reportaje 

"La princesa Leonor asume el estatuto de ciudadana y de heredera al trono"

Diversos expertos valoran lo que supone el juramento de Leonor de la Constitución y sus efectos en la sociedad española.

El magistrado aragonés José Manuel Bandrés Sánchez-Cruzat, en el Tribunal Supremo.
El magistrado aragonés José Manuel Bandrés Sánchez-Cruzat, en el Tribunal Supremo.
Enrique Cidoncha

La jura de la Constitución de la princesa Leonor tendrá lugar el próximo martes cuando cumpla los 18 años, tal y como hizo su padre, el rey Felipe, el 30 de enero de 1986. Este acto tiene muchas lecturas ligadas a la continuidad de la Monarquía parlamentaria en España, su próximo mando supremo de las Fuerzas Armadas y cómo supone ella la representación de la juventud española.

HERALDO ha consultado a tres juristas aragoneses para que valoren la nueva etapa que se abre: el magistrado del Tribunal Supremo, José Manuel Bandrés Sánchez-Cruzat, el profesor de Derecho Administrativo, Ángel Garcés, autor del libro ‘La caracterización jurídico pública de la Corona’ (Iustel, 2021), y el profesor de Derecho Administrativo, José Luis Bermejo.

La princesa Leonor
La princesa Leonor
Casa Real

¿Qué efecto puede tener el juramento en la sociedad?

Al cuestionar el efecto que puede tener el juramento de la princesa Leonor sobre la sociedad española, el magistrado del Tribunal Supremo considera que “el Rey asume una función integradora del alma de la Nación Española” y “por eso, es tan relevante para la sociedad española el juramento que va a prestar la princesa Leonor ante las Cortes el 31 de octubre de 2023, al cumplir la mayoría de edad”. “Supone, a la vez, la asunción del estatuto de ciudadana y de heredera al trono, cumpliendo así el mandato establecido por el artículo 61.2 de la Constitución”, sostiene José Manuel Bandrés Sánchez-Cruzat.

De hecho, el magistrado valora que “el juramento no constituye una mera formalidad procedimental” y defiende que con este acto en las Cortes implica que la princesa Leonor “se compromete ante los representantes legítimos de la nación a desempeñar fielmente las funciones de arbitrar y moderar el funcionamiento de las instituciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades autónomas”.

“La Monarquía Parlamentaria constituye una de las grandes fortalezas de nuestro Estado Constitucional”, agrega el magistrado, y “la Corona simboliza la unidad, la permanencia y perdurabilidad del Estado, así como de la conservación del orden estatal”.

Ángel Garcés, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza y autor del libro   ‘La caracterización jurídico pública de la Corona’.
Ángel Garcés, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza y autor del libro ‘La caracterización jurídico pública de la Corona’.
Esther Casas

Un deber constitucional 

Para Ángel Garcés, profesor de la Universidad de Zaragoza, “la sociedad española se apoya, como todas en la actualidad, en la imagen” y desde que la princesa Leonor ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza el pasado 17 de agosto, juró bandera y estuvo en el desfile del 12 de octubre, “ha generado una gran simpatía en parte de la población”.

El juramento es un deber constitucional que le permitirá dirigirse al conjunto de la sociedad en la sede de la soberanía nacional. Durante este último mes, habrá cumplido tanto con las exigencias derivadas de la legitimidad histórica, como, lo que es mucho más importante, de la legitimidad constitucional, la que prevalece ahora”, sostiene.

Por eso, Garcés, autor del libro 'La caracterización jurídico pública de la Corona', recuerda que cuando Leonor sea reina asumirá el mando supremo de las Fuerzas Armadas, como establece el artículo 62 de la Constitución, tras el juramento que establece en el artículo 61.2.

Su compañero José Luis Bermejo, en el mismo departamento de la Universidad de Zaragoza, valora que aunque “el acto de juramento es aparentemente simbólico, pero tiene un efecto jurídico mayor” porque supone “la renovación de un compromiso institucional en favor de la continuidad de la Monarquía parlamentaria”.

El compromiso es mutuo o bidireccional, de la heredera de la Corona con el pueblo representado en las Cortes y de estas con la Corona, en la persona de una heredera que acaba de ganar capacidad de obrar con su mayoría de edad”, opina Bermejo. Aun así, considera que en este momento “incierto” sobre la “sucesión regia”, este acto “se puede entender como una anticipación o preludio de su eventual proclamación como reina, como una toma de posición o un afianzamiento de su condición de reina expectante, y puede operar como vacuna frente a una futura puesta en entredicho de su legitimidad”.

