Absentismo en la Universidad: "Hay asignaturas en las que tener un 20% de alumnado es un logro"

Los profesores alertan de un incremento tras la pandemia, que ha empezado a revertirse en el último curso, aunque existen diferencias entre los grados.

Varios alumnos, en un momento de la mañana, en la cafetería de la Facultad de Derecho.
Varios alumnos, en un momento de la mañana, en la cafetería de la Facultad de Derecho.
Francisco Jiménez

La asistencia a la Universidad de Zaragoza, como en la práctica totalidad de los campus, no es obligatoria. Y eso ha arrastrado, desde hace décadas, a periodos de mayor o menor absentismo, que también varían en función de la titulación. No es algo nuevo, pero la sensación es que, tras la pandemia, ha ido a más. No obstante, este curso parece que la situación ha comenzado "a revertirse". Incluso informes como el de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD) alertan de esta cuestión, haciendo referencia a la incompatibilidad de la docencia con el trabajo o la mayor presencia de recursos digitales para justificar este cambio que se produce en el conjunto del país.

"Tras la covid, la gente quería volver a clase, pero al principio, por mucho que lo pedían, lo hicieron tímidamente. Ahora ya se va recuperando", detalla Ángela Alcalá, vicerrectora de Estudiantes y Empleo del campus público aragonés. En este sentido, sostiene que, aunque no tienen datos, se perciben diferencias entre grados e incluso asignaturas. 

Apunta que el interés de la materia y el docente, que se trate de un temario práctico o teórico y tener o no apuntes son los factores más determinantes. Pese a ello, no considera que exista un problema y recalca que en el campus nunca se ha planteado que la asistencia sea obligatoria. Acudir a clase sí que se incentiva a través de las prácticas y la evaluación continua.

"Ahora parece que se han acostumbrado a estudiar de apuntes", incide al respecto una profesora, que prefiere no dar su nombre, pero reconoce que en este curso se ha notado un pequeño incremento de la presencialidad. Coincide en que los factores que propician esta situación son variados y cambian de una facultad a otra. "En el doble grado de Derecho y Administración y Dirección de Empresas acuden prácticamente todos", subraya. Lo mismo ocurre en Medicina y en algunas titulaciones relacionadas con la ciencia o la ingeniería. Más desafección se nota en ciencias sociales y jurídicas. Y es en los cursos intermedios (2º y 3º) cuando menos van.

"En primero se nota que la gente tiene más interés en ir. Creo que es por la experiencia de la ESO y bachillerato, pero a lo largo de la universidad se va notando más el absentismo", señala Mireya Alquézar, estudiante de 3º de Derecho. De hecho, fueron los propios profesores los que les comentaron esta dinámica. "Con mis compañeras, cada una va a una asignatura y luego compartimos los apuntes", especifica. Sí que acuden a todas las prácticas, donde es necesario cumplir un 70% de asistencia. "A clase va alrededor del 30% del alumnado", señala.

Múltiples explicaciones

Las razones por la que se produce este absentismo, explican profesores y alumnos, son variadas: desde la distancia que hay entre su casa y la facultad, la existencia o no de comedor, si se cuelgan los apuntes en el Anillo Digital Docente (ADD), la forma de impartir la clase, el interés del alumno y la coincidencia con exámenes o con otras materias en el caso de los repetidores, entre otras.

"Antes del periodo de evaluación, hubo un día que estuve dando clase a solo tres estudiantes", reconoce otra docente, que destaca que los repetidores son los que "más faltan" y que también se nota una mayor falta de presencialidad en el caso de la docencia por la tarde. "Por la tarde no gusta tanto ir a clase. Por la mañana no falta nadie. De hecho, te sientes mal si faltas", reconoce Alba Peinó, de 3º de Magisterio de Primaria. Y pone como ejemplo la asignatura Fundamentos de la Literatura, donde "solo iban unos 15 de unos cuantos". "Influía el profesor, pero también que los apuntes estaban en Wuolah", subraya.

Tener el temario en aplicaciones secundarias también provoca que alumnos de Química dejen de ir a algunas clases. "Hay gente que se confía y espera sacarlo así en el último momento", señala Ainara Tamayo, de 3º, quien reconoce que la asistencia varía en función de la materia: "Hay asignaturas muy exigentes o que tienen evaluación continua y viene mucha gente". Hace unos días, en Química-Física, explica, hubo "unos 30 de los 80 matriculados". Para Patricia Biarge, de 2º, la clave está en el profesorado: "Hay algunos que son muy apasionados y te enseñan que realmente la Química hay que aprenderla y otros no te aportan absolutamente nada".

La clave: incentivar la asistencia

Eduardo Serrano, presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Zaragoza, reconoce que el absentismo ha aumentado en los últimos años, pese a que en algunas carreras y materias se está "intentando controlar" a través de la evaluación continua. "La gente suele ir especialmente a aquellas que son obligatorias", apunta Laura Benedet, de 1º de Estudios Ingleses, en referencia a las asignaturas en las que, en su caso, tener más de cinco faltas les imposibilita presentarse al parcial o hacer el trabajo que les quitará parte del temario de los finales.

En este sentido, Serrano reconoce que hay veces que las clases no aportan mucho, pero que en otras la falta de asistencia se produce por dejadez del alumnado. De hecho, incide en que el absentismo es mayor en los grados que en los másteres. Desde su punto de vista, es una "pena" que se den estas situaciones, pero reconoce que si la Universidad de Zaragoza planteara que la asistencia fuera obligatoria, los "tendrían enfrente". "Hay gente que trabaja o que tiene familia...", justifica. No obstante, se muestra a favor de que se apliquen sistemas de evaluación que la incentiven, sin penalizar en el caso de que no se acuda.

Otro de los profesores consultados reconoce que se trata de un problema que se remonta a hace años. "Hay asignaturas en la que tener un 20% del alumnado es todo un logro", incide, aunque apunta que en las prácticas, donde se exige un porcentaje de presencialidad para aprobar, este problema no se da. Su percepción es que los alumnos extranjeros y los más mayores (a partir de los 35) tienen mayor constancia en una asistencia que puede pasar de ser completa a que solo haya unos pocos alumnos.

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