Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Economía

La competitividad de las empresas aragonesas se frena por la falta de innovación

La comunidad es la sexta con mayor pujanza empresarial tras perder un puesto en la clasificación anual del Consejo General de Economistas.

Polígono industrial Sepes de Huesca.
Polígono industrial Sepes de Huesca.
Rafael Gobantes

Aragón es la sexta comunidad con un tejido empresarial más competitivo del país. Así lo refleja la clasificación anual que elabora el Consejo General de Economistas, presentado este miércoles en Madrid. El informe, sin embargo, advierte de que las empresas aragonesas crecen por debajo de la media, lastradas por la falta de innovación y condicionantes externos como la tasa de ahorro familiar o el déficit autonómico, lo que se traduce en la pérdida de un puesto, en favor de La Rioja.

Para establecer este ‘ranking’, los autores del estudio analizan 54 indicadores ponderados y distribuidos en siete ejes básicos: entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial e innovación.

De acuerdo a este análisis, la competitividad empresarial en el conjunto del país creció un 4,9% y todas las comunidades salvo Canarias han logrado recuperar el músculo perdido durante la pandemia. No obstante, existen grandes desequilibrios entre territorios. Así, Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña lideran la clasificación con diferencia sobre el resto. “Hay una excesiva polarización. Las peores regiones mejoran pero no en cifras elevadas”, ha explicado en rueda de prensa el director técnico del estudio, José Carlos Sánchez.

El pelotón de perseguidores lo encabezan La Rioja (5º) y Aragón (6º), que intercambian posiciones. En el caso aragonés, el tejido empresarial crece en el último año, pero lo hace a un ritmo inferior que el resto. Las compañías instaladas en la Comunidad se benefician de un entorno institucional y de un capital humano favorable. Indicadores como la tasa de temporalidad, el abandono escolar temprano, el tráfico aéreo o las exportaciones favorecen al sector, que por contra se ve penalizado por un esfuerzo en innovación insuficiente.

Sánchez ha señalado que la tendencia de Aragón sigue siendo positiva, pero se ralentiza, algo que penaliza a la comunidad ante el “largo camino” que la separa de las cuatro de cabeza. “Es complicado para el resto alcanzarlas, porque buena parte de los indicadores tienen un carácter estructural”, ha reconocido.

El Consejo General de Economistas constata que la “incertidumbre” económica y social y de los últimos años “no está frenando la competitividad de las empresas”, pero advierte del retroceso en términos globales en comparación con Europa. “En 2007, la renta media de España era un 4,7% superior a la media de la UE, y ahora estamos un 15% por debajo”, ha advertido Valentin Pich, presidente de la entidad.

Eficiencia empresarial

Más allá de la competitividad, el estudio hace una mención aparte y en profundidad sobre la eficiencia empresarial en España, entendida como la capacidad óptima de ofrecer productos y servicios en relación con los recursos disponibles, que viene marcada por factores como la estructura sectorial, el entorno institucional, la financiación, el grado de internacionalización o la innovación.

En este sentido, una de las variables más influyentes es el del tamaño de la empresa, y según el informe, el 95,2% de las compañías asentadas en Aragón tienen menos de 10 empleados, una cifra similar al conjunto del país pero inferior a la europea. “Las empresas grandes son menos vulnerables ante situaciones como la pandemia o los cambios. Tienen más opciones de financiación y una mayor eficiencia”, ha advertido Sánchez.

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