Pretendía ser un reparto entre las contratistas de obra pública para arreglar y conservar las principales carreteras de Aragón y de paso garantizar así su futuro, pero finalmente dos grupos de empresas se han hecho con la mitad de los lotes del mayor concurso de la historia del Gobierno de Aragón, que asciende a 2.485 millones de euros y tiene un plazo de ejecución que se alarga 25 años.

La constructora madrileña Cyopsa-Siopsia y la toledana Construcciones Sarrión se han quedado finalmente con tres de los diez lotes del plan extraordinario de carreteras, mientras otra unión de empresas liderada por las madrileñas Aceinsa y Acinser, y con la participación de la aragonesa Transfer y las gallegas Extraco y Mistura asumirán las carreteras pirenaicas, divididas en otros dos lotes.

La concentración ha sido mayor de la prevista inicialmente por la renuncia al sector de Huesca y Monegros por parte de Papsa y Vialex (las dos aragonesas y pertenecientes a los grupos leridanos Romero Polo y Sorigué). Fuentes del sector indicaron que el grupo financiero que les acompañaba en la operación, Rubicon Internacional, abandonó antes del verano y, tras no lograr un recambio, acabaron por desistir de la adjudicación al retirar su propuesta a mediados del pasado mes de septiembre.

La Dirección General de Carreteras tuvo la suerte de que en este lote había un segundo licitador, la UTE formada por las citadas Cyopsa-Siopsia y Construcciones Sarrión junto a la aragonesa Hormigones Grañén. Y ha aceptado asumir la financiación, los 38,9 millones más IVA que cuesta acometer las obras iniciales, entre ellas el acondicionamiento integral de la variante de Sariñena, hasta que la DGA empiece a pagar al cuarto año de la concesión.

De hecho, fuentes oficiales de la DGA han asegurado que han depositado los avales de los tres lotes que les corresponden, uno de ellos de Teruel, cambiando de socio a Hormigones Grañén por Emipesa. La garantía es millonaria, porque supone el 5% de la valoración de las obras en cada uno de los sectores.

El resto de adjudicatarios han ido presentando las garantías, aunque tienen de plazo hasta el lunes para depositarlas, al igual que la documentación requerida, con el fin de proceder a la adjudicación antes de fin de año.

Papsa y Vialex seguirán en este megacontrato con el lote que abarca el área central de Zaragoza y el de Teruel Norte Sur se lo lleva la segoviana Alvac con la aragonesa Lecha y el fondo internacional Meridian.

La portuguesa Ascendi, propiedad a su vez del fondo galo Ardian Infrastructure y aliada con las aragonesas Copha (grupo MLN) y Sumelzo asumirán el sector oeste de Zaragoza, mientras el norte de la provincia corresponderá a la única gran contratista nacional, FCC. Y de la mejora de las carreteras del Bajo Aragón se responsabilizará la valenciana Pavasal con la aragonesa ACYC.

Todas las mejoras, valoradas en 630 millones, comenzarán el próximo verano y se deberán acometer en 30 meses. Beneficiará al más del medio centenar de carreteras que concentran el 65% del tráfico total de la red autonómica. El coste del plan es milmillonario porque incluye el mantenimiento hasta agotar los 25 años fijados en el contrato.