El agua, a las puertas de la ermita de Santa Ana en Pradilla: “A mis 72 años, he tenido que salir 5 veces del pueblo por las inundaciones"

El nivel del Ebro sigue aumentando de forma lenta a la espera del pico de la crecida, que la CHE estima que llegue este jueves.

Crecida del Ebro en Zaragoza
Crecida del Ebro en Zaragoza
Guillermo Mestre

El nivel del Ebro sigue aumentando de forma lenta a la espera del pico de la crecida, que la CHE estima que llegue este jueves. Y en Pradilla el agua está ya a las puertas de la pequeña ermita de Santa Ana, ubicada junto al cauce. En el casco urbano, la imagen de la riada despierta la curiosidad de los vecinos, mientras siguen con su día a día pendientes de las noticias que van recibiendo respecto a la situación del Ebro en Castejón, una de las referencias para saber cuándo comenzará a aumentar el caudal en Aragón. Jóvenes y mayores inmortalizan el río con sus móviles en Pradilla y recuerdan anteriores riadas, donde el nivel superó los 8 metros, como recuerda un monolito con fotos alusivas a anteriores crecidas del Ebro en 2003 y 2015. El alcalde, Raúl Moncín, traslada que siguen minuto a minuto la evolución del río, a la espera del pico de la crecida.

Junto a la mota que se construyó para proteger el casco urbano, y que se ha ido reforzando para ganar más altura, José Antonio Aguarón, de 72 años, recuerda anteriores episodios a los que se ha enfrentado esta localidad de la comarca de la Ribera Alta del Ebro. Como la que ocurrió en la Nochevieja de 1960, cuando él tenía 11 años: “Tuvimos que salir de casa e ir a Tauste. Todo esto (explica mientras señala a su alrededor) estaba sin muros”. “He tenido que abandonar el pueblo por inundaciones hasta en cinco ocasiones”, dice. La última vez, en 2015. A Aguarón, que era entonces alguacil del pueblo, le faltaba un año para jubilarse.

“Hay que estar informados”, dice, de ahí que estén pendientes de los datos que se reciben de Castejón o Tudela. “Siempre es mejor prevenir que lamentar”. Con la experiencia que acumula confía en que el agua no llegue al casco urbano, aunque sí anega campos. Eso sí, el nivel, que ahora marca 5,3 metros, aproximadamente, seguirá creciendo: “Cuando llegue a 6,5 metros cortarán la carretera”.

Crecida del Ebro en Zaragoza
Crecida del Ebro en Zaragoza
Guillermo Mestre

Junto a él, dos amigos, Alejandro Celemín y Carlos Carcas, ambos de Pradilla, se han acercado al río para ver el nivel que ha alcanzado ya: “Dicen en el bar que va a llegar a alcanzar los 2.200 metros”. Pero, según señalan, “en 2021 dijeron que iba a ser menos de lo que realmente fue”.

Crecida del Ebro en Zaragoza
Alejandro Celemín y Carlos Carcas, ambos de Pradilla, junto al cauce.
Guillermo Mestre

Según adelantan, este jueves la expectación será todavía mayor: “Habrá quien pase la noche sin dormir”. “Se supone que esta riada no va a ser como crecidas anteriores, pero la gente no se fía”. El parque sí se llegará a inundar, adelanta. Ante estos episodios, dicen, “el pueblo se vuelca en ayudar y todo el mundo colabora en lo que puede”.

También junto al cauce paseaba este miércoles José Mari Escalera con su perra Lola: “El nivel está más alto de lo normal, pero no creo que sea como en 2015 o 2021. El cauce está un poco más limpio y han rebajado algún terraplén, y el agua no sube como hace tiempo”. “Hay poco miedo, es una riada más”. Aun así, en la localidad continúan pendientes de la crecida: “Mañana se espera la punta, y se prevé que supere los 7 metros, pero hasta los 8,20 metros de 2015...”.

Para Pascual Román, de 71 años, es difícil que el agua supere la mota, algo más probable pasado el puente, dice. “Es siempre una incertidumbre porque no sabemos cómo se puede comportar el río”. Recuerda que en la riada de 1960 tenía 8 años: “Entonces este camino estaba más bajo, no estaba hecha la mota, y se anegó todo el pueblo”.

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