Ramiro Grau, el abogado aragonés que sacó a la luz el ‘caso Koldo’
Natural de la localidad oscense de Laguarres ejerció como juez y fiscal. También ha sido profesor universitario, forma parte de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, y ha escrito varios libros.
Aunque el ‘caso Koldo’ haya eclosionado en los últimos días, lo cierto es que su investigación viene desde tiempo atrás. Aún en plena pandemia, el primero en alertar sobre la trama de corrupción fue el abogado aragonés Ramiro Grau Morancho. Fue a través de un artículo en marzo de 2020 y desde entonces no ha dejado de insistir pese a las demandas que ha recibido en este tiempo y el ictus que sufrió. Natural de la localidad oscense de Laguarres, donde nació en 1957, cuenta a sus espaldas con una amplia trayectoria profesional y académica. Ha sido juez, fiscal y profesor universitario.
Afirma en las entrevistas que ha concedido en los últimos días que lo que le movió a seguir adelante con su investigación fue su voluntad de ejercer el derecho a la información. Envió seis informes a La Moncloa alertando del entramado de empresas y el cobro de comisiones ilegales en la venta de mascarillas a través de contratos públicos valorados en cerca de 54 millones de euros. También escribió el libro ‘Ábalos, jaque mate’ en el que apuntaba al exministro de Transportes José Luis Ábalos.
Es Graduado Social y licenciado en Ciencias del Trabajo. Ejerció como fiscal en las audiencias provinciales de Zaragoza, Huesca y Teruel, y fue fiscal sustituto en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón entre 1999 y 2010. Además, desde 2004 es académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.
Entre 1989 y 1997 fue profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad de Zaragoza y también ha impartido clases en otros centros como la Universidad Antonio de Nebrija. Ha publicado un millar de trabajos y artículos en diferentes medios de comunicación así como varios libros de diferente temática. A su pueblo le dedicó ‘Laguarres, apuntes históricos’, en los que repasa los más de mil años de existencia de la localidad.
Tampoco ha escapado a la polémica. En 1997 fue denunciado por sus alumnos de la Escuela de Estudios Sociales de la Universidad de Zaragoza ante la Comisión de Evaluación y Docencia por estar en desacuerdo con la docencia que impartía y por el trato que les daba. Tras esta polémica, la Universidad no le renovó el contrato
Posteriormente se vio envuelto en otro escándalo que trascendió la vida académica y que le supuso una acusación penal por abusos sexuales a una menor. En esa época trabajaba como fiscal sustituto en los juzgados de Zaragoza y en la Audiencia Provincial de Teruel. La denuncia derivó en un juicio en la Audiencia de Zaragoza, impuesta en 2012, que lo condenó inicialmente a dos años y cinco meses de cárcel por corrupción de menores. El abogado recurrió el fallo y, en 2013, el Tribunal Supremo rebajó la sentencia a dos años, lo que le permitió que se otorgara el beneficio de la suspensión de la pena y no entrara a la cárcel para cumplir.
