historia 

El ejemplo de Ángel Sanz Briz revive en tiempos de guerra

La hija del diplomático aragonés, que salvó a más de 5.000 judíos en Budapest (Hungría) en la II Guerra Mundial, pide el alto el fuego en Gaza en el día en que se conmemora el Holocausto.

Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto
Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto
Guillermo Mestre

El Día del Holocausto me lleva a recordar a quienes lo sufrieron: los asesinados, deportados o maltratados. Y también hubo gente buena que les ayudó porque quisieron y vieron que debían hacerlo”, destaca Ángela Sanz Briz, una de los cinco hijos del diplomático aragonés Ángel Sanz Briz (Zaragoza, 1910-Roma 1980), quien salvó a más de 5.000 judíos en Budapest (Hungría) en la Segunda Guerra Mundial y por ello fue nombrado Justo entre las Naciones.

La comunidad judía de Zaragoza y Sefarad Aragón celebraron un acto conmemorativo del Día del Holocausto este jueves en la sala Goya del Palacio Aljafería de las Cortes de Aragón, al que invitaron a Ángela Sanz Briz. Fue una de las seis personas que encendieron una vela en memoria del Holocausto. Este gesto lo hizo junto a un miembro de la comunidad judía de Zaragoza, otro del colectivo de juventud e infancia del Sefarad, dos representantes de la Asociación Discapacitados sin Fronteras, una miembro del Centro Sefarad Israel y un sacerdote católico.

Acudieron a la celebración representantes del PP (Ramón Celma, José Antonio Lagüens, Carmen Herrarte, Susana Gaspar y Eduardo Gallart), PSOE (Darío Villagrasa) y Vox (Santiago Morón). Y también intervino la representante del Centro Sefarad Israel, Ana Pellicer, en un acto muy simbólico.

Mientras se recuerda el Holocausto, la guerra entre Israel y Hamas en Gaza acumula 25.000 palestinos fallecidos, después de que el grupo terrorista islamista asesinara a 1.200 israelíes y secuestrara a 240 personas el pasado 7 de octubre. Durante la tregua de una semana, a finales de noviembre, fueron liberadas 110 israelíes.

La hija del diplomático Ángel Sanz Briz tiene muy claro que “las matanzas, los secuestros y todo el dolor” que se están produciendo hace tres meses y medio en Israel y Gaza “son un horror para todos los lados”. “Lo digo como persona humana y sin entrar en la política, como hace nuestra familia. "Espero un acuerdo de alto el fuego cuanto antes, porque el de paz parece más complicado, para evitar un sufrimiento horrible”, manifestó este jueves a HERALDO. “En estos momentos hay muchas guerras en el mundo y las víctimas nos parecen solo cifras porque aquí no tenemos, pero es algo horroroso”.

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El diplomático aragonés Ángel Sanz Briz, en una imagen de archivo
Heraldo.es

Cómo salvaron a los judíos en la II Guerra Mundial

Angela Sanz Briz revivió la historia de su padre, que con apenas 33 años, cuando estaba recién casado con Adela Quijano y solo tenían uno de sus cinco hijos, estaba destinado en la Embajada de España en Budapest con la posibilidad de “tener poder para ayudar” a los judíos perseguidos por los nazis entre los años 1940-1945.

Usó toda su inteligencia, diplomacia y, sobre todo, valor para proteger a los que él llamaba judíos sefardíes, aunque no lo eran, y logró salvar más de 5.000 vidas”, señaló su hija. Para alcanzar ese extremo, relata, el diplomático aragonés se valió de su estrategia montada con “pasaportes, elementos de protección y salvaconductos”.

Cuando el Gobierno de Hungría ordenó que los “protegidos” por algún país extranjero debería marcharse al mismo, Ángel Sanz Briz, cuenta su hija, “como no podía hacerlo porque no tenía poder ni dinero para enviarlos a España, alquiló unos edificios, los metió allí, les procuró alimentos y medicinas para que pudieran sobrevivir hasta el final de la guerra”.

