Aragón atrajo el año pasado a 41 empresas catalanas, ahora amenazadas por Junts

La Comunidad arroja por segundo año consecutivo un leve balance negativo al recibir 14 compañías menos de las que se fueron, la mayoría con destino a Madrid.

Las empresas de Lérida encuentran en Aragón menos trabas burocráticas y más suelo.
Las empresas de Lérida encuentran en Aragón menos trabas burocráticas y más suelo.
Víctor Meneses

El año pasado abandonaron Aragón 133 empresas, 14 más de las 119 que llegaron de otros territorios. Es el segundo ejercicio consecutivo en que la Comunidad arroja un leve balance negativo, tras perder 24 en 2022, pero se mantiene en unos niveles aceptables según el sector. De entre todas las que hicieron las maletas para instalarse en alguna de las tres provincias aragonesas, 41 procedían de Cataluña, y ahora se enfrentan a la amenaza de partidos independentistas como Junts, que exigen a Pedro Sánchez incentivos para su retorno o sanciones para las que se nieguen.

Así se desprende de las estadísticas que acaba de publicar el Colegio de Registradores, que confirman que Cataluña sigue siendo la comunidad donde la fuga de empresas es más notable. El año pasado perdieron 160 negocios más de los que acogieron, muy lejos del País Vasco, que en segundo lugar arroja un balance negativo de 35 compañías, y de Castilla y León (-28).

Por contra, Madrid ganó 44, la que más por delante de Galicia y Castilla-La Mancha (ambas con 37), y consolida la tendencia de los empresarios a buscar refugio en la capital del país, donde encuentran una fiscalidad más ventajosa, entre otros atractivos.

Aragón no es una excepción. De las 133 empresas que se fueron de la Comunidad, 44 fueron a Madrid, el principal destino. Así ocurre año tras año (76 de las 162 que salieron en 2022), aunque en este ocasión con cifras similares a las del segundo territorio más buscado, Cataluña, con 42.

Lejos quedan, no obstante, los años en que, al abrigo del ‘procés’, Aragón se nutrió de cientos de empresas que huían de Cataluña. Entre 2017 y 2018 llegaron un total de 378 negocios de la comunidad vecina, lo que permitió saldos positivos de 149 y 144, respectivamente. Al año siguiente, la situación se normalizó, y la Comunidad se mantuvo en equilibrio, con un balance negativo de apenas 4 negocios, mientras que en 2020 y 2021 fue positivo, con 10 y 11 respectivamente.

Entre los puntos fuertes para la atracción de empresas, Aragón destaca por las infraestructuras y por su ubicación, propicias ambas para el sector logístico, así como el acceso a fuentes de energía renovables, clave para el desembarco de negocios como Amazon o Microsoft. También más suelo y menos trabas burocráticas que, por ejemplo, Cataluña. Eso se está traduciendo en unos buenos datos de paro y de afiliación a la Seguridad Social. En cambio, las patronales empresariales siguen reclamando más formación profesional y mayor población para cubrir las vacantes.

Desde el Gobierno de Aragón aseguran que "invertir el saldo y evitar que haya empresas que se vayan y fomentar que lleguen otras" es una "prioridad" de esta legislatura. "Aplicar una fiscalidad justa, además de la seguridad jurídica y estabilidad política de la que hace gala nuestra comunidad, unido a un fructífero diálogo social, nos ayudará a conseguirlo", añaden desde el Pignatelli.

"Nuestro objetivo primordial es la atracción de proyectos empresariales que no solo supongan un aumento de los puestos de trabajo, sino también que posibiliten atraer talento y equilibrar las necesidades de perfiles que tienen las empresas con las cualidades y capacitaciones de los aragoneses que buscan un empleo. Ello nos exige, y ya estamos trabajando en esa materia, poner el foco en la formación y recualificación de los profesionales, que constituye otra de nuestras prioridades", apuntan desde el departamento de Economía.

Negociaciones

En cualquier caso, habrá que esperar a la estadística de traslados del primer trimestre de este año para ver si existe alguna reacción a la propuesta de Junts de incentivar el retorno de las empresas fugadas y de penalizar a aquellas que se nieguen a hacerlo como parte de las exigencias de los independentistas para apoyar al Ejecutivo central de Pedro Sánchez.

De momento, el Gobierno no ha avanzado -al menos públicamente- cómo va a satisfacer esta demanda. El ministro de Industria, Jordi Hereu, apostó por "encontrar un modelo en positivo nunca desde la coacción" mientras las patronales rechazan cualquier tipo de sanción y apelan a la libertad de los empresarios.

Algunas de las compañías más representativas de aquel proceso de fuga ya han advertido de que no darán marcha atrás. “Valencia es el mejor sitio para nuestro negocio”, dijo hace unos días José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, entidad abandonó Cataluña en 2017.

En Aragón, el Ejecutivo autonómico calcula que cerca de 600 empresas han llegado procedentes de la comunidad vecina desde 2017, de las que un tercio permanece, otro ha vuelto a Cataluña y el resto ha desaparecido.

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