La Universidad de Zaragoza actualiza dos grados para hacerlos más atractivos

La Universidad de Zaragoza ha iniciado el proceso de actualización de los grados de Geografía y ordenación del territorio e Información y documentación. Y lo hace tanto por la necesidad de reequilibrar el peso de algunas materias como con el objetivo de mostrar realmente qué salidas tienen y hacerlos así más atractivos. Ambas titulaciones se encuentran entre las cuatro que este año han tenido una ocupación por debajo del 50%, cuando en el conjunto del campus público aragonés prácticamente alcanza el 92%.

«Creemos que el problema de Geografía es que la sociedad no sabe para qué sirve un geógrafo y, además, su representación en bachillerato es escasa», apunta Alfredo Ollero, actual coordinador del grado. Por ello, con la modificación del nombre –ahora pasará a denominarse Geografía, territorio y medio ambiente– se da visibilidad a parte de sus funciones.

Lo mismo han hecho en algunas asignaturas, que cambian de nombre y pasan de optativas a obligatorias y viceversa: «Damos así más importancia a aspectos como el cambio climático, la gestión de riesgos naturales, del territorio despoblado, los problemas de desigualdad a nivel social». Además, incluyen algunas materias «más novedosas» sobre geomárquetin, bigdata o geografía de la salud, y dan mayor peso a la parte tecnológica. No obstante, resalta, el 90% del contenido será el mismo.

La intención es que los estudiantes ya se puedan matricular en 1º el próximo curso. Y confía en ocupar las 30 plazas que se plantean. En estos momentos cuenta con 45 y tienen 20 matriculados, es decir, un 44,44%. Eso sí, subraya Ollero, la empleabilidad es de casi el 100%.

Por su parte Información y documentación pasará el próximo curso, si los trámites administrativos no sufren ningún retraso, a ser Gestión de información y contenidos digitales. El cambio, explica Jesús Tramullas, coordinador del grupo de trabajo de diseño del grado, se produce por la necesidad de «actualizar contenidos y reenfocar cuestiones que hace 15 años eran emergentes y ahora son nucleares». Así por ejemplo, la alfabetización informacional o el comportamiento informacional ganarán peso, sin desdeñar las partes más tradicionales como son las relacionadas con bibliotecas, archivos o museos.

Estos cambios, no obstante, también espera que sirvan para relanzar el grado, que actualmente cuenta con una empleabilidad «de casi el 100%». Este título lleva varios años acumulando porcentajes de ocupación por debajo del 60% y, en algunas ocasiones, hasta del 40%. En el actual curso, ha conseguido ocupar 16 de sus 36 vacantes, lo que supone también un 44,44%.

Demanda cambiante

La vicerrectora de Estudiantes y Empleo, Ángela Alcalá, reconoce que hay estudios más y menos demandados, pero recalca la apuesta de la Universidad por todos los grados. «Estamos haciendo propuestas interesantes para que la gente conozca todos los grados, porque los estudiantes a veces no son conscientes, entre otras cosas, de su empleabilidad», puntualiza en referencia a aquellos con menos demanda.

Actualmente Turismo es el que se encuentra en esta situación, tras perder alumnado de manera paulatina durante los últimos años. Si en el curso 2019-2020 se encontraba en una buena situación, al ocupar el 70% de sus vacantes de primer curso, ahora ni siquiera alcanza un 30%. Le siguen Geografía e Información y después se sitúa Historia del Arte, con un 49,12%.

Por debajo del 75% se encuentran: Ingeniería Civil (50%), Ciencias Ambientales (57,41%), Geología (68,09%), Ingeniería de Organización Industrial (69,64%), Bellas Artes (72,73%), Estudios Clásicos (73,33%), Administración y Dirección de Empresas en Teruel (62,22%) y Huesca (73,85%) y Economía (74%).

Cada uno vive una situación diferente, pero es llamativo el incremento registrado por Ingeniería Civil, que ha pasado de ocupar apenas un 11% hace cinco años a llenar ahora la mitad. También se encuentra al alza, en el campus de La Almunia, Arquitectura Técnica, que hace unos años estaba por debajo del 40% y ahora roza el 100%. Estos casos Alcalá los compara con Matemáticas y Física, que antes apenas eran demandas y ahora están al completo: «Probablemente ahora lo estamos viviendo con las ingenierías».

Valeria Ortiz: "Me quedé en espera en Arquitectura técnica, pero al final logré una plaza"

Arquitectura técnica llevaba varios años con tasas de ocupación reducidas, sin embargo, en el actual curso académico llegó a tener lista de espera, lo que provocó que jóvenes como Valeria Ortiz se quedaran, de primeras, fuera. "Me matriculé en Castellón, en la misma titulación, pero al estar muy cerquita en la nota de corte, en el segundo llamamiento ya me cogieron", explica esta joven que es de Monzón, pero ahora reside de lunes a jueves en La Almunia de Doña Godina, donde cursa este grado.

«Me llama mucho el poder estar en la obra, ver cómo se llevan a cabo los trabajos y saber cómo se hacen las cosas que vemos en nuestro día a día», detalla Ortiz quien, reconoce, se decantó finalmente por esta titulación «un poco influenciada» por su familia. Ahora, tras tres meses de clases, está satisfecha con la decisión: «Es duro, pero a mi me gusta». Se queda principalmente con las asignaturas específicas, «que son muy chulas y aprendes mucho», frente a las Matemáticas o la Física, que son la base de una ingeniería.

Destaca su nueva vida en la residencia de estudiantes, justo al lado del campus. «El ambiente es muy bueno y al ser todos ingenieros, cuando tenemos problemas con una asignatura, los tenemos todos y siempre va bien ese compañerismo y poder comentarlos», explica, al tiempo que celebra que este año el campus haya modificado sus horarios y concentrado las clases de lunes a jueves. Y, aunque todavía no tiene muy claro su futuro, no descarta adentrarse en la obra nueva.

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