Angel Sanz Briz es recordado en la Gran Sinagoga de Budapest junto al diplomático sueco Raoul Wallenberg
Angel Sanz Briz es recordado en la Gran Sinagoga de Budapest junto al diplomático sueco Raoul Wallenberg
R. J. C.

El apoyo de aquellos judíos perseguidos por los nazis que se metieron en esos inmuebles fue “esconderlos de cara al público porque les puso banderas de España y carteles que decía que era territorio español”, agrega. “Cada vez que iban los nazis húngaros a sacar a la gente de allí, iba mi padre a recuperarlos. Los protegió hasta el final”.

Reconoce que Israel reconoció a su padre “en los años 60 como Justo entre las Naciones”, “que es máximo galardón que se le da a un gentil que ha ayudado en el Holocausto”, pero el Gobierno de Franco lo obvió y su familia no se enteró “hasta 1989”.

“Era muy complicado entonces porque (España) no teníamos relaciones diplomáticas con Israel ni con Hungría, los dos países que tenían que ver con esto”, asume Angela Sanz Briz. “Mi padre lo hizo porque quiso, entendió que había que hacerlo y porque pudo. Por eso estaba tan agradecido de haberlo podido hacer. Tenía muy claro que era lo más importante que hizo en su vida y ya estaba satisfecho. No pensaba que fuera necesario el reconocimiento”.

La política y la historia pudo provocar, asume su hija, que lo curioso es que ahora se hable de su padre Ángel Sanz Briz como “un héroe, que no lo fue en vida”.

De izquierda a derecha, las hijas y la nieta de Sanz Briz, en el panteón: Pilar, Ángela y su madre, que también se llama Ángela, y Paloma.
De izquierda a derecha, las hijas y la nieta de Sanz Briz, en el panteón: Pilar, Ángela y su madre, que también se llama Ángela, y Paloma.
Dani Marcos/Ayuntamiento de Zaragoza

El diplomático aragonés conoció al jefe de la aduana francés de Canfranc, Albert Le Lay, cuando coincidieron en el país vasco francés en los años 60 porque les unieron los destinos y además compartieron sus vidas paralelas al haber salvado a tantas personas en la II Guerra Mundial. El francés no aceptó ser ministro con Charles de Gaulle, como el español no necesitaba medallas.

“Era una gente que cumplía con su obligación. Lo hacía bien porque hay que tener agallas para que todo esto salga bien y no acaben matándote”, incide la hija del aragonés. “Pero ellos lo hacían porque consideraban que debían hacerlo”.

Solo uno de los cinco vástagos (tres hijas y dos hijos) que tuvieron Ángel Sanz Briz y Adela Quijano nació en Madrid. El primero nació en Hungría durante la Guerra Mundial, y después de salir de España, nació el tercero en San Francisco (Estados Unidos), el cuarto en Roma (Italia) y el quinto en Biarritz (Francia).

La hija del diplomático quiere que se recuerde que hubo mucha gente que colaboró con su padre en la salvación de judíos en esos años tan duros de 1940-45. “Los héroes, que son los supervivientes, que pudieron rehacer sus vidas, quedan muy pocos y hay que recordarlos”.

Homenaje a Ángel Sanz Briz en Zaragoza
Homenaje a Ángel Sanz Briz en Zaragoza en el cementerio de Zaragoza
Daniel Marcos

Listado de los salvados 

Llegaron a publicarle la lista de los más de 5.000 beneficiados por el Centro Sefarad y quieren recuperarla en los próximos días. De hecho, la familia recuerda que al hacerlo público recibieron testimonios de algunos judíos que ignoraban cómo se salvaron sus padres en Budapest a través del apoyo del diplomático aragonés. Aunque no tenía permisos expresos para esta acción tan valiente, luego informó de la misma en Ginebra y se publicó su actuación.

Además del acto del Holocausto que se celebra en las Cortes de Aragón, la hija de Ángel Sanz Briz también acudirá al cementerio de Torrero para plantar un árbol al lado de la tumba de su padre, en un acto al que asistirán miembros del Ayuntamiento de Zaragoza.

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