'Comer para crecer', de YMCA: "Gracias a las ayudas podemos batallar. Sin ellas, no podríamos vivir"

El proyecto solidario ha repartido 7.705 kilos de carne, pollo y pescado en cuatro años a 182 familias de Delicias y San José-Torrero.

Leovigilda, en la pescadería.
Leovigilda, en la pescadería.
Heraldo

Cuando la cesta de compra se dispara, como ocurre ya hace meses, las familias más vulnerables no se pueden permitir adquirir carne, pollo y pescado, aun a costa de que se resienta su salud y la de los menores a su cargo. Para ayudarlas surgió el programa ‘Comer para crecer’, de la organización sin ánimo de lucro Ymca, que desde junio de 2021 garantiza el acceso a proteínas a familias en riesgo de exclusión, que compran, a través de un código QR, en comercios de proximidad. Desde su puesta en marcha, e incluyendo el presupuesto ya asignado en 2024, van a apoyar a un total de 182 familias de Delicias y San José-Torrero, 324 adultos y 376 niños y jóvenes, entre los que van a repartir 1.850 kilos de ternera, 3.138 kilos de pechuga y 1.717 kilos de merluza, además de 2.806 litros de leche y 2.123 de aceite.

Alimentos básicos para familias que, en muchos casos, carecen por completo de ingresos. Todo, con un gasto total de 96.000 euros en cuatro años, y que incluye la subvención del Ayuntamiento de Zaragoza. Si la cuantía fuera mayor, las ayudas se incrementarían y podrían llegar a más barrios.

Leovigilda, Félix y Silvia participan en el programa ‘Comer para crecer’. Y no podrían estar más agradecidos a Belén Portolés, Paula Pérez y Carmen Gaudó, directora, coordinadora y responsable de necesidades básicas de YMCA Aragón que, desde la sede ubicada en el corazón del populoso barrio de Delicias, les dan un balón de oxígeno hasta que les permitan enderezar el rumbo de sus vidas. Porque los tres quieren trabajar, pero no les dejan.

Silvia, Félix y Leovigilda, en la sede de Ymca Aragón.
Silvia, Félix y Leovigilda, en la sede de Ymca Aragón.
Francisco Jiménez

Leovigilda, de 32 años, es madre sola con tres hijos. El más pequeño, Marcos, tiene poco más de un año. Desde que llegó a España, hace 16 años, ha trabajado en mataderos, como limpiadora, y hace un par de meses que está en paro. "Las cosas han subido mucho", lamenta, y explica cómo la ayuda de YMCA es "imprescindible".

La situación de Félix es también muy complicada. Viajó de Perú a España con su esposa y dos hijos hace dos años porque estaba amenazada su seguridad, y su mujer tuvo en Zaragoza trillizos. Como aún no tiene papeles, no puede trabajar. "Gracias a las ayudas tratamos de batallar. Sin ellas, no podríamos vivir. Estamos muy agradecidos", señala. En Perú, era funcionario, es informático y tiene carné para conducir un camión. "Queremos trabajar para generar impuestos y no ser una carga. Llevamos aquí dos años y no sale el expedientes", denuncia. En una situación muy parecida está Silvia, nicaragüense, madre de dos hijas y técnica en radiología, que al estar pendiente de regularizar su situación tampoco puede trabajar.

Pérez explica que las familias que entran sin permiso en el país suelen tardar tres años en demostrar que llevan tiempo empadronadas para poder conseguir un NIE (Número de Identidad de Extranjero). Y para pedir ayudas necesitan tener un permiso de residencia. "Hasta los cuatro años es muy difícil que se normalice su situación, y son cuatro años de pasar muchas dificultades", explica. "Podemos darles ayudas, pero ellos lo que quieren es trabajar", recalca Portolés.

Cómo funciona 'Comer para crecer'

De las 691 familias a las que se ayuda desde Ymca Aragón, son las más vulnerables las que se benefician de este programa, que se articula a través de una aplicación móvil creada por la asociación. El beneficiario recibe un correo electrónico con un código QR que presenta en el comercio de proximidad que colabora en el proyecto (tres del mercado Delicias, dos del Gavinet y otro del Rosales y Martín Martín para la leche y el aceite) y recoge su lote (ternera, pechuga de pollo, merluza congelada). En YMCA, que se coordinan con los Servicios Sociales, saben en tiempo real cuándo retiran el lote y se abona la factura en el plazo de quince días. Acompañan a los beneficiarios con talleres de cocina, tutorías sobre el consumo y sobre su situación económica. Si mejora, dejan paso a otra familia.

Javi, de Carnicería Villas, y Félix, en el mercado de Delicias.
Javi, de Carnicería Villas, y Félix, en el mercado de Delicias.
Heraldo

El objetivo de YMCA (zaragoza@ymca.es), señala Portolés, sería sumar comercios interesados en colaborar y también donaciones. Se empiezan a plantear incluir una fórmula de copago, para poder sumar más familias al programa. Gaudó, que se encargó de la captación de comercios, destaca el compromiso de quienes colaboran con ellos. Javi, de Carmen Villa; Merche, de Pollería Julia, y desde Pescados Amalio destacan lo bien que funciona el programa. "Estamos encantados de trabajar y nos ayudamos mutuamente", destacan. 

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