electrificación rural

La luz llega a varios pueblos del valle de Nocito y otros ocho están en lista de espera en la provincia

Endesa tiene en trámites o en obras las conexiones con pueblos de Boltaña, Perarrúa, Fanlo, Tella-Sin y Sabiñánigo.

Ramón Nasarre, Nicky y Alain Planté y Pilar Ortas celebraron el martes en Used la llegada de la luz.
Ramón Nasarre, Nicky y Alain Planté y Pilar Ortas celebraron el martes en Used la llegada de la luz.
Domingo Nasarre

A Nocito la luz no llegó hasta 1999. Otros pueblos de este valle casi despoblado de la sierra de Guara han esperado más. El pasado 11 de abril, Used celebró que por fin tenía suministro, y simultáneamente se conectó el vecino núcleo de Bentué, ambos pertenecientes al municipio de Sabiñánigo. Unos días antes, el 15 de marzo, lo hizo Jánovas (Fiscal). No son los últimos que quedaban por electrificar. En este momento, según datos de la compañía Endesa, están en tramitación o en proceso de ejecución Seso, Silves y Ascaso, en Boltaña; Rapún, en Sabiñánigo; Revilla, en Tella-Sin; Sercué, en Fanlo; y El Mon y Arrués, en Perarrúa.

No hay datos concretos de los que faltarían por contar con luz eléctrica, pero numerosas aldeas que quedaron abandonadas y donde se han rehabilitado casas siguen funcionando con generadores o placas solares.

Los proyectos de electrificación los promueven los ayuntamientos en colaboración con otras instituciones. Una vez finalizadas las instalaciones, las ceden a la compañía distribuidora, Endesa, para que las gestione. Los últimos finalizados en Huesca son los de las líneas de Bara, Used y Bentué de Nocito y la de Jánovas (Fiscal). En Silves y Seso también se acaba de terminan la infraestructura, y también en Rapún y Pardina de Ayés (Sabiñánigo). Anterior es el suministro a la frontera de Portalet.

La Diputación de Huesca, a través de los planes de electrificación rural, ha invertido desde principios del 2000 unos 3 millones de euros con una media anual de 250.000. La mayor parte de los proyectos se han realizado por fases, ya que son actuaciones bastante costosas, reconocen desde la institución.

Uno de los planes más largamente demandados es el de Revilla. "Para mantener vivos estos pueblos tan pequeños es importante contar con servicios básicos", afirma el alcalde de Tella-Sin, Feliciano Sesé. Desde que se anunció la electrificación se han reconstruido las 12 casas de este bello núcleo a las puertas del Parque Nacional de Ordesa. Todas las instalaciones van soterradas y la inversión ronda los 200.000. "Con el dinero que nos costó instalar las placas solares hace 14 años, habríamos pagado la electrificación. Tienen una vida limitada y el mantenimiento es costoso", explica Sesé. Quedan otros dos pueblos sin luz, Miraval y Estaroniello, pero no corren tanta prisa porque hace poco que se renovaron las instalaciones de energía solar.

En Sabiñánigo, con 55 núcleos habitados, también hay tendidos pendientes. Su alcaldesa dice que seguirá trabajando hasta conseguir que todos tengan los servicios básicos. No obstante, precisa Berta Fernández, los residentes de algunos no quieren energía eléctrica convencional y prefieren seguir alimentándose con placas solares.

En Sabiñánigo, con 55 núcleos habitados, también hay tendidos pendientes. Su alcaldesa dice que seguirá trabajando hasta conseguir que todos tengan los servicios básicos. No obstante, precisa Berta Fernández, los residentes de algunos no quieren energía eléctrica convencional y prefieren seguir alimentándose con placas solares.

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