Opina sobre el absentismo universitario: ¿eres de los que vas a clase?

La asistencia en la mayoría de las universidades españolas no es obligatoria, lo que ha provocado que, en función de la titulación y también de las asignaturas, haya habido épocas con mayor y menor absentismo. Los expertos alertan de un incremento en los últimos años, propiciado por el tiempo que los alumnos estuvieron en casa durante la pandemia, en el que se acostumbraron a estudiar a distancia y a tirar más de los apuntes que muchos docentes cuelgan en las plataformas de los propios campus o incluso de otros externos. 

El interés que suscita una asignatura y la manera de impartirla por parte de los profesores es una de las claves de la asistencia a clase. También lo es que los alumnos cuenten, incluso antes de acudir al aula, con los apuntes en la plataforma docente y que la clase sea en horario de  mañana o de tarde. Asimismo se percibe mayor número de alumnos en el primer curso, el último y en los inicios de cuatrimestre. 

El hecho de que tengan una mayor o menor distancia hacia la facultad también puede llegar a influir, como que coincida con asignaturas de otros cursos pendientes o que se tenga una familia o un trabajo que atender. No obstante, los profesores consultados señalan que la población de mayor edad es la que menos falta a clase. 

Que la carrera sea más o menos práctica, además de la personalidad del propio estudiante y su interés marcan la asistencia. Con todos estos condicionantes y muchas otras casuísticas, por ejemplo, la Universidad de Zaragoza trata de incentivar que el alumnado vaya a clase a través de la evaluación continua (algunos profesores no permiten al alumno presentarse a parciales y eliminar materia para el final si no se supera un determinado número de faltas) y las prácticas, puesto que en la mayoría de ellas es necesario un número de asistencias para aprobar.