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Casi seis de cada 100 aragoneses toma medicamentos a diario para la ansiedad

Lorazepam, alprazolam y diazepam, los fármacos de este tipo más consumidos. La tendencia creciente se observa también en hipnóticos para tratar el insomnio.

Aumentan los problemas de ansiedad e insomnio y, con ellos, el consumo de medicamentos ansiolíticos, hipnóticos y sedantes.
Aumentan los problemas de ansiedad e insomnio y, con ellos, el consumo de medicamentos ansiolíticos, hipnóticos y sedantes.
HA

La pandemia de covid impactó, y mucho, en la salud mental y todavía se arrastran las secuelas que sacó a la luz el confinamiento, las restricciones en la movilidad, el miedo a un virus desconocido, los duelos mal resueltos y las limitaciones en el contacto social. Los expertos llevan tiempo observando un aumento progresivo y continuado de problemas de ansiedad, insomnio y depresión, lo que a su vez conlleva un incremento de medicamentos ansiolíticos, hipnóticos y sedantes, el segundo grupo de mayor consumo por detrás de analgésicos y antipiréticos. Tanto es así que en Aragón cerca de seis de cada cien personas toma una dosis de ansiolíticos a diario, según los datos de 2023.

Las cifras reflejan una realidad preocupante, según se desprende del Informe anual del Sistema Nacional de Salud de 2022: el 13% de la población padece un trastorno de ansiedad (con un crecimiento de un 105% entre 2016 y 2021) y 79 habitantes de cada mil, del sueño (un 59% más).

Desde la Unidad de coordinación autonómica de uso racional del medicamento y productos sanitarios de Aragón, de la Dirección General de Asistencia Sanitaria, explican que las benzodiacepinas son los fármacos de elección en el tratamiento del insomnio y la ansiedad. Reconocen que solo producen alivio de la sintomatología, pero no actúan directamente sobre la etiología del proceso. Además, su uso prolongado puede desarrollar problemas de dependencia y tolerancia y producir síndrome de abstinencia.

En España su consumo es elevado y creciente. Según los últimos datos publicados en el Observatorio de Medicamentos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) se aprecia una tendencia ascendente desde 2010 hasta 2021 en las dosis diaria prescritas por cada 1.000 habitantes de benzodiacepinas para el tratamiento de la ansiedad y el insomnio en España. En 2010, 55 de cada mil personas recibió una dosis diaria definida de una benzodiacepina destinada al tratamiento de la ansiedad, mientras que en 2021 este número ascendió a 59.

En Aragón, el promedio es ligeramente inferior a la media nacional, 56 de cada 1.000 aragoneses (o casi seis de cada cien) recibió en 2023 una dosis diaria definida de un medicamento ansiolítico, siendo el lorazepam, el alprazolam y el diazepam los fármacos de este tipo más consumidos, en la misma línea que en el conjunto nacional.

En el consumo de fármacos hipnóticos destinados al tratamiento del insomnio (que también son otro tipo de benzodiacepinas) se observa también un incremento de su consumo en España de forma "continua y creciente". Los últimos datos publicados en 2021 reflejan que un promedio de 34 de cada mil habitantes en España recibió un fármaco de este tipo: el lormetazepam y el zolpidem son los más prescritos, igual que en la Comunidad. En Aragón, tal y como resumen desde la Unidad del uso racional de medicamentos, la media aumenta, alcanzando los 44 de cada 1.000 aragoneses (casi cinco de cada 100) que recibieron una dosis diaria definida de un medicamento hipnótico en Aragón cada día del año 2023.

Demoras y falta de recursos

Los expertos consideran que, con estos datos en la mano, se podría llegar a la conclusión de que se está realizando una medicalización de los malestares de la vida que pueden venir acompañados de síntomas de ansiedad.

