día del pilar

La Cruz de Lorena, un símbolo de gran trascendencia

Compuesta por unos 400 claveles rojos es el emblema de la lucha contra la tuberculosis. Durante años fueron estos enfermos los encargados de elaborara e incluso, más tarde, de llevarla hasta la Virgen en el gran día.

Rubén Cebollero y Conchita Valencia mientras preparan la Cruz de Lorena.
Rubén Cebollero y Conchita Valencia mientras preparan la Cruz de Lorena.
Rubén Losada

Esta cruz de doble travesaño simboliza la lucha contra la tuberculosis, aunque su historia se remonta al siglo XI, cuando Godofredo de Bouillon, príncipe de Lorena la colocó en su estandarte tras la conquista de Jerusalén, convirtiéndose así en el emblema de las cruzadas. Fue a partir de 1902, con ocasión del IV Congreso Internacional de Tuberculosis, celebrado en Berlín, cuando el doctor Gilbert Sersiron propuso adoptar la Cruz de Lorena como símbolo de la ‘cruzada’ internacional contra esta enfermedad. 

Su presencia en la Ofrenda de Flores se remonta al año 1960. El médico José Val Calvete, junto a varios miembros de la corporación municipal, propuso aportar a este evento una cruz de doble barra formada por grandes claveles rojos. Y se decidió que fueran los pacientes ingresados en el sanitario del Cascajo, actual Hospital Royo Villanova, quienes se encargaran de elaborarla, mientras que la reina de las fiestas la llevaba.

Cuando en 1970 desaparece esta figura, son los mismos enfermos –aquellos que pueden salir del hospital sin ningún riesgo– los que llevan la Cruz de Lorena a los pies de la Virgen. Los pacientes, familiares y trabajadores del hospital, junto a la Asociación Amigos del Cascajo, eran los encargados de costear esta composición floral. Así ocurrió hasta que los avances en la enfermedad permitieron que los enfermos estuvieran mucho menos tiempo en el centro –el tratamiento se reduce de unos dos años a solo seis meses–. Esto unido a la desaparición de la asociación provocó que la labor recayera en los profesionales hasta que en 2006 se constituyó la Asociación Cruz de Lorena de Hospital Royo Villanova.

Ahora es esta asociación, presidida por el doctor Wenceslado Varona, la que designa cada año a la persona que se encargará de portar la Cruz. Está compuesta por unos 400 claveles rojos que se ponen "muy pretos" para que si se deshidratan, no se note. "Es un trabajo muy especial que se hace con muchísimo cariño", puntualiza Rubén Cebollero, de Gálvez Floristas. Cada año, lo primero que hacen es hacer la estructura y después la forran "bien" con el objetivo de que "no se salga ningún clavel". 

Las flores se ponen el día 11, alrededor de dos horas antes de la prevista para la entrega, para que sea "el momento óptimo para cortar el clavel". En esos momentos, recuerda, suele acercarse algún compañero para poner aunque sea una de estas flores. "Es gente que vienen para verla, tocarla, pedir un deseo... Quieren tener su contribución a la Virgen", puntualiza. Todo ello para que, alrededor de las 12.00 del día 12, luzca en el centro del manto.

"Fue muy emocionante y sentí una gran responsabilidad"

La Hermana Rosa María Alameda Alares fue la encargada, en 1997, de llevar la Cruz de Lorena hasta la Virgen del Pilar. "Fue muy emocionante y sentí una gran responsabilidad", recuerda 26 años después. Lo hizo porque la congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que estaba en el Hospital Royo Villanova desde 1956 y siempre había sido una "ferviente defensora de esta tradición", tuvo que marcharse del centro por diversos motivos.

La Hermana Rosa María, con la Cruz de Lorena.
La Hermana Rosa María, con la Cruz de Lorena.
HA

 "Se pensó que fuera una religiosa la que llevara ese año la Cruz y me eligieron a mi", señala, mientras rememora cada momento de aquel 12 de octubre. "Cuando la Cruz de Lorena se incorpora a la procesión de la Ofrenda en la calle Alfonso causa una gran expectación entre todos aquellos que la están viendo", relata. En este sentido, señala que sintió "gran emoción" porque "representaba a los enfermos y trabajadores del centro, pasados, presentes y futuros". 

"Y también sientes una gran responsabilidad porque sabes que tienes que rezar por todas estas personas a las que representas para que la Virgen les ayude en lo que necesitan, en sus intenciones", recalca. Este año será Rocío Martínez la encargada de portar la Cruz. "Estoy muy emocionada de que por fin me haya tocado. Llevaba mucho tiempo esperándolo", sostiene esta trabajadora del hospital, donde la hermana Rosa continúa en el servicio religioso.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión