Emprender con más de 40: “Estaba asqueada en el despacho, me he lanzado al vacío y no he parado de trabajar”

La zaragozana Ana Carmen García Verón ha dejado atrás un trabajo de oficina que no la satisfacía para intentar cumplir su sueño. Este martes se celebra el Día Mundial del Emprendedor.

La zaragozana Ana Carmen García Verón, que ha dejado su empleo y se ha lanzado como emprendedora, en la plaza de Santa Engracia de Zaragoza.
La zaragozana Ana Carmen García Verón, que ha dejado su empleo y se ha lanzado como emprendedora, en la plaza de Santa Engracia de Zaragoza.
M.O.

Emprender nunca es fácil. No solo por la inseguridad económica a la que se enfrentan quienes deciden dar ese paso, sino también por el abismo emocional que se abre frente a ellos. Pero, sobre todo por la difícil decisión de tener que dejar atrás un trabajo anterior que otorgaba seguridad económica y que, hasta entonces, pagaba las facturas.

Si no que se lo digan a esta zaragozana, vecina del barrio del Arrabal, que a sus 44 años ha abandonado un empleo que no la hacía feliz por cumplir el sueño que nunca se había atrevido a realizar. Hasta ahora. Ana Carmen García Verón ha trabajado casi toda su vida laboral como delineante en diferentes despachos de arquitectura. Estudió en la Escuela de Artes de Zaragoza y después se formó en diseño de producto y delineación. Fue como delineante como comenzó su vida laboral pero “estaba metida siempre en la oficina y eso para mí era como estar en un zulo, porque soy muy creativa”, afirma.

La zaragozana Ana Carmen García Verón ha dejado atrás un trabajo de oficina que no la satisfacía para intentar cumplir su sueño. Este martes se celebra el Día Mundial del Emprendedor.
La zaragozana Ana Carmen García Verón ha dejado atrás un trabajo de oficina que no la satisfacía para intentar cumplir su sueño. Este martes se celebra el Día Mundial del Emprendedor.

Sin embargo, el tiempo de emprender todavía no había llegado para ella y estuvo trabajando también para una conocida marca de cocinas alemanas donde se formó como proyectista, decoradora y diseñadora de interiores, pero en 2008, “con la crisis inmobiliaria y embarazada de su primera hija, me quedé en el paro”, recuerda García Verón. Comenzó entonces una etapa de “crisis existencial sobre qué hacer con mi vida” que duró varios años durante los que fue madre de nuevo. Tras ese tiempo decidió retomar su vida laboral como delineante, “metida de nuevo en una oficina y todo el día con ordenadores”, lamenta.

Comenzó una "crisis existencial sobre qué hacer con mi vida” que duró varios años

Sin embargo, y aunque no era lo que le gustaba realmente, “era un trabajo estable y me acomodé”, confiesa la ya emprendedora. Por las tardes, “aprovechaba y diseñaba mobiliario o hacía alguna pequeña reforma puntual para algún cliente”, dice, como la que hizo en un centro estético del Actur.

Lanzarse al vacío

Hace dos años, sus circunstancias personales dan un giro y precipitan algo que su cabeza ha estado gestando durante años. “Me separé, vendimos el piso familiar y tuve que volver a casa de mis padres”, recuerda. Además, “en el trabajo cada vez entraban menos clientes debido a la subida de los precios y la inflación”, añade la zaragozana.

Con este caldo de cultivo, la idea de comenzar su propio negocio empezó a cobrar más y más fuerza. “En esos meses me salió la reforma integral de un piso y durante ese trabajo conocí a un constructor que también llevaba esa obra con el que empaticé mucho a nivel laboral. Le comenté mi situación, que no estaba a gusto en mi trabajo, que estaba asqueada en el despacho y que no sabía qué hacer”, enumera García Verón. 

“El 1 de enero de este 2024 brindé por este nuevo cambio de etapa. Y lo ha sido, de 180 grados"

“Él me animó a lanzarme al vacío y emprender. Me ofreció su apoyo para colaboraciones con otras reformas que tenía en marcha como diseñadora y directora de obra porque él tenía que viajar bastante por toda España”, continúa. “No me lo pensé, dejé el despacho el pasado mes de diciembre y me hice autónoma”, afirma. “El 1 de enero de este 2024 brindé por este nuevo cambio de etapa. Y lo ha sido, de 180 grados. He empezado de 0”, asegura la diseñadora.

Estos tres meses han sido frenéticos y “no he parado de trabajar”, asevera. “Me está costando asimilar el cambio porque estoy acostumbrada a un horario que cumplir y a un salario fijo y ahora no es así, pero soy más libre para tomar mis decisiones y organizarme”, indica la emprendedora. 

“Ahora estoy terminando una reforma y el diseño de un centro de fisioterapia y suelo pélvico en el Arrabal y he diseñado un despacho y el mobiliario de una clienta para su casa”, explica. Y tiene otros proyectos a punto de cerrar: la reforma y el diseño integral de un centro de fisioterapia, la de una autoescuela y un piso entero en el centro de Zaragoza, además de otras reformas parciales como la de un baño y un zaguán de dos viviendas. “La gente me conoce por el boca a boca. Es una pasada y soy muy fiel a eso. La mayoría de los proyectos que estoy teniendo los he conseguido así”, asegura García Verón.

“La gente me conoce por el boca a boca. Soy muy fiel a eso. La mayoría de los proyectos que estoy teniendo los he conseguido así"

Vivir día a día

Por ahora, “sigo viviendo en casa de mis padres porque no puedo emprender e independizarme a la vez”, valora. “He apostado por darme una oportunidad a mí misma en la vida y que la gente vea lo que valgo. Cuando se estabilice mi situación profesional, en un año o año y medio, sí que me plantearé tener mi propia casa pero ahora vivo el día a día”, apunta la diseñadora.

Y recuerda el largo camino que ha recorrido y los años de insatisfacción personal que ha soportado. “Lo he pasado muy mal a todos los niveles: laboral, personal y emocional. He tenido momentos en los que me han venido todos mis miedos, todos mis fantasmas, porque la cabeza nos boicotea mucho. He pasado por el pantano de la tristeza, por la rabia y por la desconfianza en mí misma”, recuerda la zaragozana.

“Ahora estoy más fuerte y con energía para afrontar todo el trabajo que me espera, pero vivo en una montaña rusa de emociones ante todos los cambios que he pasado en los últimos meses, porque emprender también ha sido duro. Ha sido una desprogramación total de lo que había hecho hasta ahora”, confiesa. “Afortunadamente tengo mucha gente que me apoya y un proyecto ilusionante por delante que me llena”, concluye.

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