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La jura del rey Felipe, un espejo para la princesa Leonor
La jura de la Constitución de la heredera a la Corona será similar al acto que se celebró el 30 de enero de 1986, cuando su padre llegó a la mayoría de edad. El expresidente de Aragón Santiago Marraco recuerda cómo fue.
“¡Hace 38 años. Nada menos! Pero todos guardamos muy buenos recuerdos de ese día y, lógicamente, verlos vivir a Leonor hoy es emocionante”, reconoció el Rey el pasado 17 de agosto cuando acompañó a su hija, la Princesa de Asturias, a la entrada de la Academia General Militar. Entonces le recomendó “paciencia”, “mucho ánimo” y “esfuerzo” para afrontar los primeros días. Esta escena de sucesión de la heredera de la Corona se volverá a repetir en el Congreso de los Diputados el próximo martes, donde afronta la jura de la Constitución, como hizo su padre el 30 de enero de 1986, cuando cumplió sus 18 años. Entonces, con voz firme, el príncipe Felipe pronunció la misma fórmula que su hija repetirá este martes, 31 de octubre, día en que alcanza la mayoría de edad, en el mismo lugar, pero 37 años después: “Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y mantener la fidelidad al Rey”.
A sus 85 años, Santiago Marraco, expresidente del Gobierno de Aragón, recuerda en medio de la lluvia desde su pueblo natal, Canfranc, cómo estuvo en la celebración del 30 de enero de 1986 en la jura de la Constitución del príncipe Felipe. Lo rememora con cariño, ya que aquel monarca en ciernes “apenas había cumplido los 18 años, era muy joven, pero estaba muy interesado por las cosas de Aragón”. Aquel día de la jura, valora el canfranqués, “fue un anticipo de asumir la herencia”, “un acto muy protocolario” que está “lleno de liturgia”.
Del 30 de enero de 1986 al 31 de octubre de 2023
“Recuerdo que se cambió todo el atril en el hemiciclo de las Cortes y así pudieron pronunciar sus discursos con todas las pautas que marcaba el protocolo”, señala el integrante de la PSA (Partido Socialista de Aragón) y del PSOE.
Los presidentes de las comunidades autónomas, como el aragonés Jorge Azcón (PP), han sido invitados a la celebración en las Cortes y posteriormente, participarán en la recepción en el Palacio Real que se realizará, con la ausencia del lehendakari, Iñigo Urkullu, del PNV (el partido no acudirá al acto), y del presidente de la Generalitat, Pere Aragones, de ERC (el partido tampoco irá).
“La diferencia con el juramento de su padre va a radicar en el auditorio. Si Felipe VI juró ante unas Cortes plurales, integradas por representantes de todo el arco político, con escasísimas ausencias, la Princesa va a realizar el suyo en un Parlamento absolutamente fragmentado y con la ausencia de un 10%, al menos, de los representantes políticos”, calcula el profesor de Derecho Administrativo, Ángel Garcés. “Aun así, el acto reunirá y aunará a las principales fuerzas políticas, que viven tiempos de distanciamiento y, lo que es peor, de un duro enfrentamiento”
El profesor de Derecho Administrativo José Luis Bermejo recuerda que tenía 12 años cuando ocurrió este acto, la edad actual de sus hijos, y entonces “la Corona estaba indiscutida y la atención política general se orientaba hacia otros puntos (culminación de la transición política, estabilización de la economía, reconfiguración de la derecha española, ingreso en la CEE y OTAN, lucha contra ETA o desarrollo autonómico)”.
Traje de chaqué y de largo
Aquel día solemne, las crónicas de la época que firmaban Pilar Cernuda y Berta Fernández para HERALDO detallaban que “por deseo expreso del Rey”, “los altos cargos vestían chaqué y las señoras de largo”. De hecho, tanto la reina Sofía como las infantas Elena y Cristina “estrenaban trajes azul para la Reina, rojo y rosa para sus hijas, mientras que el príncipe Felipe, el protagonista de aquella jornada, “estrenaba su primer chaqué”.