Doña Letizia despide a su hija antes de que esta ingrese como dama cadete en la Academia General Militar de Zaragoza, el pasado 7 de agosto.
Doña Letizia despide a su hija antes de que esta ingrese como dama cadete en la Academia General Militar de Zaragoza, el pasado 7 de agosto.
Casa Real

El valor de entrar en la Academia General Militar 

Sobre la preparación de la princesa en la Academia General Militar (Tierra), en la que va a estar todo el curso como primer paso en su formación castrense, en la que luego pasará por la Armada (Marín) y el Ejército del Aire (San Javier), el magistrado del Supremo José Manuel Bandrés considera que “el ejercicio de esta función regia requiere, por su densidad, profundizar en el conocimiento del estamento militar” ya que asumirá su papel de mando supremo de las Fuerzas Armadas, como dispone el artículo 62 h) de la Constitución. “Responsabilidad, ejemplaridad, profesionalidad, sentido del sacrificio y lealtad son, sin duda, algunas de las virtudes públicas que afianzará en su paso por la Academia General Militar”, agrega.

“Su ingreso en las AGM ha sido un acierto”, opina el profesor Ángel Garcés, porque aunque “no es una cadete más” (“ni el Rey ni la Princesa son dos ciudadanos más”, asume) al tener que pasar por las tres academias, aunque en lugar de entrar “de manera voluntaria” como sus compañeros para “seguir su vocación militar” ella lo hace “en cumplimiento de una obligación”. “Tras sus primeras semanas, ha descubierto, con agrado, los valores esenciales que inspiran la vida militar, sometida a deberes tales como el sacrificio, la disciplina o el servicio a los demás”, apunta.

Para el profesor José Luis Bermejo la preparación en la AGM “es una garantía de éxito futuro de la condición de Capitán General de las Fuerzas Armadas y reconocimiento por parte de sus integrantes” y aplaude el efecto de esa relación normal con gente de su generación en Zaragoza. Como ostentará el mando supremo, el profesor opina que “se trata de dos condiciones muy valiosas que Leonor ya está adquiriendo en primera persona y por sus propios méritos, no por designación legal”.

La princesa Leonor jura bandera en Zaragoza ante los Reyes
La princesa Leonor jura bandera en Zaragoza ante los Reyes
Toni Galán

El apoyo de los jóvenes y la imagen pública  

Respecto al apoyo a la Corona que pueden brindarle los jóvenes por el efecto del juramento del próximo martes, el magistrado José Manuel Bandrés tiene claro que “la princesa Leonor representa en el ideario colectivo la imagen de una España joven, dinámica, alienada en el respeto a los derechos humanos, que piensa más allá del presente en un futuro de esperanza”.

De hecho, Bandrés agrega que esa celebración puede dar la imagen de una España “que aspira a consolidar una sociedad democrática avanzada, ajena a las confrontaciones y hostilidades políticas estériles, y a las polarizaciones extremas, que tanto deterioran el sistema democrático”. Asimismo, el magistrado tiene claro que la princesa es un símbolo de la Corona y como todas las instituciones del Estado (Parlamento, Gobierno y Tribunales de Justicia) “merecen la confianza de los ciudadanos cuando estos perciben que contribuyen con sus comportamientos y actuaciones al interés general y al bien común, al progreso y prosperidad de nuestro país”.

“Incluso en un mundo presidido por la fuerza de la imagen, como el actual, la Corona desprende un misterio que seduce a mucha gente, también a los jóvenes”, opina el profesor jubilado Ángel Garcés, quien habló de este tema con sus alumnos de la Facultad de Derecho el año pasado y cuenta que “cuando se anunció su ingreso en la Academia y su estancia en Zaragoza, algunos mostraron su satisfacción”.

Ofrenda de flores a la Virgen del Pilar de los cadetes de la Academia General Militar y la princesa Leonor en Zaragoza.
Ofrenda de flores a la Virgen del Pilar de los cadetes de la Academia General Militar y la princesa Leonor en Zaragoza.
Guillermo Mestre

“Hasta entonces, la vida de la Princesa había trascurrido entre Madrid y Gales, con su vacaciones en Mallorca. Zaragoza representa su encuentro con la España más plural, con la España real, porque los cadetes proceden de todos los lugares de España y pertenecen a todas las condiciones sociales”, señala el autor del libro ‘La caracterización jurídico pública de la Corona’.

Sobre el apoyo de los jóvenes, Bermejo considera que no siente que haya “mucho apoyo o adhesión” a la Corona, sino más bien “indiferencia” o en alguna parte “hostilidad”, entre los “elementos más movilizados o disidentes”, pero percibe que se está produciendo “un cambio de tendencia” y “un cierto acercamiento a la institución, precisamente gracias al lanzamiento de la carrera militar de la Princesa”.

A ello ayuda la difusión pública de “sus desempeños no institucionales” y cree que gusta muyo “verla vestida de faena o saliendo de bares, no tanto inaugurando eventos o leyendo discursos”. “Su imagen pública es espectacular. Esto es objetivo y contrastable, y en la era de la iconosfera es algo que vale mucho”, sostiene sin dudas.

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