Huesca

Los clientes se cuelan en el obrador

La pastelería oscense realiza talleres para mostrar la elaboración de sus conocidas trenzas.

Los clientes se cuelan en el obrador
P. S.

De degustar las trenzas de Tolosana en la zona de cafetería de sus establecimientos a ponerse el delantal y amasar y rellenar ellos mismos el famoso dulce. Eso han podido hacer los 30 clientes de la pastelería oscense que participaron el pasado fin de semana en un taller llevado a cabo en el obrador de la empresa, ubicado en la localidad de Almudévar.


“No nos gusta ofertar talleres, pero sí que de vez en cuando invitamos mediante un sorteo en nuestras diferentes tiendas a algunos de nuestros clientes más fieles, para que conozcan cómo se llevan a cabo nuestros productos y puedan intercambiar impresiones con los trabajadores que participan en el proceso de elaboración”, explica Jesús Tolosana, gerente de la pastelería. En esta ocasión, la actividad tuvo lugar para dar a conocer mejor las últimas variedades de su producto estrella, la trenza bombón y la trenza vizcaína.


“Intentamos realizar tres o cuatro eventos de este tipo al año”, añade Tolosana. Para esta también se invitó a los finalistas del concurso de microrrelatos que organiza la firma a través de Trenzarte, la firma mediante la que se convierten en promotores e incluso mecenas de la creación artística aragonesa.


Antes de ponerse manos a la masa, los improvisados pasteleros pudieron visitar todas las instalaciones de la empresa y saludar a los empleados. “A los mismos trabajadores que siempre están en el obrador también les gusta de vez en cuando ponerse de cara al público y conocer la opinión de los clientes, además de acercarles su tarea. Es algo que agradecen mucho”, explica el gerente de la empresa oscense.


Después, y con el asesoramiento de los profesionales, tocó elaborar cada uno su trenza, eligiendo entre los posibles rellenos, para hacer una creación 'a la carta'. “Los asistentes pudieron llevar a cabo todo el proceso y pusieron su nombre a las trenzas, ya que cada una lleva un proceso de fermentación de cuatro horas, por lo que no fue posible que se las llevaran en el mismo momento. Este mismo lunes ya pasaron a recogerlas por las diferentes tiendas, que siempre hace ilusión”. Para finalizar, y como no podía ser de otra forma, tocó degustar los dulces de la casa acompañados de vino.


Entre los participantes en la iniciativa, un amplio espectro de edades y profesiones, entre los que alguno “apuntaba maneras” a la hora de desenvolverse en la pastelería, como señala Tolosana. Así, y como el sorteo permitía ir en parejas, se mezclaron madres con hijas, con matrimonios ya jubilados o, en caso de los ganadores del concurso de microrrelatos, chicos y chicas en edades entre los 18 y los 25. “Ese es otro de los grandes atractivos de estas actividades, que los asistentes no se conocen, pero se establece un vínculo entre ellos, de trabajo en equipo y de ayuda”, señala Tolosana, que destaca que al término del taller los que viven en zonas próximas llegan incluso a darse los contactos.


Además de la trenza, el pan es protagonista de otros de sus talleres, que se llevan a cabo de forma escalonada a lo largo del año y en el que también mantienen la misma filosofía. “Son de manera esporádica y gratuita. Les recogemos y les llevamos, queremos que estos cursos sean siempre un premio para nuestros mejores clientes, que agradecen poder conocer Tolosana por dentro”, concluye.