La llegada de la familia real a la puerta de la carrera de San Jerónimo fue una caravana de tres vehículos que salieron del Palacio Real: en el primero iban los Reyes (Juan Carlos y Sofía, que esta vez serán Felipe y Letizia), en el segundo, el príncipe Felipe, acompañado por el teniente coronel Alcina (la princesa Leonor puede ir con su tutora, la teniente coronel Margarita Pardo de Santayana), y en el tercero, don Juan y las infantas Elena y Cristina.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, reconoció a este periódico en su visita a Zaragoza del pasado jueves que “lo suyo es que vaya de civil”, en referencia a cómo irá vestida la princesa Leonor, a la que considera “plenamente integrada en la Academia General Militar” y supone "un orgullo" que sea así.
En opinión de la ministra, el acto del próximo martes, 31 de octubre, “es una manifestación más de la consolidación de la Corona, que es lo que quiere la Constitución española”. “Su jura es muy importante para este país y el cumplimiento de la Constitución”, remarcó.
Recepción militar y de las autoridades
Aquel 30 de enero de 1986 hubo mucho público en la entrada del Parlamento español saludando a la comitiva, que iba rodeada de un escuadrón de honor de la Guardia Civil. Al llegar a las Cortes, esperaban a la familia real los presidentes del Gobierno, del Congreso, del Senado, del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial.
Su llegada se recibió con el himno nacional y el rey Juan Carlos pasó revista a las tropas de tres compañías de los tres ejércitos. Sobre las 11.15 se fijó la hora del acto de la jura, que se califica también como un homenaje a la Corona.
Después de que saludaran a las autoridades, el acto en las Cortes, que podría ser una repetición el del próximo martes, empezó con la lectura del letrado mayor de las Cortes la comunicación del Gobierno por la que se da cumplimiento al artículo 61 de la Constitución y con el discurso oficial del presidente de las Cortes, Gregorio Peces-Barba, como preludio de la jura.
De hecho, detalló que el acto se celebra porque la Constitución dispone que el príncipe heredero debe sancionar la Carta Magna al alcanzar su mayoría de edad y supone “un signo muy destacado y adecuado del funcionamiento de nuestras instituciones”. Explicó sobre la labor del Parlamento, como centro de legislación, y el papel de la Corona, que “simboliza la unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento de las instituciones”.
Al final, Peces-Barba le dijo al príncipe Felipe: “Alteza Real, con el juramento que vais a prestar estáis simbolizando vuestro sometimiento al derecho, vuestra aceptación al sistema parlamentario representativo que nuestra Constitución establece y vuestro compromiso de servicio a las instituciones, a los ciudadanos y vuestra lealtad al Rey”.
Su sucesora, la presidenta de las Cortes, Francina Armengol, reiterará este preludio de la jura que leerá la princesa Leonor, que es heredera de la Corona desde que su padre fuera proclamado como Rey el pasado 19 de junio de 2014. El discurso oficial forma parte del protocolo, pero varios expertos consultados consideran que será “muy similar” al de Peces-Barba.
Próxima visita al Consejo de Gobierno en Aragón
Si la princesa Leonor sigue el ejemplo de su padre, una vez que haya jurado la Constitución puede ser que solicite una próxima visita al Consejo de Gobierno de Aragón. Así lo recuerda el expresidente de la DGA, Santiago Marraco, porque aquel joven príncipe Felipe “estaba ávido de conocer las historias” y de “aprender”.
Si juró la Constitución a finales de enero en 1986, “vino al Consejo de Gobierno de la DGA y nos preguntaba por los problemas de Aragón en una reunión que fue en primavera”. Este sería el próximo ejemplo que puede seguir la Princesa de Asturias, al igual que hasta ahora lo ha sido su entrada en la Academia General Militar, la jura de bandera y la jura de Constitución.