En este sentido, Miguel Martínez Roig, jefe de Psiquiatría del Sector Zaragoza I, reconoce el aumento de problemas de salud mental después de la pandemia: "Estamos teniendo un incremento de demanda, porque también hay una mayor sensibilización". Lo más frecuente, explica, son casos de ansiedad y depresión, y también trastornos adaptativos.

Durante el confinamiento, y meses después, "se disparó el consumo de fármacos, pero especialmente benzodiacepina y antidepresivos, por una mayor demanda". La falta de recursos y las demoras son la "tormenta perfecta" para que se incremente el consumo de determinados fármacos.

La lista de espera para acceder a una consulta de psiquiatría depende de sectores y áreas sanitarias pero es de varios meses. Hay mucha espera tanto en atención infanto-juvenil como de adulto. "Aún no estamos en las cifras de 2019", puntualiza. En las zonas urbanas existe "mucha saturación", y en las rurales "hay más dificultades para cubrir plazas".

Para tratar la salud mental, reconoce, hay que actuar de forma ágil: "La lista de espera repercute en que se agrave la patología y, en otros casos, en que se cronifique. La intervención precoz, como en el resto de enfermedades, es clave". Desde el Colegio de Psicología de Aragón piden más profesionales en atención primaria.

El número de psicólogos clínicos en la sanidad pública aragonesa, cuatro veces menos que la media europea

Aragón cuenta con 5 psicólogos clínicos en la sanidad pública por cada 100.000 habitantes, ligeramente por debajo de la media nacional (6) y casi cuatro veces menos que en la Unión Europea (18). Es una cifra "claramente insuficiente", reconocen los expertos, para atender una problemática, la de la salud mental, en aumento.

Desde el Colegio Profesional de Psicología de Aragón (Coppa), que reúne a casi 1.900 personas, su presidente, Santiago Boira, indica que la pandemia "puso en evidencia muchos cuadros y situaciones latentes y otras las activó. Y esto se ha mantenido en el tiempo". La reivindicación que persigue el colegio profesional es clara: "Hay que aumentar las plazas de psicología clínica en el sistema público, para tratar los casos de salud mental, e incorporar psicólogos en la atención primaria, el lugar donde se puede hacer un trabajo preventivo y de contención". Esta es una idea clara, reitera, porque la falta de profesionales deriva, a su vez, en que muchos trastornos lleguen a las consultas de medicina de familia, contribuyendo a la saturación del servicio y a la sobrecarga de trabajo. Se estima que en torno a un 25% de las consultas de atención primaria subyacen síntomas relacionados con los trastornos emocionales que generan los problemas de la vida, que tienen que ver con cuestiones sociales, laborales o familiares, y desencadenan ansiedad, depresión o insomnio. Desde 2019 se ha formado a 180 profesionales para detectar y acompañar este malestar emocional, evitando la sobreprescripción de psicofármacos cuando no es necesario.

Boira menciona, además, el escaso número de plazas de formación especializada en psicología que se ofertan. En la última convocatoria han sido ocho en todo Aragón. En total, para las pruebas pir de 2024 se aprobaron 247 puestos en toda España. Una cifra reducida para la realidad actual y la creciente demanda de problemas de salud mental. Para el presidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Aragón "se necesitarían más especialistas".

Tal y como destaca, es "evidente" el aumento de problemas de salud mental en la población, sobre todo entre los jóvenes. Y hace referencia al estudio Psice, para el estudio de la prevalencia de los problemas emocionales y la conducta suicida en contextos educativos, donde se detalla que el 12% de los adolescentes manifestaron problemas emocionales y conductuales de cierta gravedad y el 6% presentaron síntomas graves de depresión. Este informe, a nivel nacional, pone de manifiesto la "ineludible necesidad de promover, proteger y cuidar la salud mental durante la infancia y la adolescencia en los entornos educativos". Y, de hecho, potenciar este ámbito "supone la mejor inversión por parte de la sociedad, los gobiernos y las instituciones".

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