SANIDAD

Cataluña suavizará la medida de no dar recetas a turistas con males crónicos

La Generalitat continuará con el mismo protocolo, aunque "aplicando el sentido común" ante determinados casos.La consejera Noeno tranquiliza a los veraneantes y confía en que se corrija "esta pequeña disfunción".

Un grupo de aragonesas veraneantes en La Pineda y afectadas por la negativa a dar recetas posan en la playa.
Cataluña suavizará la medida de no dar recetas a turistas con males crónicos
JORDI CABRé-DIARI DE TARRAGONA.

La Generalitat catalana no retirará la circular enviada a los centros de salud de Tarragona instando a no proporcionar recetas a enfermos crónicos de otras provincias, a pesar de que ayer se mostró más conciliadora y confirmó que suavizará la medida y será más laxa en su aplicación. Así lo aseguraron tras las peticiones recibidas desde el departamento de Salud y Consumo aragonés, cuya intención es tranquilizar a los veraneantes aragoneses en la Costa Dorada y evitar que estos encuentren problemas para acceder a su medicación.

Sin embargo las respuestas de ambos ejecutivos no acaban de coincidir. Ayer la consejera de Salud y Consumo del Gobierno de Aragón, Luisa María Noeno, aseguró que Cataluña iba a "corregir esta pequeña disfunción". Desde la Generalitat no fueron tan claros y matizaron que la medida iba a suavizarse aunque no tenían pensado dar marcha atrás.

En declaraciones a los medios de comunicación, Noeno afirmó: "Estamos en contacto con ellos y van a rectificar. A nadie se le puede negar una receta" y añadió que "aunque cada comunidad gestione lo suyo, la asistencia a desplazados hay que hacerla". Sin embargo, desde la Región Sanitaria Camp de Tarragona dijeron que la recomendación iba a continuar, aunque se iba a ser "más laxo" que hasta ahora y se iba a "aplicar el sentido común".

Desde el Gobierno de Aragón también se recomendó a los pacientes que se desplazan para largo tiempo que lleven "unas copias de sus informes médicos" con la finalidad de que el doctor que los atienda no tenga dudas. Teresa Rabadá, jefa de la oficina de atención al ciudadano de la Región Sanitaria de Tarragona, explicó que el motivo por el que se había tomado esta decisión era que el médico que debe renovar el tratamiento crónico no tiene acceso al historial de los pacientes de otra provincia y, por lo tanto, no dispone de toda la información necesaria. En la circular también se hacía un especial énfasis en el aumento de la demanda que sufren los centros de Tarragona durante determinados meses del año. El director general de los Servicios Territoriales de Salud en esta provincia, Joaquim Pallejá, explicó en declaraciones al 'Diari de Tarragona' que "los profesionales de los ambulatorios dedicaban buena parte de su tiempo a prescribir recetas a pacientes no adscritos aquí" y que eso perjudica la asistencia médica.

Sin embargo, parece que tras las razones médicas se encuentran también las económicas. Cada comunidad se hace cargo del coste de las recetas expendidas y canjeadas en ellas, lo que hace que el gasto aumente en aquellas que tradicionalmente reciben un gran número de veraneantes, como es el caso de Cataluña. Lo mismo pasa en Aragón con las personas que vienen y necesitan nuevas prescripciones. Sin embargo, el departamento de Salud aseguró que aquí no se ha hecho ninguna indicación similar a la catalana.

Los afectados

De momento, y a la espera de una solución, los veraneantes aragoneses (y de otras comunidades) siguen sin poder conseguir recetas. Una de las afectadas es la zaragozana Alicia Ayuda, de 78 años, que desde hace tiempo pasa entre tres y cuatro meses en La Pineda. Padece de soriasis, tensión, mala circulación y de colesterol. "No me han dado ninguna receta porque dicen que no estoy empadronada", explicó. "Pero yo no tengo por qué censarme aquí", añadió Alicia. Al final esta mujer tuvo que recurrir a su hija, que viajó desde Zaragoza con nuevas medicinas.

"En 35 años nunca había pasado nada parecido. Durante todo ese tiempo yo no he traído medicamentos. Para qué iba a venir cargada si me los daban aquí", comentó Rosario Villasana, que sufre hernia de hiato y problemas de tiroides. El 28 de junio le firmaron una receta a su marido en La Pineda, pero una semana después se negaron a hacer lo mismo con las suyas. "No nos avisaron de ninguna manera", señaló.

Los casos siguen aumentando. Una amiga de Rosario necesitaba insulina de manera urgente, así que los médicos se la prescribieron con una receta blanca (como las que se dan en la sanidad privada). "Le dijeron que la tendría que pagar íntegramente en la farmacia y que luego debería acudir a su centro de salud habitual para que le devolviesen la parte subvencionada", comentó Rosario.

En otras provincias

Al parecer en Castellón también podrían estar dándose situaciones similares. Aunque la Generalitat Valenciana no pudo confirmar ayer si existía alguna recomendación como la catalana. Un zaragozano, que prefirió no dar su nombre, aseguró que en Urgencias del Hospital de Vinaroz no le dieron recetas subvencionadas.