conexión a internet". "Ojalá nuestros mayores pudieran ver lo que está sucediendo", comenta con nostalgia, porque "sin electricidad nadie tiene ganas de reconstruir".

La luz llega a varios pueblos del valle de Nocito y otros ocho están en lista de espera en la provincia