Virginia García: "En mi peluquería trabajo como si hiciera arte cada día"

A pesar de los avances y las modas, en un sector como el de la peluquería "romper moldes no es lo habitual". Esta zaragozana se ha marcado como objetivo conseguirlo.

Virginia García Martínez, al frente del salón de Virginia G en Zaragoza
Virginia García Martínez, al frente del salón de Virginia G en Zaragoza
Camino Ivars

¿Alguna vez se ha preguntado quién marca las tendencias en lo referente a moda, maquillaje o peluquería? Unos señalan a las ‘celebrities’ y los deportistas de élite, mientras que la zaragozana Virginia García Martínez (42 años) se ha propuesto hacerlo ella misma. Nos encontramos en el salón de Virginia G., en la calle Royo con Lagasca de Zaragoza, un espacio que es más que una peluquería. Ella se reconoce artista, como reza el tatuaje que lleva en el centro del pecho: 'Arte'. "En mi peluquería trabajo como si hiciera arte cada día. Es difícil de explicar, parece que en una profesión como esta no podamos serlo", admite.

De hecho, con su salón acaba de cumplir otro de sus sueños: crear sus propias campañas de temporada. Y lo hace en clave de cine, como si de una gran marca de moda de Hollywood se tratara. "Creo mi propia línea cada temporada. Hago recomendaciones, diseños y ‘looks’ personalizados y marco las que creo que van a ser las tendencias, un trabajo que luego aplico en mis propios clientes", explica.

El último trabajo que desarrolló fue ‘Valentina’, grabado en Ibiza, con un velero y dos modelos que salieron de su propio centro. "Hasta allí viajamos con el equipo de cámara, los actores, y todo lo necesario para llevar a cabo el proceso", explica. Eran ‘looks’ frescos, luminosos, naturales y veraniegos. En cada ocasión ella se encarga del guion e hilar la historia; del vestuario y el maquillaje, y, por supuesto, de la peluquería, como si de una obra de cine se tratara.  

"Creo mi propia línea cada temporada. Hago recomendaciones, diseños y ‘looks’ personalizados y marco las que creo que van a ser las tendencias"

Antes vino ‘Decisions’, una campaña en clave de mujer en la que aparecen varias modelos en tono reflexivo, meditativo, "recordando que somos poderosas, fuertes y que, aunque nos rompemos, también podemos con todo", destaca desde uno de los sillones de su recién inaugurado salón. Y, aunque no es lo habitual en un centro de estas características, Virginia se encuentra ultimando los detalles de la que será su tercera campaña, la de otoño e invierno, con la que se trasladará junto a su equipo hasta Sierra de Guara, en el pirineo aragonés. Sobre lo que viene: "sobre todo naturalidad y respetar la forma natural del . Cada vez buscamos complicarnos menos la vida".

Vecina de Las Delicias "de toda la vida", actualmente reside en el barrio de Santa Isabel junto a su hijo Cruz, de tan solo 9 años. "Cuando le dije que iba a abrir mi propio salón me dijo que estaba orgulloso de mí", rememora, emocionada. En el salón también se encuentra León, un perro mestizo que invita a la clientela a traer a sus mascotas a este negocio 'petfriendly'. "Por primera vez puedo hacer todo lo que yo quiera porque este es mi sitio", reivindica.

"De niña no sabía si ser veterinaria o peluquería. Como nunca fui capaz de sacar buenas notas me mandaron a Barcelona a formarme en peluquería y estética", rememora. Allí enseguida destacó, lo que le procuró una exitosa carrera en Llongeras, donde trabajó como formadora durante 17 años. Tras su sonado cierre en Zaragoza en el año 2011 decidió quedarse embarazada.  

"En este mundo tener una buena carrera a tus espaldas te abre muchas puertas, por eso no me costó encontrar un nuevo trabajo", admite. Cuando Cruz cumplió la edad de ir al colegio, la zaragozana comenzó a trabajar en Voga, otro conocido salón ubicado en el centro de Zaragoza donde estuvo otros siete años. "Ha sido una etapa maravillosa en la que me he sentido genial, pero tenía ganas de hacer algo más personal y de pasar más tiempo con mi hijo", explica.

Un ‘look’ según tu forma de vida

En su afán por marcar sus propias tendencias y expandir sus creaciones, asegura que si hay algo que caracteriza su trabajo es "la personalización hasta el mínimo detalle". Además, en su centro el cliente recibe su propio diagnóstico del cabello adaptado a la morfología y al estilo, pero también al ritmo de vida de cada uno: "Esto es un factor innovador de este salón. Hoy en día tener en cuenta el estrés, las prisas y lo que hacemos es fundamental para adaptar nuestro ‘look’ a lo que estamos haciendo".

Y la respuesta, tan solo unas semanas después de haber subido la persiana, ha sido inmejorable. "Estoy dando citas a un mes vista y buscando a una persona para que venga a echarme una mano. Todavía no me lo creo, me siento totalmente agradecida", asegura. Y, aunque reconoce que a veces la visita el miedo, afirma que procura no darles demasiado espacio. "Y si surge el miedo lo hacemos igual, pero con miedo", añade.

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