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Bichara Khader: "La única posibilidad para Palestina es un despertar ético dentro del propio Estado de Israel"

El profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina (Cisjordania, 1944) impartió el curso 'El pueblo palestino 1897-2024, una tragedia permanente' dentro de las actividades de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza.

El profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Lovaina Bichara Khader hace unos días en Zaragoza.
El profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Lovaina Bichara Khader, hace unos días en Zaragoza.
Francisco Jiménez

7 de octubre de 2023. Para usted, ¿qué encierra esa fecha?

Asombro, consternación, preocupación e inquietud. Asombro porque fue un ataque terrorista de tal envergadura que me cogió por sorpresa y en la zona más protegida del mundo. Ha sido una derrota personal y estratégica de Benjamin Netanyahu, que se presentaba como señor de la seguridad de Israel y se vanagloriaba de que su país vivía un momento pacífico. El ataque de Hamás ha ridiculizado estas ilusiones. El segundo sentimiento es el de consternación porque siempre he abogado por la resistencia pacífica del pueblo palestino. Y el tercero es el de preocupación. Podía adivinar que la respuesta de Israel sería devastadora, pero no podía imaginar que iban a destruir todo el territorio: 365 kilómetros cuadrados con 2.330.000 palestinos. Ha sido de una devastación increíble e inimaginable en el siglo XXI.

¿No esperaba tal respuesta israelí?

Hamás seguramente esperaba una respuesta, pero no tan devastadora. El Ejército de Israel no está simplemente combatiendo a Hamás, está combatiendo a toda la población de Gaza: niños y mujeres muertos bajo los escombros de sus casas. Es una devastación bíblica. Ha sobrepasado todas las líneas rojas en el mundo de tal modo que la Corte Internacional de Justicia está examinando la demanda de África del Sur para ver si Israel está cometiendo un genocidio.

¿Cómo prevé que evolucione la guerra entre Israel y Hamás?

Es muy complicado. Para los israelíes, el día después significa reocupación del territorio de Gaza, controles militares y fragmentación del territorio. Y quieren al menos una dirección política que sea de su gusto. Están cerrando todos los pasos fronterizos para impedir la ayuda humanitaria; hay decenas de niños palestinos que están muriendo de hambre. Es una situación inédita en el siglo XXI: cómo la hambruna está siendo utilizada por Israel como un arma de guerra. Los países occidentales -tanto americanos como europeos- rechazan la reocupación de Gaza. Pero entre el dicho y el hecho hay un trecho.

La Palestina que usted dejó siendo joven está peor con el paso de las décadas.

La situación es alarmante. De niño, adolescente y joven vivía tranquilamente en Cisjordania. Era un momento de felicidad espontánea. Había estudiado en Belén, trabajado en Jerusalén y podía circular en Palestina sin ningún problema. Hoy día mis primos, que viven en mi pueblo, para ir a Jerusalén -que dista 100 kilómetros- tienen que pasar por 15 puntos de control israelíes. Eso es un purgatorio. Y el deterioro económico es evidente.

¿Por qué se marchó con apenas 21 años a Bélgica?

Soy de una familia cristiana y de un pueblo mayoritariamente cristiano en el norte de Cisjordania. Mi padre murió cuando yo tenía 2 años y mi madre se quedó con siete hijos. Me envió a un seminario de Belén para ser sacerdote y también a mi hermano Naim. Estuve allí 8 años, lo dejé y empecé a trabajar en Jerusalén como profesor en un instituto católico. Era 1965 y me dije: ¿cuál es mi futuro? ¿me voy a quedar como profesor o me voy a continuar mi formación universitaria?

Tomé la decisión, sin consultar a mi familia, de comprar un billete y me marché a Europa. Ya conocía el árabe, el inglés, el latín, el italiano y el francés. Quería hacer unos estudios de traducción y al final aterricé en Bélgica. Me inscribí en la Universidad Católica de Lovaina, después en una americana y, mientras estaba preparando mi doctorado, me propusieron un puesto como asistente universitario y después profesor. Mi hermano Naim también vino a la misma universidad de Lovaina; era doctor en Derecho, pero optó por una carrera política. Llegó a ser el primer representante oficial de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) en Bélgica. Era un hombre carismático, activo, que jugó un papel importante en el diálogo euro-arábe de los años 70 y al final lo asesinaron en junio de 1981 en Bruselas.

"Es una situación inédita del siglo XXI: cómo la hambruna está siendo utilizada por Israel como un arma de guerra"
"De niño, adolescente y joven vivía tranquilamente en Cisjordania. Hoy día mis primos, que viven en mi pueblo, para ir a Jerusalén -que dista 100 kilómetros- tienen que pasar por 15 puntos de control israelíes"
"Mi hermano Naim llegó a ser el primer representante oficial de la OLP en Bélgica. Su asesinato en 1981 ha sido un trauma del que no he podido curarme"
"Tanto mi hermano como yo hemos abogado por una solución pacífica. Desgraciadamente, nuestra voz ha sido una voz en el desierto"

¿Lo mató el Mossad israelí?

Sí. Hay un señor del Mossad que ha escrito un libro en el que ha reconocido abiertamente que el Mossad había asesinado a muchos representantes palestinos en Europa.

¿Cómo le marcó su muerte?

Ha sido una tragedia personal y familiar. Mi hermano era un alter ego. Hemos ido siempre a la misma escuela y estudiado en la misma Universidad, teníamos un contacto muy fraternal. Discutíamos mucho de los temas de nuestro pueblo y hemos escrito bastantes libros juntos. Era mi cómplice intelectual. Su asesinato ha sido un trauma del cual no he podido curarme hasta estos días. Las heridas del cuerpo se pueden curar, pero las heridas de la memoria, muy difícilmente. 

