Aumenta la pobreza en Aragón: "Me van a desahuciar y con dos niños pequeños es difícil encontrar una habitación"

Diana Carolina, de 31 años, es una madre sola con dos hijos que acude al Refugio de Zaragoza para poder llenar la nevera ya que solo tiene trabajos esporádicos.

Diana Carolina, ayer, en el ropero de la Hermandad del Refugio de Zaragoza
Diana Carolina, ayer, en el ropero de la Hermandad del Refugio de Zaragoza
José Miguel Marco

Diana Carolina, una madre sola con dos hijos, el mayor de ellos con la custodia compartida con el padre, lleva poco más de un mes acudiendo a la Hermandad del Refugio de Zaragoza, gracias a la que puede llenar la nevera. Este lunes, además de recoger el lote de comida, también aprovechaba para echar un vistazo al ropero de la entidad y llevarse algunas prendas para el pequeño Alan, poco más de un año. El padre se desentendió de ellos antes de que naciera.

El sueño se lo quita el posible desahucio al que se enfrenta y los problemas que está teniendo para encontrar una habitación con dos niños pequeños a su cargo, aunque uno de ellos esté con ella una semana de cada dos. "Vivo en el piso que tenía arrendado mi madre, pero se ha ido dejando deudas del pago del alquiler al propietario y también de facturas. Comprendo que el dueño no se fíe. Yo intento abonar la luz y el agua para que no nos corten nada mientras estamos allí", explica apesadumbrada. Como los recibos están a nombre de su progenitora, se lamenta, no puede pedir ayudas para hacer frente a ellos.

"La trabajadora social me ha recomendado que busque una habitación de alquiler en una vivienda, y lo estoy intentando, pero con los dos niños es muy difícil, lo veo casi imposible", asegura, aunque no pierde la esperanza. También se ha inscrito en la bolsa de alquiler de Zaragoza Vivienda.

"Vivo en el piso que tenía arrendado mi madre, pero se ha ido dejando deudas del alquiler al propietario y también de facturas. Comprendo que el dueño no se fíe"

Desde que tuvo a Alan solo ha tenido contratos temporales de una semana o dos en un almacén logístico o en el sector de la limpieza. "Si pudiera tener un empleo más continuo me plantearía llevar al peque a una guardería. Ahora, cuando me llaman para algún trabajo tengo una amiga que tiene un bebé y se queda con él", cuenta con agradecimiento. Carece de una red familiar de apoyo y ha empezado a tramitar la solicitud del Ingreso Mínimo Vital (IMV).

La historia de Diana Carolina es una de las de ese 7,1% de aragoneses que carecen de las cosas más básicas, según los datos de las Encuesta de condiciones de vida publicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Estefanía Cardona, de 25 años, también se encontraba este lunes en El Refugio. Es usuaria del servicio de la Gota de leche, que proporciona alimentos específicos para los lactantes de las familias usuarias desde que nacen hasta los 14 meses. Ella y su pareja llegaron de Colombia en mayo del año pasado con su hija y hace cinco meses nació Nicolás.

En su país natal trabajaba de estilista, pero aquí "sin papeles resulta complicado poder laborar, aunque siempre sale algún trabajo en negro que permite un pequeño ingreso". El padre de su compañero, que lleva tiempo afincado en Zaragoza, es el que de momento les echa una mano. 

"Los servicios sociales también nos han facilitado una tarjeta monedero para comida y estamos tramitando la nacionalidad de Nicolás y, después, esperamos que gracias a ella podamos obtener el NIE (Número de Identidad de Extranjeros)", comenta. Pese a todas las dificultades, está convencida de que "con esfuerzo" y "algo de suerte" conseguirán la oportunidad que han venido a buscar.

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