estafa

Absuelven a un hombre al que acusaban de estafar 5.000 € a una anciana con el timo de los 'iguales'

La mujer, de 86 años, identificó  "sin dudas" al estafador. Cuatro años después, ha sido incapaz de hacerlo en el juicio.

Un cupón de la ONCE en una imagen de archivo.
Un cupón de la ONCE en una imagen de archivo.
Rafael Gobantes

Un juzgado de Zaragoza acaba de absolver a Francisco A. F., un madrileño de 61 años para el que la Fiscalía pedía prisión por aprovecharse de una mujer de 86 años y estafarle 5.000 euros con el viejo timo de los iguales premiados. Los hechos se produjeron el 14 de octubre de 2019 en pleno centro de la capital aragonesa, pero no se han juzgado hasta pasados cuatro años, lo que parece haber condicionado de alguna manera el resultado. Porque dos días después de ser víctima del engaño, la víctima reconoció “sin ningún género de dudas” en fotos al presunto estafador. Sin embargo, cuando hace unos días se celebró el juicio y tuvo al lado al acusado, la anciana confesó que no era capaz de identificarlo.

La magistrada deja claro en su sentencia que la denunciante fue víctima de un tocomocho. Recuerda que la mujer caminaba por el Coso cuando un hombre se dirigió a ella preguntándole por una calle. Poco después, cuando seguía con la anciana, este individuo paró a otro viandante aparentando no conocerlo y le preguntó por la misma calle. Finalmente, el estafador dijo a ambos que no sabía ni leer ni escribir y les pidió ayuda para cobrar diez cupones supuestamente premiados. El ‘gancho’ -segundo hombre en pararse- se ofreció a acercarse a una caseta de la ONCE para comprobar si efectivamente los iguales tenían premio. Y no tardó en regresar y fingir que así esa.

El estafador y su cómplice consiguieron embaucar a la octogenaria, ya que el segundo dijo que iba a sacar 10.000 euros para comprar los números premiados al analfabeto e invitó a la mujer a que hiciera los mismo. Porque, en teoría, los cupones estaban premiados con 120.000 euros. La anciana llevaba la cartilla del banco en el bolso -posiblemente los timadores la habían visto salir de alguna sucursal y la habían elegido como víctima propicia-, por lo que propusieran llevarla en coche para que extrajera otros 10.000 euros. Afortunadamente, el cajero solo le pudo dispensar la mitad. Y ese fue el dinero que le estafaron.

Según la magistrada, cuando compareció en el juicio, la denunciante relató “con detalle, de forma seria, creíble, persistente y sin contradicciones” cómo consiguieron engañarla. Pero como el acusado negó haber estado el día de los hechos en Zaragoza y la mujer no fue capaz de identificarlo, ha resultado imposible apuntalar los cargos contra él. Y, como pedía el abogado de la defensa, José Cabrejas, la jueza ha acabado dictando una sentencia absolutoria.

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