Aumenta la pobreza en Aragón: 3 de cada 10 personas no pueden afrontar gastos imprevistos

La exclusión social aumenta hasta niveles de la prepandemia y afecta a más de 275.000 habitantes de la Comunidad.

Reparto de comida a personas necesitadas en Las Fuentes de Zaragoza, por la asociación de vecinos Civitas
Reparto de comida a personas necesitadas en Las Fuentes de Zaragoza, por la asociación de vecinos Civitas
Guillermo Mestre

El riesgo de pobreza y de exclusión social en Aragón está en uno de los momentos más altos del último decenio, de un 20,4%, lo que se traduce en más de 275.000 personas. Tres de cada diez ciudadanos no pueden afrontar gastos imprevistos. Los datos son como antes de la pandemia, cuando en 2019 la tasa de pobreza se situó en un 20,5%. Así lo certifican las cifras publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Instituto Aragonés de Estadística (Iaest).

Este índice, que significa que uno de cada cinco habitantes de la región corre el riesgo de sufrir serias carencias materiales y sociales en su día a día, ha subido más de un punto respecto a 2022, cuando se situó en un 19,1%, fruto del golpe de la inflación. No obstante, la Comunidad arroja la cuarta tasa más baja de las autonomías, solo por detrás del País Vasco (15,5%), Navarra (17,2 %) y Madrid (19,4%).

Este índice de pobreza se obtiene a partir del denominado indicador Arope, diseñado por la Comunidad Europea. Llamado así por las siglas en inglés, 'At Risk of Poverty or social Exclusion'), la mide estadísticamente no solo con los ingresos, sino que también incluye otros factores como la privación material severa y la baja intensidad de empleo (cuando las personas en edad de trabajar en un hogar solo consiguen hacerlo por debajo del 20'% de su potencial máximo).

Evolución de la tasa de pobreza Arope en Aragón

En Aragón han empeorado en los últimos doce meses dos de estos tres aspectos que se valoran. Así, los aragoneses que carecen de las cosas más básicas han crecido de un 4,7% a un 7,1%. Las cifras corroboran que el incremento del precio de los alimentos se ha cebado con los hogares más vulnerables

En este grupo se encuentra quienes carecen de al menos siete de los trece criterios con que se define la pobreza, entre los que están no poder comer carne o pescado casi nunca, no llegar a final de mes, no saber lo que es tener dinero para el ocio o no pagar a su debido tiempo las letras, el alquiler o la hipoteca. Las entrevistas con las que se elabora este indicador se hicieron entre febrero y mayor de 2023, en un momento en el que la inflación estaba entre el 6% y el 3%.

La falta de trabajo es otro de los factores que ha impactado negativamente. Las personas que viven en hogares con la mayor parte de sus miembros en edad de trabajar en el paro o con contratos ocasionales (lo que se denomina baja intensidad de empleo) también ha ido al alza, de un 4,8% en 2022 a un 5,3% el año pasado. Mientras, la población en riesgo de pobreza (el umbral se fija en el 60% de la mediana de los ingresos por hogar) prácticamente se mantiene estable, con 15,1% frente al 15% de 2022.

La pobreza energética se duplica en el último año

Según el INE, casi uno de cada 10 aragoneses, el 9,6%, declaran llegar a fin de mes con "mucha dificultad". Son tres puntos más que en 2022 y el porcentaje más elevado desde 2014, cuando se situó en un 10.5%. Esta carencia de lo básico amenaza en España al 9,3% de la población.

Pero esta encuesta de condiciones de vida refleja que son muchísimos más quienes tienen que hacer números para lograr salir adelante y llegar a fin de mes pese a contar con un sueldo, o incluso dos, que aportan a la economía familiar.

La pobreza energética casi se ha duplicado en el último año como consecuencia de la escalada de los precios de la energía vivida el año pasado por la guerra de Ucrania. Un 13,9% de la población reconoce que no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada, cuando en 2022 este porcentaje era de un 7,7%. El número de hogares que lo padecen también han crecido, de un 7,5% a un 10,2%.

El 30,7% de los aragoneses admiten que van al límite y no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos, un porcentaje que ha aumentado tres puntos respecto a 2022 (27,2%).  Por los datos, algunos de los que van tan justos se las ingenian de alguna manera, aunque sea pidiendo un crédito, para organizarse unos días de vacaciones cada año, ya que son un 25,7% los que dicen que no les llega ni para disfrutar de estos días de asueto.

La encuesta también revela que uno de cada diez habitantes de la Comunidad, un 10,2%, ha tenido retrasos en el pago de gastos de la vivienda principal, como los referidos a la hipoteca o a las facturas de la luz y el agua.

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