sanidad
Aragón ofrecerá un sistema de comunicación ocular a personas que no pueden hablar ni escribir
Está pensado para pacientes con esclerosis lateral amiotrófica o con parálisis cerebral, que lo esperan
con "los brazos abiertos".
Los médicos especialistas de rehabilitación de algunos centros de Aragón ya pueden indicar el uso de un nuevo sistema de comunicación alternativa, que permite que personas que no pueden ni hablar ni escribir puedan interaccionar con su entorno a través del movimiento de sus ojos. Todo un avance que los afectados esperan con "los brazos abiertos", según señala Julia Lasheras, logopeda de Aspace, quien incide en que con ella se "abre un mundo" de posibilidades.
Su uso se podrá indicar desde los hospitales Clínico y Miguel Servet, así como los profesionales de rehabilitación adscritos a la Unidad Autonómica de Trastornos Neuromusculares Complejos del Inocencio Jiménez. Todos ellos ubicados en la capital aragonesa. Va dirigido a personas que tienen una afectación severa de ambos miembros superiores, como pacientes con esclerosis lateral amiotrófica o con parálisis cerebral. La previsión es que alrededor de 90 puedan beneficiarse de ello.
Este sistema se compone de un lector ocular, junto a un software, basado en el uso de la Inteligencia Artificial, que capta los movimientos oculares, y, también, de herramientas informáticas y otras de adaptación que faciliten su manejo. Con el uso del lector ocular y gracias a la interpretación que hace el sistema de los movimientos de los ojos, reflejándolos de forma precisa en la pantalla, la persona puede comunicarse, interaccionar de forma autónoma con su entorno, navegar por internet, usar redes sociales, manejar otros dispositivos e, incluso, aprender a leer y a escribir.
La empresa Irisbond es la que suministrará estas herramientas, que supondrán un desembolso de 670.000 euros durante los dos próximos años –aunque existe la posibilidad de prorrogar el acuerdo otros dos–. El precio del sistema por cada paciente será de un máximo de 175 euros al mes. La compañía, que ya instruyó el pasado mes a los profesionales que tendrán la potestad de indicarlos, también se encargará de la formación al paciente y su entorno para un manejo adecuado, llevando a cabo un seguimiento continuado de su uso y adaptación, así como de las posibles incidencias o cambios que puedan surgir.
"Se abre un campo tremendo"
"Hay muchos niños y adultos que están atrapados en su cuerpo y con esta herramienta se les abre un campo tremendo", puntualiza Lasheras, quien recuerda que desde 2019 este derecho ya estaba recogido en el Boletín Oficial del Estado (BOE), pero que no ha sido hasta ahora cuando finalmente ha llegado a Aragón. "Está pensado para personas que no pueden hablar ni utilizar las manos. Solo pueden comunicarse con los ojos y es necesario que tengan cierta capacidad cognitiva", explica. En este sentido, confía en que no haga falta que el usuario sepa escribir y leer para su indicación, ya que muchos de los miembros de Aspace no tienen estas capacidades.
Su utilización, incide, es compleja y se precisa de mucho entrenamiento. "Solemos empezar con juegos de causa-efecto para que, poco a poco, se vayan dando cuenta de que con sus ojos están activando algo", detalla respecto a los dispositivos de este estilo que ya tienen instalados en algunos ordenadores en la propia asociación que trabaja la parálisis cerebral. Posteriormente, les va poniendo vídeos, que pueden activar con la mirada, y pequeñas casillas para, por ejemplo, indiquen que tienen sed, quieren agua o un zumo. Según lo van controlando, se añaden funciones y empiezan a poder interactuar con su entorno.
"Supone darles una lengua. Son personas pasivas, que están esperando a que les preguntemos. Y tienes que hacer todo un barrido de preguntas hasta que das con sus necesidades", recuerda y señala que lo ideal es que puedan llevar esta herramienta encima "en todo momento".