Usted nunca optó por el odio sino por la paz.

Tanto mi hermano como yo hemos abogado por una solución pacífica. Desgraciadamente, nuestra voz ha sido una voz en el desierto. Israel ha continuado con su política de ocupación y expansión territorial; piensa que puede resolver el problema palestino con la fuerza militar. Es una locura y una ilusión. La única posibilidad es un despertar ético dentro del propio Estado de Israel y de la comunidad internacional. Si Israel se ha radicalizado es porque desde hace décadas ha podido vivir en total impunidad sin rendir cuentas, violando el derecho internacional y protegido en el Consejo de Seguridad (de la ONU) por el veto americano.

Se marchó joven de Palestina, pero su vida ha girado en torno al conflicto palestino.

Claro. Hay una diáspora palestina muy importante en el mundo. Viviendo bajo ocupación desde 1967, ¿qué futuro teníamos? Pensábamos retornar en una Palestina independiente y liberada, pero nos cogió por sorpresa la guerra del 67. Mi pueblo fue ocupado y no podía volver. De hecho, en 50 años he podido hacerlo dos veces: una, a finales de los años 90 con mi familia; y la otra, guiado por Bélgica para impartir unos cursos en las universidades palestinas. Y lo que he visto me ha roto el corazón.

¿Con qué se encontró?

Con un Ejército israelí por doquier y colonos que viven en asentamientos en la cima de las colinas armados. He visto una Palestina traumatizada y martirizada. Seguimos en la diáspora luchando por la causa Palestina; es una causa moral, es luchar por la Justicia.

Ha pasado toda su vida en la universidad. ¿Qué le ha aportado la docencia?

He enseñado a 12.000 estudiantes. Pienso que a través del trabajo académico se puede también defender la causa de la Justicia, no solo en Palestina sino en los países africanos, en el Tercer Mundo…

¿Los europeos comprendemos el mundo árabe?

Desde hace 50 años estoy trabajando sobre el tema de Europa y el mundo árabe, Europa y Palestina y Europa y el Magreb. Los países árabes son el patio trasero de la Unión Europea. En este mundo árabe, Europa tiene muchos intereses: geopolíticos, energéticos y económicos. Y también estratégicos; es decir, la seguridad del mundo árabe es también un interés europeo. 

¿Dónde aprendió a hablar tan bien castellano?

Solo. Cuando estaba en Jerusalén iba al consulado español para pasar el tiempo y aprender el español. Estamos hablando de 1965. Me ofreció una beca para un curso de verano en Burgos.

Entiendo que le gusta España

Es mi segundo país. Lo puedo decir sin rodeos. Me encuentro a gusto y tengo un apartamento en la zona de Castellón. Vengo de vez en cuando para escapar al frío de Bélgica.

"España es mi segundo país. Me encuentro a gusto y tengo un apartamento en la zona de Castellón"
"A Zaragoza he venido casi 10 veces para impartir cursos en el SIP. La encuentro una ciudad acogedora"
"Como actor geopolítico, Europa desgraciadamente es muy débil"
"A mis 80 años sigo teniendo ilusiones y continúo con mi trabajo. Esta es una actitud intelectual que me ha acompañado desde hace más de 60 años"

En Zaragoza es un habitual. Ha venido en muchas ocasiones de la mano de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz.

He venido casi 10 veces para impartir cursos en Zaragoza. La encuentro una ciudad estupenda, fácil, acogedora y hospitalaria. Me encanta venir.

Ha sido miembro del Grupo de Sabios para el Diálogo Cultural en el Mediterráneo. ¿Qué opinión tiene de Europa?

Como proyecto de paz, Europa ha sido un éxito. Como proyecto económico, hay unos logros evidentes: una moneda común, un banco central o la libertad de circulación. Pero como actor geopolítico desgraciadamente es muy débil; no cuenta mucho en el escenario mundial. Está muy dividida y la política de la unanimidad paraliza la toma de decisión de la UE.

Es usted una persona muy inquieta.

Sí. Sigo aprendiendo, leyendo, trabajando y escribiendo. Es mi modo de estar en este mundo.

Con 80 años, ¿qué le queda por hacer?

Estoy muy atareado. Me levanto a las 6.00, tomo un desayuno consistente y me pongo a trabajar: a escribir o a leer los periódicos o los libros. He preparado un nuevo libro titulado ‘La tragedia permanente de Palestina’, que será publicado en Madrid dentro de un mes o dos. Sigo teniendo ilusiones y continuando con mi trabajo. Esta es una actitud intelectual que me ha acompañado desde hace más de 60 años. 

¿Qué le transmite a sus  hijos?

El sentido de la humanidad, de la apertura y la curiosidad. Tener una actitud humanista, una inquietud intelectual y unos valores, como la importancia de la familia y tender puentes entre ellos y los otros. 

Si echa la vista atrás, ¿con qué Bichara se encuentra?

Si tuviera que empezar de nuevo haría las mismas cosas. La Universidad, la docencia, la transmisión del saber, la curiosidad intelectual…. No cambiaría nada. Ha sido un río de verdad hecho de muchas felicidades. Pero también mi vida personal está vinculada a la vida de mi gente, los palestinos. He perdido a mi hermano y el genocidio de Gaza me quita el sueño, me rompe el corazón. Tengo miedo para mi propia familia. Si los israelíes consiguen una purificación étnica de Gaza, es decir, desplazar a toda la población fuera del territorio, mañana lo pueden reiterar en Cisjordania, donde vive mi pueblo. Tengo una familia muy larga, de más de 60 personas, con dificultades económicas enormes en este momento.

 

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