sanidad

Usuaria de exoesqueleto: "Poder volver a moverme es una gran ilusión"

Abelina Martín sufrió un ictus el 18 de enero y tras unos 20 días de rehabilitación con este nuevo aparato empieza a recuperar la movilidad. 

Abelina Martín, usuaria del exoesqueleto de rodilla del Hospital San Juan de Dios, este martes durante la rehabilitación.
Abelina Martín, usuaria del exoesqueleto de rodilla del Hospital San Juan de Dios, este martes durante la rehabilitación.
José Miguel Marco

Más de un mes hace que Abelina Martín sufrió el ictus que le ha obligado a tener que recurrir a un exoesqueleto de rodilla para recuperar la movilidad perdida. "Estaba en un centro cívico y cuando me fui a levantar de la silla, el pie no se me seguía", recuerda todavía conmocionada. Personal del centro de salud más cercano se personó de inmediato y decidió su traslado al Clínico. El pasado 1 de febrero fue derivada al San Juan de Dios, donde desde el día 6 la tratan con este dispositivo pionero en Aragón. 

"Hay mucha mejoría desde que vine aquí. Poder volver a moverme es una gran ilusión", incide Martín, quien destaca que aunque cuesta un poco acostumbrarse al apartado, puesto que nunca ha llevado nada similar, es "cómodo". Ahora le acompaña durante la rehabilitación, de lunes a viernes, en la pierna derecha. Con él va andando, también ayudada por una sanitaria y un bastón. 

"De ser activa a darte un ictus y no poderte mover... Ahora ya me muevo, aunque mi problema es más la estabilidad", señala visiblemente emocionada, al tiempo que agradece el trabajo de todos los que la acompañan en el proceso. "Hacen todo lo que pueden. Todo lo que hay aquí es para la mejoría de los pacientes. No me voy a cansar de intentarlo", especifica. 

Como ella, otra usuaria ejercita la pierna izquierda gracias a este nuevo aparato. Lo hace, en este caso, en la cinta de andar, donde además cuenta con una silla para sentarse entre un ejercicio y otro. También se prevé completar esta terapia con otras como los sistemas de suspensión, la realidad virtual o los medios inmersivos. 

Este exoesqueleto actúa como un músculo artificial que imita el funcionamiento de la articulación, ayudando a conseguir que el paciente haga los movimientos adecuados de forma guiada, segura y con estabilidad. De este tratamiento se pueden beneficiar pacientes con debilidad de rodilla derivada de enfermedades cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos, encefalopatías infecciosas y degenerativas, polineuropatías y lesiones medulares, entre otros. 

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